Haraldur Thorleifsson, quien es un trabajador de Twitter que sufre de distrofia muscular, fue despedido sin avisar. Tras preguntar a Musk por medio de Tweets, recibió burlas del magnate, quien luego lo recontrató tras enterarse que le tendría que dar una compensación de más de 100 millones de dólares de concretarse el despido.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Domingo 12 de marzo de 2023
Haraldur "Halli" Thorleifsson es un trabajador y programador de Twitter islandés. Luego de sufrir un despido fantasma —es decir, no recibir ninguna notificación sino hasta que intentó infructuosamente ingresar al sistema interno de Twitter—, estuvo más de una semana (nueve días, para ser exactos) intentando contactar a la oficina de recursos humanos (o alguien) que pudiera corroborar si seguía siendo empleado de Twitter.
Thorleifsson era el dueño, creador y CEO de la agencia creativa Ueno, la cual fue comprada por Twitter en 2019. Luego de estar días sin respuesta, Thorleifsson recurrió, como última esperanza, a preguntarle públicamente al ahora dueño de la compañía, Elon Musk, cuál era su status laboral al interior de la misma. Pero como si fuese un infante, Musk respondió con burlas y troleos en lugar de contestar directamente.
El intercambio se suscitó de la siguiente manera:
Thorleifsson: Estimado Elon Musk, hace nueve días se me cortó el acceso a mi computadora junto con otros 200 trabajadores de Twitter. Sin embargo, el director de recursos humanos no fue capaz de confirmar si sigo siendo empleado o no. Tú tampoco has respondido mis correos. ¿Tal vez si suficientes personas retuitean esto me puedas contestar?
Musk: ¿Qué trabajo estabas haciendo?
Thorleifsson: Tendría que romper la confidencialidad de la compañía para responder esa pregunta aquí. Si hace que sus abogados compartan de manera escrita que lo puedo hacer, con gusto lo puedo discutir abiertamente.
Musk: Adelante. Aprobado.
Thorleifsson: Entre otras cosas: dirigir el esfuerzo para ahorrar cerca de US$500,000 en un contrato de acuerdo como servicio de software, apoyé el cerrar varios otros. Dirigí la priorización de proyectos de diseño a lo largo de la compañía para asegurar que pudiéramos entregarlos con un equipo pequeño. Dirigí criterios de diseño para ayudar a subir de nivel el diseño de la compañía, era administrador de contratos para todos los puestos de diseño, trabajé en esfuerzos para que la compañía dejara de enfocarse en usuarios avanzados y lo hiciera en usuarios jóvenes (porque nuestra base de usuarios está envejeciendo).
Musk: ¿Cuál acuerdo como servicio de software? ¿Priorizar qué proyectos de diseño?
Thorleifsson: Figma
Musk: [Emojis de risa] ¿Subir de nivel de qué diseño a qué? Fotos o no sucedió. No hemos contratado a nadie para puestos de diseño en cuatro meses. ¿Qué cambios hiciste para ayudar a los jóvenes? ¿Dirías que eres una persona de gente?
Ante esto, debemos aclarar dos cosas. La primera es que la frase «fotos o no sucedió» es una jerga popular de internet muy de sectores relativamente jóvenes para pedir pruebas de algo que se considera inverosímil. Algo fuera de lugar de un CEO el que se exprese así. La segunda es el último tweet de Musk, el cual usa un fragmento de la película Office Space (conocida en España como "Trabajo basura" y en Hispanoamérica como "Enredos de oficina") de 1999, en la que dos inspectores de calidad entrevistan a los empleados de la empresa para ayudar en procesos de despido y subcontratación. Musk entonces estaría insinuando que él tendría el papel del inspector para preguntarle a Thorleifsson si su trabajo es útil o no para Twitter. Con ello también admite que no tenía idea de qué hacía Thorleifsson. Acerca de los emojis de risas, parece ser que el nombre del proyecto de diseño (Figma) le causó gracia al magnate por parecerse fonéticamente a la broma de «ligma», el equivalente en inglés al famoso «obo» en español.
