La promesa de campaña que hizo Trump de derogar el Obamacare está a punto de poner en riesgo la vida de millones de personas que podrían perder el acceso alguna cobertura médica en los próximos años. La propuesta de Ley no es una reforma en salud sino un recorte fiscal.
Martes 27 de junio de 2017 11:59
El partido republicano pretende someter a discusión en la Cámara Alta de Estados Unidos antes del 4 de julio el “Health Care Bill”, un Proyecto de Ley de Salud que pretende reemplazar la “Affordable Care Act”, mejor conocida como Obamacare, legislación vigente desde el año 2010.
La derogación de esta ley fue una propuesta de campaña de Trump que hasta ahora ha mostrado su incapacidad y la falta de apoyo político con la que cuenta al interior de la clase dominante estadounidense.
Esta propuesta fue publicada recién unos días atrás en la página del senado, y fue la primera vez que se conoció el contenido debido a que la ley fue discutida en secreto por un Comité de 13 personas.
El conocimiento público del contenido generó inmediata inconformidad nacional y diversas movilizaciones de repudio. Se estima que por lo menos 22 millones de personas perderán acceso a cualquier sistema de salud para el 2026.
La iniciativa de Mitch McConnell enfrenta un importante reto para que esta ley puede ser aprobada. Aún al interior del partido republicano existen diferencias públicas sobre esta propuesta de ley. Y no es porque los políticos republicanos que representan a lo más conservador de la burguesía estadounidenses estén preocupados por las consecuencias sociales de esta ley. No, los senadores Ted Cruz, Rand Paul, Ron Johnson y Mike Lee se oponen a la aprobación de esta ley por ser demasiado “ligth”, es decir, porque no es suficientemente dura contra la población de Estados Unidos, y exigen más.
Detrás de la Health Care Bill está la crisis capitalista
Detrás del proyecto de la ley en salud están las presiones que enfrenta la economía estadounidense. El proyecto pretende eliminar 321,000 millones de dólares del déficit fiscal en 10 años, pero esto es irrisorio cuando el tamaño del gasto del gobierno estimado sólo para el 2018 es de 4,094 trillones de dólares. Los costos sociales serán enormes y no resuelven en nada los problemas estructurales de la economía de Estados Unidos.
El sistema de salud estadounidense está totalmente privatizado y éstas son las consecuencias. Incluso el Obamacare está pensado como un sistema de salud privado donde los más beneficiados son las grandes aseguradoras y el capital financiero, no la población usuaria. Éstas son las consecuencias de que el capital privado haya destruido toda noción de un sistema de Salud Público en Estados Unidos. Es una dolorosa contradicción el que en uno de los países más ricos del mundo, la sociedad no pueda brindarse ni si quiera una protección básica en salud.
Inmediatamente que se publicó el borrador de esta propuesta, miles de personas salieron a protestar en diversos puntos de la Unión Americana. No sólo organizaciones que trabajan en torno al derecho a la salud, también personas mayores y personas con discapacidades o enfermedades. La prensa estadounidense reflejó duras imágenes de personas que fueron retiradas por la policía en sus propias sillas de ruedas.
¿Por qué es tan agresiva esta propuesta de ley?
La propuesta de ley en salud que presentan los republicanos elimina impuestos a los estratos más ricos de la población con los cuales se financiaban subsidios para el programa Medicaid que atiende a 75 millones de personas como niños, ancianos, adultos mayores y personas con alguna discapacidad o enfermedades preexistentes (VIH, cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, congénitas, respiratorias, Alzheimer, Parkinson, etc.).
También elimina los recursos para el plan conocido como Planned Parenthood que es un subsistema de clínicas especializadas en salud reproductiva de la mujer, en lo que es otro ataque directo contra los derechos de las mujeres. La propuesta de Ley exige que se vuelva a poner en pie el espíritu combativo de miles de mujeres en todo EE.UU. que participaron del Women´s Strike.
La propuesta también elimina el “mandato individual” que contiene la actual ley, que es una obligación de comprar un seguro médico para todos los ciudadanos so pena de multa. Algunos especialistas sostienen que los más afectados serán los jóvenes que, pensándose inmunes a alguna enfermedad, no puedan enfrentar costos ante una eventualidad de salud y caigan en bancarrota. Al mismo tiempo esta medida implica que los precios de los seguros suban, beneficiando sólo a las aseguradoras.
De permitir que la ley se apruebe, estarían en riesgo la vida de millones de personas en los próximos años, y seguramente este modelo seguirá profundizándose y expandiéndose a otras partes del mundo.
Es importantísimo que las movilizaciones contra la reforma cuestionen el carácter privado de la salud estadounidense y derroten este atentado que quieren imponer el partido republicano junto a la industria sanitaria, financiera y farmacéutica en contra de la salud de la clase trabajadora y los sectores populares. Junto a los más vulnerables por esta reforma es necesario que los sindicatos combativos como el de maestros de Chicago salgan a las calles para manifestar por miles la rotunda oposición a este ataque a la salud.