Los vuelos con venezolanos deportados forzosamente están llegando con frecuencia al país. El gobierno de Maduro muestra estas deportaciones como su plan de “Vuelta a la Patria”, como si se tratara del retorno feliz y voluntario de venezolanos. La cruda realidad es que se trata miles de personas que son obligadas a retornar a un país del cual salieron por la pobreza y la miseria en que vivían.
Miércoles 26 de febrero 10:45
El plan de deportaciones forzadas hacia Venezuela dio inicio tras el acuerdo en el gobierno de Trump y el de Maduro tras la visita a Caracas del enviado especial de Estados Unidos, Richard Grenell, quien estuvo en el país a finales de enero. El enviado de Trump fue presentado por el gobierno en Miraflores con banderas estadounidenses y venezolanas flanqueando el encuentro, justo cuando el presidente gringo alienta una oleada xenófoba, racista y de odio con redadas indiscriminadas contra inmigrantes, incluyendo miles de venezolanos. Bajo las imágenes de Miraflores se aplaude en los hechos una política imperialista detestable de escandalosas expulsiones de migrantes.
Desde entonces, ya son varios los vuelos que han llegado con deportados directamente desde Estados Unidos. El 10 de febrero, 190 personas llegaron a través de dos vuelos de la empresa del estado venezolano Conviasa, directamente desde El Paso, en Texas. El 20 de febrero, un grupo de 176 venezolanos llegó en un avión procedente de Honduras, procedentes de la base militar estadounidense de Guantánamo, en la que estuvieron retenidos y tratados como criminales. Y este lunes 24 de febrero, 242 migrantes arribaron desde territorio mexicano, también en aviones venezolanos.
En el avión procedente de México, estaban 74 son mujeres, 94 hombres y el resto menores de edad, incluyendo una joven de 16 años que viajó sola. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, que muestra su espectáculo a la llegada de los vuelos, declaró que “esta misma semana” Venezuela enviará aviones a México, donde -agregó- hay alrededor de 500 personas que están listas para regresar.
Con respecto a estos vuelos procedentes de México, el gobierno de Maduro se ha negado a declarar si se trata de deportados forzosos desde Estados Unidos y recibidos por México, en un esquema semejante al de Honduras, para ser repatriados; o si han salido producto de algún acuerdo entre el gobierno de Maduro y el de Claudia Sheibaund, tras el "cierre" de la frontera, y el fin de la aplicación ’CBP One’ por parte de Trump. Tampoco lo dijo el gobierno mexicano.
Los venezolanos en México, son la cuarta parte de la migración irregular. De acuerdo a datos oficiales, México detectó 266.846 migrantes irregulares de Venezuela de enero a agosto, un 28,85 % del total de 925.085 de todas las nacionalidades este 2024 y un aumento del 142,76 % frente a los primeros ocho meses de 2023, según la Unidad de Política Migratoria. Y México también aplica expulsiones de inmigrantes, solo que le agrega la fachada de “en forma humanitaria”.
Recordemos que el gobierno de López Obrador, llegó a un acuerdo en marzo del 2024 con el gobierno de Maduro para deportar migrantes venezolanos, que incluía entregarles un supuesto “apoyo” mensual de 110 dólares durante medio año, cuando ya estén en Venezuela. “Nosotros estamos mandando venezolanos de vuelta a su país porque realmente no podemos con estas cantidades”, declaró en su momento la entonces la canciller mexicana Alicia Bárcena. Llegó a exponer de manera descarada que el “apoyo” económico les salía más barato ya que, según dijo, gastan alrededor de 4 mil millones de dólares en atender el tránsito del fenómeno migratorio, incluyendo el uso de la Guardia Nacional en acciones ante los migrantes.
Expresiones como “acciones humanitarias” o “trasbordos humanitarios” son los nombres que usa la presidenta mexicana Claudia Sheibaund de México y Xiomara Castro de Honduras, en su política de colaborar con Estados Unidos. La presidenta hondureña fue más clara al manifestar que la participación de su país, "forma parte de un esfuerzo de cooperación positiva entre los Gobiernos de Honduras, los Estados Unidos de América y la República Bolivariana de Venezuela". Todos quieren poner el “rostro humanitario”, como hace Maduro con su “Vuelta a la Patria”, a una situación de expulsión de miles de migrantes en países que llegaron por necesidad y las condiciones miserables. Ellos quieren el derecho al trabajo, a poder residir legalmente en los países que migraron, no ser expulsados.
Ante las políticas salvajes del gobierno de Trump, redadas indiscriminadas, cierre y militarización de fronteras, en la que colabora el gobierno mexicano desplazando a más de 10 mil militares de la Guardia Nacional, muchos migrantes venezolanos inician el retorno por cuenta propia. Pero no lo hacen contentos de volver, lo hacen obligadamente porque se les cierra el paso para ingresar a países en los que llegan por trabajo.
La denigración es brutal para estos migrantes. En la selva panameña y en el propio Darién, por ejemplo, el gobierno de Molino ha establecido un campamento con inmigrantes venezolanos, que tuvieron que emprender el retorno obligado ante las políticas migratorias de Estados Unidos. Casi todos los días, engañados por el gobierno panameño, desde el martes 18 de febrero han seguido llegando hasta allí buses con migrantes. Según reportes de la prensa local, el jueves había más de 350, varios de ellos menores de edad.
De acuerdo a sus propias declaraciones, muchos retornar, pero su plan es emprender nuevamente la travesía a algún otro país del continente. “Ahora la meta es Chile”, dicen algunos. "Mi objetivo era llegar a Estados Unidos para luego traer a mis hijos, pero cerraron la frontera y no se pudo. Toca regresar a Venezuela y esperar un tiempito para regresar nuevamente a Chile", dicen otros.
Por eso no plan “Vuelta a la Patria” como lo pinta Maduro, son deportaciones, expulsiones de miles que no quieren volver, pero se les cierran todas las puertas. “Plan Vuelta a la Patria” de acuerdo a la página oficial indica que “tiene como objetivo fundamental ofrecer el apoyo y estímulo a los migrantes venezolanos (as) que expresen voluntariamente su deseo de retornar a la República Bolivariana de Venezuela…”. Pero no es retorno voluntario, son forzados a retornar, muchísimos siendo víctimas de vejámenes, detenciones, violándoles todos sus derechos más elementales.
El discurso de Maduro es cínico. En realidad, por parte de Maduro, es la aceptación de las acciones de las políticas reaccionarias que lleva adelante Donad Trump con su política de expulsar a millones de inmigrantes, realizando redadas en las principales ciudades de Estados Unidos.
Se trata de millares de venezolanos y venezolanas, incluyendo niños, que en función de la miseria que viven en Venezuela salieron en busca de trabajo o nuevas oportunidades de vida. Miseria de la cual es responsable tanto el propio gobierno venezolano, como lo son también los sectores de la derecha como la que encabeza María Corina Machado alentando y apoyando las criminales sanciones del imperialismo estadounidense que cayeron con peso sobre el propio pueblo venezolano. Ambos son responsables de la migración masiva de venezolanos en los últimos años.
Como planteamos desde La Izquierda Diario, exijamos para los inmigrantes en Estados Unidos, todos los derechos a residencia y trabajo, así como en cualquier otro país en el que decidan residir. Basta de las deportaciones y de la persecución de los migrantes, plenos derechos democráticos.