Finalmente, el islandés terminó declarando: «Sólo para que quede claro. Tiene usted todo el derecho de despedirme, eso está perfectamente bien y totalmente justo, pero por lo general a la gente le suelen decir cuando eso ocurre, tal vez con una carta o algo, lo cual no sucedió conmigo durante nueve días a pesar de enviarle múltiples correos a usted y otros».
Despido capacitista
Pero esto no fue suficiente para Musk. Para justificar el despido de Thorleifsson, Musk planteó en otros dos tweets:
La realidad es que este tipo (que es acaudalado de manera independiente) no hacía ningún trabajo real, planteó como una excusa que tenía una discapacidad que le impedía teclear, y sin embargo estaba de manera simultánea tuiteándome una tormenta. Puedo decir que no tengo mucho respeto por eso. ¿Pero fue despedido? ¡No! No te pueden despedir si no trabajas en primer lugar.
Tiene una cuenta de Twitter activa y prominente y es acaudalado. La razón por la que me confrontó en público es para que pudiera él obtener un pago enorme. Por lo que me han contado, no ha hecho trabajo en los últimos cuatro meses, ya sea de administración media o cualquier otra. A pesar de sus declaraciones en Twitter de que sí trabajó, reulta que le dijo a recursos humanos que no podía trabajar porque no podía teclear, pero al mismo tiempo, estaba escribiendo una tormenta en Twitter. Y aún así hay mucha gente en Twitter defendiéndolo. Me lastima mi fe en la humanidad.
Thorleifsson, en cambio, era, según lo reportó el medio Platformer, parte de una lista de no despidos en Twitter dada su condición. De llevarse a cabo tal suceso, contractualmente Twitter tendría que compensar a Thorleifsson con un pago de 100 millones de dólares. Habría sido este elemento lo que llevó a Musk a disculparse. Mientras tanto, el islandés usó su cuenta para señalar lo que acabamos de mencionar, así como resumir los acontecimientos.
But ok, fair enough, I've been laid off and I'm ok with that.
Next up though is finding out if Twitter will pay me what they owe me per my contract.
Or, will @elonmusk , one of the richest people in the world, try to avoid paying?
Stay tuned!!
— Halli (@iamharaldur) March 7, 2023
Muy bien, pues seguir un hilo de respuestas y dimes y diretes en Twitter es complicado, así que permítanme darles los elementos destacados. Luego de no tener respuestas claras de mi estado laboral por nueve días, le pregunté a Elon Musk para que me dijera si fui despedido o no. Más o menos respondió. Me preguntó en qué había trabajado y cuando le dije, se rio. Lo cual, siendo justos, entiendo. Soy bastante chistoso. Pero luego, de repente, el director de recursos humanos en Twitter —que había sido incapaz en dos ocasiones anteriores de decirme si tenía trabajo o no— me mandó un correo y dijo que ya no tenía trabajo, lo cual está perfectamente bien y ocurre todo el tiempo. Las compañías despiden gente y están en todo su derecho. Por lo general le dicen a la gente sobre ello, pero al parecer esa parte es opcional en Twitter ahora. Pero bueno, está bien. Fui despedido y estoy bien con ello. Lo que sigue, empero, es saber si Twitter me va a pagar lo que me debe según mi contrato. ¿O será que Elon Musk, una de las personas más ricas del mundo, intentará evitar pagarme? ¡Sigan sintonizados!
Oh! I forgot to mention that I read you can't go to the toilet on your own either @elonmusk
I'm sorry to hear about that. I know the feeling.
