Reproducimos el artículo de Eloisa Domínguez publicado en el periódico Crónica sobre la lucha por la reinstalación de Monstserrat Jiménez, trabajadora del DIF.
Sábado 11 de junio de 2022
El DIF capitalino, que dirige Esthela Damián, impidió la entrada a Montserrat Jiménez, el pasado 26 de mayo, a su centro de trabajo por órdenes de "personal de estructura".
Durante diez años Montserrat Jiménez trabajó con niñas, niños y adolescentes en los centros del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Su labor en intervención comunitaria consistía en dotar a menores del conocimiento de la defensa de sus derechos humanos, una actividad que la entusiasmó desde que obtuvo este empleo al ocupar la vacante que un maestro dejó en 2013, pero que también la hizo testigo de violaciones a los derechos humanos de quienes prestan sus servicios en este organismo.
Montserrat, de 36 años y de profesión socióloga por la UNAM, advirtió despidos injustificados, salarios de miseria y la imposibilidad de generar derechos para el retiro, entre otras prácticas que se agudizaron con la llegada de Esthela Damián Peralta, en 2019.
"En ese año fueron despedidos cuatro compañeros. Fueron despidos injustificados, además de los salarios que son bajísimos. Mientras que a Esthela Damián se le paga un sueldo por más de cien mil pesos mensuales, a quienes tenemos la tarea de llevar los programas sociales, como Pilares y Barrio Adentro, tenemos una remuneración de menos de siete mil pesos al mes", señala Montserrat en entrevista con Crónica.
Al ver estas circunstancias se integró al movimiento Queremos trabajo digno que protesta por un salario justo y seguridad social.
Narra que durante la pandemia por Covid-19 los contagios en el DIF capitalino fueron cosa ignorada, y la familia de los trabajadores que fallecieron no contaron con apoyos.
"No nos ven como trabajadores. Somos de honorarios, y al personal de estructura eso le permite no respetarnos, no considerar que tenemos derechos laborales".
Montserrat Jiménez explica que sumarse a Queremos trabajo digno la evidenció por ser una de las voces que expone la situación laboral en el gobierno de la "austeridad".
"Al sueldo de cinco mil 700 pesos mensuales –en promedio– que les dan a maestros les redujeron 20 por ciento. ¡Cómo no protestar por esto!"...
Viven balaceras y asaltos, todo por la 4T
Dar a conocer y llevar los programas sociales de la llamada Cuarta Transformación a las niñas, niños y adolescentes que habitan en zonas con cifras de altos índices delictivos es un reto para los integrantes de la intervención comunitaria, y lo que viven se queda en la anécdota de la jornada del trabajo diario.
Montserrat Jiménez habla por sus compañeros que han sido testigos y víctimas de balaceras y asaltos.
"Tenemos compañeros que al llegar a Iztapalapa para tocar puertas de casa en casa con Barrio Adentro vivieron un enfrentamiento a balazos. No les ocurrió nada, por fortuna, porque supieron esquivar el momento. Pero hay quienes han sido asaltados sin denunciar. Los trayectos a las colonias en busca de insertar los programas sociales los vivimos sin protección... El personal de estructura llega a las zonas en camionetas y vigilancia. Esto es parte de nuestro trabajo y les enoja que protestamos".
Señala que al exhibir la precarizacion de las condiciones laborales en el DIF sus jefes comenzaron un hostigamiento. La cambiaron de área. Dejó de estar en contacto con las niñas, niños y adolescentes. La convirtieron en guardia de despensas, con un horario de las 8:00 horas a las 20:00 horas, y cumplió las órdenes que daban Gabriela Piña Trejo, subdirectora de Atención Integral a Niñas Niños y Adolescentes, y de Nashelly Contreras Orozco, directora de Atención Integral a Niñas Niños y Adolescentes. Sus jefas vigilaron sus movimientos en lo particular en cuanto a su inconformidad laboral.
El 26 de mayo recibió la noticia de que sería despedida. Al preguntar el motivo de esta decisión, Gabriela Piña Trejo le respondió: "Tú ya sabes". Es decir por haber metido una demanda laboral, tal y como se lo hizo saber la funcionaria.
Montserrat Jiménez no se amedrentó y continuó presentándose a su centro de trabajo, y días después, el 1 de junio, un hombre le impidió la entrada a las oficinas de la Dirección Ejecutiva de Apoyo a Niñas, niños y Adolescentes. Le dijo que tenía órdenes del personal de estructura de no dejarla pasar.
Montserrat Jiménez Macías ubicó una camioneta en la que Nashelly Contreras es trasladada. Le llamó por teléfono para que bajara del inmueble a hablar con ella. Nadie le respondió.
Supo que le darían 11 mil 700 pesos, pero no como liquidación –de eso no gozan en el DIF los trabajadores de honorarios–, sino por el mes vencido, trabajado, tras haber laborado diez años en el DIF de la Ciudad de los Derechos.
Tras hacer pública su situación, los integrantes de Queremos trabajo digno organizaron una protesta el pasado miércoles. La concentración tuvo como lugar de cita el Palacio de Bellas Artes para de ahí partir hacia el Zócalo capitalino.
Al lugar arribaron feministas que exigieron justicia laboral para Montserrat Jiménez. Se solidarizaron integrantes del Sutiems y de SutNotimex, entre otros más.
A la manifestación le dio resonancia la Batucada Combativa, una de las más representativas en el acompañamiento de las protestas de la violencia contra las mujeres.
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En la protesta por la reinstalación de Monserrat Jiménez y contra la precarización laboral y los despidos, mencionada en el artículo, participaron también trabajadoras y trabajadores de Cultura despedidos por el gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, y trabajadoras y trabajadores organizados en el Sindicatos de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior, actualmente en huelga por aumento salarial, desde el 8 de junio pasado.