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Estados Unidos.. Empresas armamentísticas: ¿Quién se beneficia de la violencia?

La venta de armas es un negocio cada vez más millonario en Estados Unidos. Los principales fabricantes de armas de fuego se han enriquecido con la venta de rifles semiautomáticos tipo AR-15 -los más utilizados en tiroteos masivos- quienes se han rehusado a asumir responsabilidad por la comercialización y uso de productos letales.

Emilia Macías

Emilia Macías @EmiliaMacas1

Jueves 28 de julio de 2022

La cámara baja del Congreso ha realizado una investigación enfocada en las cinco principales empresas de fabricación de armas de fuego. Sin importar que algunas de ellas enfrentan demandas por parte del gobierno mexicano ante un tribunal en Massachusetts (una de ellas sigue en curso), rechazan cualquier responsabilidad en el uso de sus productos y las cinco afirmaron que no hay ningún tipo de proceso interno para recaudar información relacionada con la compra de las armas.

Las leyes estadounidenses tampoco es que sean de mucha ayuda, pues la Segunda Enmienda de la Constitución permite que los ciudadanos porten armas con mínimos requisitos. Y con ciudadanos también nos referimos a jóvenes que protagonizan tiroteos en escuelas, o personas de extrema derecha que asesinan a gente negra, latina o pobre todos los días. De hecho, según un estudio del Pew Research Center indica que la mayoría (61 %) de los propietarios de armas de fuegos son varones blancos.

Los tiroteos masivos o las amenazas públicas con arma de fuego se vuelven cosa de todos los días, de hecho, en lo que va del año se han registrado 372 tiroteos calificados como “masivos” y por lo menos 95 incidentes de bala en escuelas. Según datos oficiales, las armas de fuego se han convertido en la primera causa de muerte en niñxs y adolescentes.

Lo más espeluznante es que las empresas de armas se enriquecen a costa de la vida de miles de personas. Por ejemplo, después del tiroteo de la primaria Uvalde, Texas, subieron las acciones de los tres principales fabricantes de armas y generaron ganancias de 329 millones de dólares en Wall Street.

March for our Lives, el movimiento nacional encabezado por los estudiantes sobrevivientes de la masacre en la preparatoria de Parkland, emitieron un mensaje esta semana declarando: “estamos viviendo en un tiempo de violencia de armas que rompe récords en nuestro país… Esta es una emergencia nacional para todos, en todas partes”.

Efectivamente están atravesando un tiempo de armas sumamente violento, pero no es casual. Como decimos en esta nota: “Estados Unidos está involucrado en casi todas las guerras actuales, tiene bases militares en diversos puntos del planeta, ha impulsado el guerrerismo y su poderío tras las falsas luchas contra el narcotráfico y el terrorismo, que ha usado como pretexto para su injerencia en otros países”.

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Los tiroteos en el Gran Imperialista se deben a que hay mayor accesibilidad y propiedad de armas, pero también a las condiciones de vida de la población y al carácter del gobierno y del Estado.

La policía, responsable de la muerte injustificada de alrededor de mil personas al año, es vista como una “solución” para los tiroteos según los políticos; han sido identificados como “héroes” al asesinar a los responsables de los tiroteos -como pasó en el caso de la primaria Uvalde- como si eso fuera a resolver el problema.

En dicho caso, aunque fueron pintados como los héroes que entraron en acción, testigos presenciales afirmaron que la policía no entró sino hasta después de 90 minutos de que había empezado el tiroteo, dejando veinte niños y dos docentes sin vida. Y no sólo eso, quienes buscaron la protección de los estudiantes fueron los profesores y padres de familia mientras la policía atacaba a una madre por “intervenir en una investigación activa” o a otro padre sin sentido.

Sería fácil si sólo se tratara de policías buenos o malos, pero la realidad es que ese actuar tan insuficiente de la policía responde a las políticas del gobierno. No importa si son demócratas o republicanos, ambos han afirmado que la policía debería recibir más dinero, por un lado los republicanos lo justifican desde un discurso racista para afirmar que hay aumento de la delincuencia, por otro los demócratas sólo intentan parecer más matizados al afirmar que quieren dar a la policía más dinero para “entrenamiento” como si esa fuera la solución. Independientemente del argumento, el resultado es el mismo.

Otros factores son la escasa salud mental en jóvenes por la privatización del sector de salud, los discursos de grupos supremacistas -o presidentes como Donald Trump-, los niveles de precarización, el bullying en las escuelas y un sistema que sentencia a los grupos discriminados a una vida muy precaria.

La policía no es la solución, asesinar a los responsables de los tiroteos tampoco. Sólo el pueblo oprimido y la clase trabajadora puede organizarse para oponerse abiertamente a la supremacía blanca, para pelear por mejores condiciones laborales, mayor salud mental a los y las jóvenes y en contra de la multibillonaria industria armamentística que acaba con la vida de millones de personas en nombre de una guerra que sólo responde. Intereses imperialistas.

No más armas, no más violencia.

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