La escritora argentina nacida en Mendoza nos trae un conjunto de relatos cargados de ironías, magia, muerte y amor. Una escritura que muta en cada libro y renace como sus personajes.
Facundo Tisera @facu.tisera.11
Sábado 14 de diciembre de 2019 00:00
El tormento más puro, título del último libro de relatos de Fernanda García Lao (2019, ed. Emecé), responde con acierto a los textos que lo contienen. Hay en los relatos un juego entre lo hermoso y lo horrendo, lo natural y lo siniestro, lo real y lo fantástico, que condensan el espíritu de los escritos.
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Son 36 relatos, la mayoría breves, en los cuales la autora sorprende por su capacidad para alterar el orden natural de las cosas y conducir las historias hacia lugares inesperados.
Leyendo a García Lao me pregunto acerca del realismo. ¿Será posible un nuevo realismo? Ahí en donde el realismo mágico extiende los límites hasta lo inverosímil y el realismo de Aira juega con el absurdo, ¿será posible pensar en un tercer realismo que coquetee con ambos márgenes y desafíe las leyes de lo perfectamente posible? Pareciera que la autora construye un nuevo horizonte: sus personajes llegan hasta el final de las cosas y eso muchas veces parece un juego fantástico.
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Las temáticas son variadas: muñecas parlantes que se hermanan, ardillas que son adoptadas por una adolescente, cerebros que son robados de una universidad, una mujer que se enamora de un maniquí, una anciana negada a dejar herencia, un triángulo amoroso nacido de un viaje en barco, un velorio sobrevolado, etc. La inventiva parece no agotarse.
Lo interesante de los textos es que a pesar de parecer inverosímiles actúan como piezas reveladoras de realidades que son cotidianas. Y es que los protagonistas van al fondo de sus síntomas y se bañan en lo bizarro. Son puertas que una vez abiertas no pueden cerrarse. Al respecto, si me permiten una sugerencia, lean primero el cuento “Ácaros”. El mecanismo es representativo. Aquello que vemos a conciencia una primera vez no puede volver a mirarse con inocencia.
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En general la línea que sobrevuela los relatos es la cuestión de la familia, el linaje y la descendencia. García Lao tiene un estilo muy propio y da la sensación de que en “El tormento más puro” no se privó de nada. Juegos de palabras, deformaciones del lenguaje (confieso que Dislexia es un cuento que me hubiese gustado escribir), verdaderos fragmentos de escritura poética y, sobre todo, una narrativa poderosa que se rompe constantemente con imágenes potentes que espabilan sin dejarnos dormir en la prosa.
Se trata de un libro en apariencia ligero -dada lo longitud de la mayoría de los textos- pero cargado de realidades condensadas. En “El tormento más puro” Fernanda García Lao presta su ojo clínico para desnudar a una sociedad cada vez más compleja.