The only difference is I can't do it because of a physical disability and you're afraid someone you hurt will attack you while you poop. https://t.co/0XcsMpJW9z
— Halli (@iamharaldur) March 7, 2023
«¡Oh! Olvidé mencionar que leí que tampoco puedes ir al baño solo, Elon Musk. Lamento escuchar eso. Sé lo que se siente. La única diferencia es que yo no puedo hacerlo por una discapacidad física, y en cambio tú tienes miedo de que alguien a quien hayas lastimado te ataque mientras cagas», finalizó Thorleifsson, en referencia a que Musk acude al baño en Twitter acompañado de guardaespaldas porque, según se dice, todos en las oficinas de Twitter lo odian.
Según declaró para Business Insider Bruce Daisy, exvicepresidente de Twitter para Europa y Medio Oriente, «mientras más se comporte Musk como el ebrio local, al entrar en discusiones calumniosas con exempleados discapacitados, menos van a estar orgullosos los empleados que quedan de decir que trabajan en Twitter».
¿Quién es Haraldur Thorleifsson?
Haraldur Thorleifsson es un trabajador de Twitter, filántropo y empresario de 45 años. Tiene distrofia muscular (específicamente dysferlinopatía, una enfermedad que hace que no se produzca suficiente dysferlina, una proteína muscular), lo que lo obliga a usar silla de ruedas y según él mismo detalló: «necesito ayuda para acostarme y levantarme de la cama y usar el baño. Durante mucho tiempo pensé que mis brazos se mantendrían fuertes. Un médico me dijo que lo harían. Pero terminaron perdiendo fuerza. Lo cual, no me importa decirte, fue difícil de aceptar».
Su padecimiento lo ha llevado a ser un vocero de las personas discapacitadas en su natal Islandia. Ha ganado numerosas veces el premio a la Persona del Año, proviene de una familia de clase obrera y, luego de vender su compañía Ueno a Twitter, pidió que le pagaran la venta de la transacción como parte de su sueldo.
Por lo general, las transacciones de las ventas se dan como acciones de bolsa u otras operaciones financieras para tener menos pago impositivo. Thorleifsson, en cambio, estuvo dispuesto a pagar ese impuesto para contribuir al estado de bienestar islandés. El filántropo ha declarado que el acceso al derecho a la educación y a la salud han sido las claves de su éxito; asimismo, gracias a él y su discapacidad, que lo reduce a trasladarse en silla de ruedas, es que las rampas para éstas han incrementado en el país escandinavo.
Musk finalmente terminó por disculparse diciendo: «Con base en tu comentario, acabo de hacer una videollamada con Halli para saber qué es real contra lo que se me contó. Es una larga historia. Es mejor hablar con las personas que comunicarse por medio de tweets. Me disculpo con Halli por el malentendido de su situación. Se basó en cosas que se me contaron que no eran verdad o que, en algunos casos, eran verdaderas pero no relevantes. Está considerando si se queda en Twitter».
Cabe señalar (además del profundo capacitismo de Musk en intentar despedir a alguien con discapacidad) lo inverosímil de que el hombre más rico del mundo, con una fortuna de 137 mil millones de dólares, no quiera compensar a su empleado con 100 millones de dólares. Un sinsentido propio del capitalismo que denota la necesidad de terminar con él y de que gente como Musk termine en el basurero de la historia.
Grandes capitalistas, como él, Jeff Bezos —quien no deja a sus empleados en Amazon ir al baño— o el propio expresidente Donald Trump, quienes no tienen el más mínimo respeto por la dignidad humana. Musk recientemente realizó un acuerdo con el gobierno mexicano, y en particular el gobierno de Nuevo León, encabezado por el impresentable Samuel García del partido Movimiento Ciudadano, para operar una fábrica de Tesla por lo barato que son los sueldos de los trabajadores mexicanos.
Varios seguidores de Musk intentaron atacar a Thorleifsson creyendo que estaba exagerando. En cambio, miles más intuyeron que, si Elon Musk estaba atacando a alguien, esta persona seguramente era ejemplar para desatar la ira de alguien tan despreciable como él. No se equivocaron, al grado que lo están denominando el Efecto Musk.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana