Los resultados en la ciudad, muestran una tendencia al centro e inclinada a la derecha, donde se eligio a un nuevo alcalde, Orlando Vargas (ind. ex concertación) y es posible que a un nuevo gobernador. La izquierda anticapitalista e independiente de los grandes empresarios y los partidos de los 30 años, representada en la candidatura a concejal del profesor Camilo Jofré Cañipa (PTR), obtuvo una muy buena votación.
Domingo 3 de noviembre
En Arica, luego de 8 años que estuvo en el municipio Gerardo Espíndola del Partido Liberal, fue electo como nuevo alcalde Orlando Vargas Pizarro, con el 31,98% de los votos. Superando ampliamente la votación de Espíndola. El Partido Liberal se queda así, sin un puesto clave, como la municipalidad de Arica, que venía siendo parte de la “cuna” del liberalismo en la ciudad. Un golpe importante que sufren los liberales justo en el momento que deciden postular a Vlado Mirosevic como presidente.
El nuevo alcalde, Orlando Vargas, mantiene la misma forma de ver y entender la política que tuvo la ex concertación. Y que se reflejó en su campaña, donde estuvieron como planteamientos, la creación de nuevas fuerzas de represión, en vez de poner al centro la crisis en los sistema de salud o educación, en el trabajo precario, o demandas que son profundamente sentidas. Además de tener un pasado que lo vincula a casos de corrupción, donde se dieron a conocer públicamente los audios con empresarios en la ciudad.
En otros municipios de la XV región de Arica y Parinacota, quedaron como ediles, Christian Zavala Soto(DC) en Camarones, Javier Tito (ind. UDI) en Putre, y Alex Castillo(Republicano) en General Lagos.
La participación pese a ser obligatoria, alcanzó un 80% del total de votantes. Con un número significativo de votos nulos y blancos en Arica y Camarones.
Se eligieron además a 14 consejeros regionales, donde cinco de ellos serán reelegidos. Además hay 10 concejales, donde una votación importante la tuvieron candidatos de Republicanos y Renovación Nacional.
Finalmente, la votación a gobernadores, dejó con un pie dentro de la gobernación a Diego Paco (RN), que superó por poco al actual gobernador Jorge Diaz (DC), pero que con los votos del Partido Republicano, podría alcanzar fácilmente la mayoría.
Dentro de la votación, destacamos los 2.226 votos obtenidos por el profesor Camilo Jofré Cañipa, del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) que se ubicó como la novena mayoría en la votación de concejales. Desde ya, esta votación muestra que hay un sector que cree en una alternativa distinta a los partidos empresariales de los 30 años y el gobierno, quienes se dedicaron a hacer una campaña centrada en la “seguridad” y contra la migración, al coro de lo que les plantea la derecha. Desde el PTR pusimos al centro la defensa en la educación y la salud, pero además fuimos activos buscando potenciar las luchas que se desarrollaron en la ciudad, como la de estudiantes de pedagogía en la universidad de Tarapacá, o la movilización de los asistentes de la educación, buscando su coordinación y unidad.
Además, presentamos una salida de fondo a la crisis del agua contaminada, que nos tuvo más de dos semanas sin la seguridad de que lo que salia de nuestras llaves era bebible o no. Planteamos, contra el negocio que lleva adelante aguas del altiplano, la nacionalización del agua y de los recursos básicos, bajo gestion democrática de trabajadores en coordinación con usuarios. Al mismo tiempo exigimos la anulación de la boleta por parte de aguas del altiplano.
El PTR además tuvo una importante votación en Antofagasta, donde se superaron los 20 mil votos por parte de los candidato. Una de las principales figuras fue la candidata a alcalde Daniela Avilés.
Elecciones: entre una relativa “estabilidad” y una crisis que se profundiza
En estas elecciones, se experimentó un cambio importante en el mapa político, sin que se dieran grandes debacles que algunos auguraban tanto en la derecha, como en el oficialismo, tanto por los casos Hermosilla, Cubillos y Monsalve, de las últimas semanas. La derecha en ese sentido, si bien conquistó algunos lugares claves, no logró un avance decisivo, mientras que el partido republicano, del ultra derechista Jose Antonio Kast, se quedaron sin alcanzar las altas expectativas que tenían, como la gobernación y alcaldía en Arica (lo cual anunciaron a través de una entrevista en La Tercera), pero tampoco alcanzaron capitales regionales importantes. Este escenario, según muchos analistas, muestra una relativa “estabilidad”, mucho mayor respecto a las elecciones pasadas, pero que mantienen la fragmentación y la crisis institucional que se sigue profundizando.
Los resultados marcaron una inclinación hacia el centro y la derecha, aunque esto no se da en términos absolutos: el triunfo de partidos tradicionales como RN y los resultados mixtos del Frente Amplio y el Partido Comunista, muestran una nueva situación con un sistema político que se va reconfigurado.
Si bien el sistema muestra algunos signos de estabilidad política, hay una crisis profunda que atraviesa el país. Los problemas del sistema electoral se mantienen, la participación de independientes (casi el 70% de candidatos alcaldes fueron independientes), así como el gran número de votos nulos y blancos, además de las abstenciones, muestra que sigue existiendo una dispersión que no se puede pasar por alto. De fondo se expresa la crisis de representatividad que tienen las instituciones del país, y la crisis del modelo económico neoliberal de la gran burguesía en Chile.
Este nuevo “equilibrio” de fuerzas, se abre en medio de una carrera presidencial para el 2025, donde se perfila a candidatos como J.A.Kast, Rojo Edwards, Evelyn Matthei en la derecha. Mientras tanto, el oficialismo presenta a figuras como Vlado Mirosevic, pero dentro de un espacio que viene cerrando las puertas a candidatos “outsider”. Esta estabilidad que mencionamos, puede ser efímera: Los avances pequeños, pero avances en fin, de la ultraderecha y la elección de candidatos como el caso de Matias Toledo, muestra que la política chilena sigue estando abierta a cambios y “sorpresas” que se podrán ver los próximos años.
Lejos de resolverse, las tensiones profundas siguen latentes en el país, donde ningún sector puede reclamar una victoria contundente en estas elecciones, sino que de fondo se refleja la debilidad en este aparente equilibrio institucional y una fragmentación clave para preveer el curso político. La necesidad de construir una izquierda, anticapitalista y consecuente, que de una salida, contra el chile de las grandes familias, los partidos de los 30 años y el gobierno, es una tarea de primer orden.