Aliança Catalana mantiene la alcaldía de Ripoll Junts se descolgara de la moción de censura pactada con ERC, PSC y CUP. Y de nuevo la pregunta ¿Cómo enfrentar a la extrema derecha? Un debate con la CUP
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Jueves 20 de febrero
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Esta semana la diputada del Parlament de Catalunya y alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, ha salido victoriosa. La moción de censura para echarle de la alcaldía del municipio de la provincia de Girona finalmente no se presentará. Oriol lo ha conseguido gracias a Junts, que a última hora y tras meses de negociación con los grupos municipales de PSC, ERC y CUP, se ha descolgado.
La formación de extrema derecha catalana mantiene así la alcaldía de Ripoll, la única con la que cuentan hasta el momento. Además sus presupuestos se activan automáticamente a pesar de no contar con la mayoría del Pleno.
Tras esta doble victoria, Silvia Orriols ha salido pletórica en los medios y no ha dudado en lanzar más guiños a la formación liderada por Turull, asegurando que está “abierta a más acuerdos” con Junts en otras partes de Catalunya.
Junts ha querido negar la mayor, asegurando que eso no se dará ya que defienden “otra Catalunya” y que la decisión en Ripoll se circunscribe tan solo a ese municipio. La plana mayor de Junts, con Turull a la cabeza, se desplazó ayer al municipio gironés para dar explicaciones sobre por qué ha tomado la decisión de abandonar el preacuerdo que mantenía con el resto de la oposición municipal.
La razón principal esgrimida por Junts ha sido que tirar adelante la moción de censura sólo hubiera hecho que "aumente el victimismo y la confrontación social", y salga "reforzada" en las elecciones municipales de 2027.”
"No es una buena solución combatir Aliança con pactos ’Frankestein’", ha aseverado el edil de Junts en Ripoll, Ferran Raigon, usando el mismo término que Orriols ha usado alguna vez sobre lo que considera un "pacto antinatura" para quitarle la alcaldía.
Nuevamente, estos bailes de salón de la política burguesa han demostrado que de nada sirven para frenar a una extrema derecha que ya ocupa cargos públicos relevantes, como la citada alcaldía de Ripoll, y en las catalanas de mayo de 2024 consiguió dos entrados en Parlament de Catalunya y más de 100 mil votos.
La decisión de Junts ha despertado todo tipo de reacciones de sus hasta ayer socios de la moción. Tanto PSC, ERC como la CUP, le acusan de ceder a la presión electoral y temer que un enfrentamiento con Orriols le permita aumentar aún más su influencia en su propia base social conservadora. Le critican anteponer sus intereses electorales a los de Ripoll y, en última instancia, ceder ante la extrema derecha y no combatirla.
Pero ¿a alguien le sorprende? Junts lleva meses en un giro cada vez más reaccionario comprándole la línea a Allainça Catalana ¿Alguien puede creer que una alcaldía de Junts y el apoyo del mismo PSC que lideró en la UE la firma del Pacto de Migración y Asilo es la alternativa para enfrentar a la extrema derecha independentista?
Lo más lamentable es que la CUP vuelva a caer, una vez más, en esta lógica de frente democrático con la derecha “menos mala”. La retórica “antifascista” y de adalid de la democracia que sostienen partidos como el PSOE o Sumar, o inclusive desde la parte conservadora del arco político puede usar Junts, no puede esconder que este aumento y consolidación de la extrema derecha en el Estado español y también en Catalunya, se ha dado precisamente por sus políticas.
¿No es acaso solicitar el control de las fronteras catalanas para expulsar migrantes una política de extrema derecha? ¿No es política de la extrema derecha la criminalización permanente de los migrantes, asociándolos a criminalidad e inseguridad? ¿No lo es tampoco la política de deportaciones en caliente o la represión contra migrantes en las fronteras de Ceuta y Melilla? Cualquiera podría responder que sí. Pero esto llevado adelante o defendido solamente por AC o Vox, sino por Junts y PSOE, con la colaboración de sus socios de Podemos primero y Sumar después.
Entonces les queremos preguntar a los compañeros de la CUP ¿Son estos mismos partidos los que pueden ser el freno a la extrema derecha? Creemos que en absoluto. Que la CUP haya salido lamentar que la formación liderada por Turull desde Barcelona y Puigdemont desde Waterloo, haya roto el pacto, suena a un nuevo lamento porque Junts sigue siendo Junts, el partido de la derecha.
Se repite la vieja estrategia de unidad nacional con la burguesía independentista catalana. Ahora no es para conseguir la “República” tendiéndole la mano, sino, nada menos que para enfrentar las políticas de extrema derecha que esta misma derecha independentista defiende abiertamente.
Como en la lucha por la autodeterminación, hay otra estrategia posible y totalmente opuesta. Una que ponga en el centro el desarrollo de la movilización de la clase trabajadora y los sectores populares para luchar contra la extrema derecha y las políticas antiobreras y racistas que defiende Junts y aplica el gobierno PSOE-Sumar todos los días.
En los últimos meses estamos viendo en las principales ciudades del Estado español masivas movilizaciones por el derecho a la vivienda, con triunfos como el de la casa Orsola en Barcelona. Estamos asistiendo también a la organización juvenil en las universidades para enfrentar los discursos de odio y la privatización de la educación que quiere impulsar la “trumpista” Ayuso en Madrid. Vemos fuera del Estado español como siguen las movilizaciones contra el genocidio en Palestina en Londres o las movilizaciones contra la extrema derecha en Alemania por parte de trabajadores y jóvenes.
Esa es la fuerza que puede enfrentar a la extrema derecha y que hay que apostar, también aquí en Catalunya, por organizar y movilizar. La CUP debería dejar de mirar a Junts y los viejos socios “procesistas” y usar sus posiciones y peso militante en los movimientos para llamar a un frente único independiente de los partidos patronales.
Es necesario construir la unidad de las las fuerzas sindicales de izquierdas, organizaciones políticas de izquierdas y movimientos sociales a una gran movilización contra la extrema derecha y los partidos y gobiernos que le abren la puerta. Que se promuevan asambleas en los centros de trabajo, en los centros de estudio y barrios.
Un gran movimiento que pelee de un contenido de clase a la lucha contra la extrema derecha, que ataque los problemas sociales de fondo sobre los que crece y la división que quieren imponer entre trabajadores de un lugar u otro.
Para frenar a AC o a Vox, tenemos que pelear por medidas como la derogación de todas las leyes de extranjería, .la expropiación de las viviendas de grandes tenedores, el reparto de la jornada laboral, la jubilación a los 60 o impuestos a las grandes empresas y fortunas para fortalecer los servicios públicos. Y en esta pelea los Junts,, ERC, PSOE o Sumar estarán enfrenrte, mucho más cerca de Orriols que de nosotros.
Contra la derecha ultra reaccionaria que emerge a lo largo del planeta con Trump, Orban, Meloni, Milei, y que une sus discursos de odio al plan de los grandes capitalistas, es imprescindible desarrollar nuestras propias fuerzas, desde abajo y unir las luchas que quieren separadas.
Ante esta extrema derecha, a la que le allana el camino las políticas del “progresismo” del PSOE o Sumar, o en Catalunya los partidos de la burguesía catalana como Junts, es necesario construir una alternativa política con absoluta independencia de los partidos capitalistas. Que desarrolle la movilización social con la clase trabajadora al frente y que defienda un programa antiimperialista, anticapitalista y socialista.