La venta de armas del Estado español al gobierno sionista continuó pese al genocidio israelí sobre el pueblo palestino y las declaraciones del Ministerio de Exteriores, que afirmó haberlas interrumpido.
Jueves 14 de marzo
El Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, señalaba hace unos meses que "desde el mismo día 7 de octubre no se produce ninguna operación de venta de armamento a Israel", afirmando que el embargo de armas al Estado sionista era cosa hecha en el caso del Estado español. Sin embargo, estas afirmaciones contrastan con los datos de Comercio Exterior, que muestran que en diciembre de 2023, dos meses después del inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza, se exportaron estabilizadores de bombas de aviación por un valor 125.240 euros, desde la Comunidad de Madrid.
Pese a que la licencia para su exportación fue autorizada con anterioridad al 7 de octubre, lo cierto es que había una posibilidad para revocar dichas licencias. Según lo establecido en el reglamento de control del comercio de material de defensa, las autorizaciones pueden cancelarse si existen "indicios racionales" de que el material puede usarse en acciones "que perturben la paz", que puedan "exacerbar tensiones" o "que puedan ser utilizados de manera contraria al respeto debido y la dignidad inherente al ser humano" Todos ellos requisitos cumplidos de sobra por el ejército israelí, que en algo más cuatro meses de invasión, se ha cobrado la vida de más de 30.000 palestinos y ha dejado sin hogar y en riesgo de hambruna severa a más de un millón y medio de gazatíes.
El embargo del gobierno no solo es "papel mojado" por haber incumplido la prohibición de la venta de armas. Aunque el Estado español no destaca por ser un importante socio comercial de Israel en venta de armas o municiones, es igualmente clave para el Estado sionista en un rol igual de clave para su desarrollo militar, porque se trata de uno de los socios principales en materia de exportación de tecnología militar.
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Empresas militares españolas, como Indra, cuentan con convenios y contratos millonarios autorizados por el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas con empresas militares del ejército israelí, como Elbit Systems. Desde hace años, la tecnología española contribuye a mantener los sistemas de defensa israelíes, las telecomunicaciones, a desarrollar satélites, drones... y un largo etcétera de equipamiento e instrumentos usados por el imperialismo israelí para colonizar el territorio palestino.
Estas empresas presumen además de testar el material que desarrollan en el terreno porque lo testan sobre civiles palestinos. Por tanto, la apariencia del gobierno español como "ala izquierda" de los gobiernos de la UE, cuando hablan del reconocimiento del Estado palestino es tan solo una capa de maquillaje que oculta que las relaciones económicas y militares con Israel siguen intactas.