El acuerdo salarial firmado por la dirección de Conadu debilita la movilización nacional educativa. Es necesario construir tendencias anticapitalistas para enfrentar a quienes frenan la lucha.
Martes 11 de septiembre de 2018 14:46
Desde la agrupación universitaria En Clave Roja – UTN nos solidarizamos con los docentes en lucha y repudiamos el acuerdo salarial a la baja firmado por la dirección kirchnerista de Conadu que debilita la lucha nacional educativa.
Se trata de un acuerdo salarial muy alejado del reclamo original de la docencia universitaria y en momentos en que el movimiento estudiantil se encuentra en un ascenso de movilizaciones con marchas, asambleas y tomas en decenas de facultades de todo el país.
El kirchnerismo parlotea contra Macri, pero entrega la lucha universitaria
El pasado viernes 7 de septiembre, el ministro de Educación, Ciencia y Cultura Alejandro Finocchiaro (PRO) y la Secretaria de Políticas Universitarias Danya Tavela (Franja Morada) se reunieron en Pizzurno con los gremios universitarios de Conadu, UDA, FAGDUT, Fedun y Conadu Histórica. Salvo esta última, las direcciones de todos los gremios aceptaron un acuerdo salarial a la baja, incluyendo uno de los tres principales sindicatos, Conadu (CTA-Hugo Yaski), dirigido por el kirchnerismo.
El Gobierno de Macri necesitaba que solo dos de los tres gremios más grandes firmara el acuerdo para desactivar el conflicto (ya que había conseguido previamente la firma de Fedun, CGT). El gremio dirigido por Carlos de Feo lo hizo posible, permitiéndole a Finocchiaro homologar la paritaria, y lo hizo contradictoriamente con el rechazo de Córdoba y Rosario, los dos gremios provinciales más grandes que tiene Conadu en su interior.
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En la UTN esto significó un quiebre en el movimiento. Los docentes del gremio mayoritario de FAGDUT tuvieron que aceptar esa paritaria a la baja. Mientras que los docentes de SIDUT, agrupados bajo Conadu Histórica, rechazaron la oferta, aunque al ser un grupo minoritario no logró torcer el conflicto.
Se trata de un acuerdo escandaloso. El docente de la UBA y exlegislador bonaerense por el Frente de Izquierda, Christian Castillo, criticó duramente la decisión: “Conadu se sumó a Fedun en la aceptación de una propuesta que implica una pérdida de salario de casi el 20 % con respecto a la inflación calculada. Además, aceptó la incorporación de sumas en negro, contra la conquista que logramos los docentes en el 2005, que trasladaba al salario básico el conjunto de las sumas no remunerativas”.
No extraña entonces que Finocchiaro se mostrara más que conforme al señalar tras el acuerdo: “Gracias al diálogo y al trabajo en conjunto llegamos a un acuerdo con los representantes de los docentes universitarios. Celebro el clima de cordialidad y la buena fe durante toda la negociación y destaco el enorme esfuerzo del Gobierno de la Nación para llegar a una solución”.
“Aún en la Conadu hay asociaciones de base que rechazaron el acta”, agregó Castillo. “Pero la conducción kirchnerista hizo lo posible para que se acepte cuando la movilización iba en ascenso, con mucho apoyo estudiantil”.
En la UTN esa solidaridad se concretó en actos en varias regionales. Abrazos a la facultad, asambleas públicas y la toma de la regional de Rosario, fueron algunas escenas del ascenso del movimiento estudiantil. En la regional de Buenos Aires una asamblea de Utenianos Autoconvocados marchó de forma independiente al centro de estudiantes conducido por Franja Morada, mientras ocurría algo similar en el Profesorado Técnico con la formación de Estudiantes Autoorganizados.
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Que la prioridad de Macri es calmar a los fugadores de dólares ya lo sabemos. Pero lo que dejó en claro este conflicto es la colaboración de aquellos que decían combatir a los buitres en tiempos que nos están devorando.
Los números de la entrega del salario docente
Según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), si el aumento hubiera sido del 30 % se trataría de un total de $ 3.051.700, prácticamente un “vuelto” para el Gobierno de Macri si consideramos que ya supera ese monto una subasta diaria del Banco Central de U$S 100 millones (es decir, de $ 3.746.791.809).
El acta firmada junto a Finocchiaro, que llega hasta el 28 de febrero de 2019 y abarca a los docentes de universidades nacionales y colegios preuniversitarios, implica un aumento salarial del 15 % dividido en tres cuotas, la última en septiembre, más una “suma remunerativa no bonificable para cada cargo y categoría a partir del mes de octubre”. En total, el aumento apenas llega al 25 %, por debajo del reclamo inicial del 30 % levantado por las diferentes centrales sindicales (según la inflación calculada inicialmente) pero mucho más lejos aún del 42 % de inflación de piso que calculó el mismo Ministerio de Economía después de la devaluación de agosto.
Se trata de un acuerdo claramente a la baja. Solo entre marzo y noviembre la inflación acumulada superaría el 32 %. La revisión salarial debería ser en noviembre y no en enero como firmaron. Se lo mire por donde se lo mire es un acuerdo a medida del ajuste que exige el FMI.
Por otro lado, con la firma del acta también se acepta una “cláusula de revisión” bimensual que se aplica justo en momentos donde no hay clases (enero y marzo), con lo cual las facultades están vacías y el “poder de fuego” de la docencia disminuye drásticamente. En los hechos, la cláusula no es más que un saludo a la bandera que embellece el acuerdo sin ningún efecto.
