A continuación, compartimos una colaboración hacia La Izquierda Diario de parte de nuestra comunidad.
Viernes 14 de julio de 2023
“Hablo de ternura compañero. Usted no sabe. Cómo cuesta encontrar el amor. En estas condiciones” Pedro Lemebel
Hablar de amor, debatir sobre ternura también es político, la historia nos ha mostrado diferentes personajes y héroes, dispuestos a dar la vida por la revolución. Las novelas nos relatan hazañas de guerreros los cuales después de la lucha y el fuego, se acuestan con numerosas mujeres para terminar en los brazos de una mujer dispuesta a darle hijos y una descendencia, como es el caso de Ulises en la Odisea. Pero no existe travesti en ese imaginario revolucionario heterosexual y terminamos siendo idealizadas como seres mitológicos castigadas por los Dioses y de frágil biografía. Seres como un centauro, mitad caballo y humano, de largas cabelleras y de aspecto monstruoso. Muchas veces sirenas, mujeres a medias y cola de pez, cuya belleza y cantos embrujan a los hombres y los llevan a su muerte en lo profundo del mar. Tenemos el caso de la isla de Calipso quien con sus hechizos y lujuria logra retener a Ulises por años y este, después del disfrute, corre a los brazos de Penélope. Y la trágica vida de Medusa, que castigada y sentenciada es incapaz de poder mirar a un hombre a sus ojos, pues a este lo convierte en piedra. En la actualidad las travestis no estamos en el imaginario amoroso de ningún hombre, por más valiente que este sea, pues este siempre estará dispuesto a conservar su masculinidad ante otros. ¿Lo íntimo es político? ¿Estarían estos héroes dispuestos a asumir un vínculo con un ser mitológico? O acaso la revolución es solo de la cama para fuera. Siempre hemos existido, aunque nunca se hable de nosotras.
Hoy que la izquierda apoya y predica la lucha de clases y por los derechos de las minorías sexuales, es importante que aparte de palestra para debatir y reclamar nuestros derechos, saber que tan dispuestos están en asumir su deseo por nosotras. El deseo hacia la figura de la travesti no es de un sector político, es transversal. Hace algún tiempo en las noticias el senador Felipe Kast (Evopoli) se refirió al video en el cual se le ve en su auto con una modelo trans. Lejos de omitir se refirió dejando en claro que se encuentra separado y a la vez denuncio comentarios ofensivos y discriminatorios, muchos por parte de la misma izquierda que dice apoyar nuestras demandas, insultos los cuales lidiamos en nuestro diario vivir.
Entonces es importante la pregunta ¿en qué espacios somos amadas las travestis? Es importante contraponer la figura de la travesti con la de los hombres revolucionarios. Cuando los hombres salen a protestar las travestis ya estábamos en la calle resistiendo y combatiendo un sistema machista y heterosexual, cuando la protesta se apacigua, la travesti sigue en un rubro sin reconocimiento con una esperanza de vida no superior a 40 años. La constante revuelta de la travesti con su fuego y sexo, siendo encarceladas por los pacos o por el maldito artículo de la moral y las buenas costumbres, apaleadas y vejadas.
¿Qué es lo que hace que las travestis y transexuales seamos fieles a nuestros deseos, a nuestros impulsos y estos hombres, aun atraídos, huyan, negándose a sentir algo por nosotras? Tenemos la novela “el beso de la mujer araña” de Manuel Puig, prohibida por la dictadura Argentina (1970). Nos relata la historia de dos detenidos, Valentín y Molina. El primero preso político de izquierda Marxista y Molina una loca maricona travesti de identidad no clara, ya que en aquella época no estaba clara la diferencia entre el gay la travesti o transexual. Esta última en prisión por corrupción de menores, aunque solo reconoce encariñarse con un muchacho y ese fue su único crimen. La Loca le relata a Valentín películas y una de esas protagonistas es la mujer araña, volviendo a la mitología de mujeres mitad humanas y mitad animal. Es la realidad de muchas de nosotras con nuestros sujetos amorosos. Lo podemos leer en el extracto del encuentro del revolucionario Valentín con la Mujer Araña en una conversación con su mujer:
“...y me miraba, pero cada vez más triste, y le caían más lágrimas, «más diamantes», y yo no sabía qué hacer para quitarle la tristeza, «yo sé lo que le hiciste, y no estoy celosa, porque nunca más la vas a ver en la vida», es que ella estaba muy triste, ¿no te das cuenta? «pero te gustó, y eso no tendría que perdonártelo» pero nunca más la voy a ver en la vida, «¿y es cierto que tenés mucho hambre?», sí, es cierto, y la mujer-araña me señaló con el dedo un camino en la selva, y ahora no sé por dónde empezar a comer tantas cosas que me encontré”
Quizás la problemática no se soluciona simplemente con más derechos o la tolerancia, Quizás la solución sea tan sencilla de aceptarnos como sujetas de cariño, y no ser rechazadas en primera instancia solo por el hecho de ser quien somos. Quizás la verdadera revolución parta en el cuerpo, sus impulsos y hacernos cargos de eso. Destruir la imagen masculina con un beso travesti incendiario o permitirse nadar al fondo de los océanos de la mano de una mujer pez.
Valentina Carfulen
Trabajadora sexual, escritora y prevencionista en salud sexual.