A través de la presión de empresarios y militares, el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil se podría fusionar con el de Agricultura, y la lucha y fiscalización de la deforestación puede pasar al Consejo Amazónico en manos del militar y vicepresidente, Hamilton Mourão.
Lunes 5 de octubre de 2020 12:57
En las últimas semanas, ha sido cada vez más clara la intención del presidente brasileño Jair Bolsonaro y su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, de avanzar en la devastación medioambiental en nombre de las ganancias de la agroindustria, a través de numerosas medidas ecocidas, culminando en los intensos incendios en la Amazonía y el Pantanal, principal humedal del mundo, que alcanzaron un nivel alarmante.
A pesar de los reiterados cuestionamientos tanto internos como externos que reclaman al Gobierno de Bolsonaro por la situación acuciante y la destrucción del medioambiente, lo único que ha avanzado es el lobby de los empresarios para ir por más. Los agroindustriales han venido presionando para que el Ministerio de Medio Ambiente se incorpore al Ministerio de Agricultura.
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La idea es transferir el control e inspección ambiental al Consejo Amazónico, encabezado por el vicepresidente de Bolsonaro, el militar Hamilton Mourão, y que el resto de las funciones pasen directamente al Ministerio de Agricultura. Si bien la posibilidad de esta unificación se viene discutiendo desde 2018, desde el mes de junio los empresarios, sectores del Gobierno y los militares, vienen presionando para hacer efectiva esta fusión, algo que se ha intensificado aún más con la inmensa devastación ambiental en agosto.
Se trata de un cambio para que los agroindustriales tengan aún más control sobre el medioambiente, sometiéndolo a los intereses de la agricultura y la ganadería.
Por otro lado, el reemplazo de Salles por Mourão en la supuesta lucha contra esta destrucción, implica un salto aún mayor en la influencia de los militares y su cúpula en los asuntos gubernamentales.
El hecho de que Mourão ya esté a cargo del Consejo de la Amazonía, en medio de la devastación actual, muestra que no existe en los militares ningún interés en el control o cuidado de los recursos del país. Tanto Bolsonaro como Salles, los empresarios, Mourão y otras alas del régimen brasileño son los principales responsables de esta destrucción, y su objetivo es maximizar el beneficio de los agroindustriales, a toda costa. Este sector, que además tiene peso propio con la llamada "bancada del buey" en el parlamento, es responsable directo de muchos de los incendios en el Pantanal, como quedó demostrando en una reciente investigación que señala a 4 grandes granjas como las que están detrás del inicio del fuego en la zona.