Otro punto del acuerdo sumamente perjudicial para la docencia universitaria y preuniversitaria lo constituye la admisión del pago en sumas “no bonificables”. Es decir, no reconocidas dentro del salario “en blanco” (no computan para antigüedad o la zona, por ejemplo).
La docente universitaria de la UBA, Paula Varela (PTS) señaló: “No solo reconocen un recorte salarial de 20 puntos a un salario que ya venía cayendo desde hace años, sino que encima nos hacen volver a la situación previa al 2005, cuando conquistamos que todo nuestro salario sea en blanco. ¡Y lo quieren hacer aparecer como una conquista!”.
Finalmente, el acta destina $ 50 millones para “atender la situación” de los docentes (erróneamente llamados) ad honorem y contratados. Sin embargo, el Ministerio no solo no se compromete a resolver la situación laboral de los miles de docentes que trabajan gratis y precarizados sino que esta suma alcanzaría apenas para unos 600 docentes en todo el país, una porción mínima del total.
También se trata de un intento de camuflar un acuerdo que no da respuesta a un reclamo histórico central: terminar con el trabajo no pago y con la precarización laboral en las universidades públicas. Como tampoco este acuerdo resuelve el drama del 65 % de los docentes que según la misma SPU tienen una dedicación simple (hoy alrededor de los $ 5 mil), obligados a tener más de un cargo en la universidad o, en la mayoría de los casos, buscar otro trabajo.
El acuerdo fue promovido directamente por la dirección kirchnerista de Carlos de Feo, quien lo declaró “un triunfo de la movilización y de la lucha en las calles durante meses”. Esta dirección fue la misma que levantó el paro ante la primera reunión paritaria del cuatrimestre, llamándolo para una semana luego de la provocación del 10,8 %, para levantar nuevamente y plantear que se había “roto el techo salarial”. La misma que ante una movilización histórica de más de 200 mil personas a Plaza de Mayo y todo el país el jueves 30, el día del mazazo devaluatorio, impidió el ingreso a la Plaza taponando la entrada con el escenario y terminaron planteando “Hay 2019”.
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Ellos dicen “Hay 2019”, pero la lucha es ahora
El kirchnerismo apuesta todos sus dados a las elecciones nacionales de 2019, con discursos incendiarios contra el macrismo en los medios pero negándose a desarrollar las luchas que enfrentan hoy los planes de ajuste. Y es que para que “haya 2019” se tienen que dar necesariamente dos condiciones: que Macri ajuste y que Macri no caiga. Es una maniobra electoral que juega con el pan de millones. Por eso no es de extrañar que mientras Agustín Rossi plantea que están dispuestos a seguir pagando la deuda, Guillermo Moreno plantee que hay que pedirle perdón a Menem y Duhalde.
Este espíritu que busca subordinar las luchas reales del presente al cálculo electoral del próximo año se expresa también en CABA con la formación de “frentes amplios antimacristas” como el de En Marcha, un rejunte que cuenta con la participación del Movimiento Popular La Dignidad (Izquierda Popular) y Patria Grande (su referente Martin Ogando fue orador en el acto de lanzamiento). De este espacio participa Victoria Donda (exaliada electoral del exministro de Economía Alfonso Prat Gay), quien describió la iniciativa como “un ladrillo más en algo más grande”, lo que indica que se trata de un proyecto que busca integrarse a un frente opositor liderado por el peronismo, lo que explicó la presencia en su lanzamiento de invitados tales como el exgobernador de PBA Felipe Solá (hoy en el Frente Renovador de Massa), Víctor Santa María (titular del PJ porteño), y los camporistas Juan Cabandié y Wado de Pedro, entre otros. No es de extrañar que agrupaciones como Patria Grande o el maoísta PTP (PCR) hayan participado de alianzas electorales con el peronismo en las elecciones porteñas, y que agrupaciones como La Mella (Patria Grande) hayan boicoteado recientemente en alianza con la gestión la toma estudiantil en el Joaquín V. González.
Desde En Clave Roja en el Frente de Izquierda decimos que “Hay 2018, que la lucha es ahora”. La movilización estudiantil continúa por el Presupuesto Educativo, pero el arreglo miserable conseguido por el kirchnerismo en Conadu debilita la lucha educativa al desactivar el conflicto de los docentes universitarios, muchos de los cuales podían garantizar la masiva presencia estudiantil en las movilizaciones. Más aun, el acuerdo le dio el espacio a Finocchiaro para amenazar a los docentes universitarios con descuentos si persisten en las movilizaciones.
Para superar a estas direcciones que desvían las luchas del presente es necesario que los sectores más decididos del movimiento estudiantil, aquellos que quieren pararle la mano a Macri y que entienden la pelea por desarrollar espacios más amplios de organización desde las bases, se agrupen en tendencias anticapitalistas como las que busca construir En Clave Roja, agrupaciones juveniles que luchen activamente contra el ajuste, por la unidad obrero-estudiantil, por criticar el modelo capitalista de universidad y ponerla al servicio de los trabajadores y el pueblo, por detener a gobiernos antipopulares como el de Macri, que fugan capitales y pagan la ilegítima deuda externa en perjuicio de la educación, la ciencia y la tecnología.
Por todo esto te invitamos en la UTN a unirte a la agrupación En Clave Roja (PTS + independientes) en el Frente de Izquierda, para que digamos juntos Fuera el FMI, fuera Macri, y consigamos que la plata vaya efectivamente para educación, ciencia y tecnología y no para la ilegítima deuda externa.