Un análisis del escándalo que envuelve al presidente de Boca y miembro de la mesa chica de Mauricio Macri por parte de uno de los autores de su biografía política.
Miércoles 8 de febrero de 2017
Foto Infobae
Como si fuese una bola de nieve que comienza su ya indetenible y abrumador descenso, las escuchas que se difundieron entre Daniel Angelici y Fernando Mitjans, presidente del Tribunal de Disciplina de la AFA, primero, y entre El Tano y el entonces presidente de la misma entidad, Luis Segura, después, dejaron contra las cuerdas al presidente de Boca e integrante de la mesa chica de Mauricio Macri.
Inmerso en el laberinto, Angelici eligió el camino menos dañino durante la conferencia de prensa que brindó este martes al mediodía para tratar de amainar el temporal: adjudicó las filtraciones a la disputa que se está librando por los derechos televisivos del fútbol argentino.
Asimismo, señaló que habían surgido en medio de la causa que llevaba adelante el juez porteño Manuel de Campos. Esta es conocida como de los “carnets truchos”, aunque lo cierto es que eran legales, ya que eran emitidos por el Departamento de Socios de Boca y entregados a La 12 para que los comercialice. Esa causa fue desactivada a pesar de los numerosos elementos de prueba a lo largo de un año. De Campos terminó apartado y amenazado.
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Sin embargo, hay otro camino a recorrer: el político. Hay una hermenéutica posible de las llamadas que involucran a Angelici. Promediando el segundo semestre del año pasado, el fiscal federal Federico Delgado presentó un escrito ampliando la citación a indagatoria del presidente de Boca por presionar presuntamente al exjuez federal Norberto Oyarbide para que renuncie.
Delgado mostró los llamados entre un teléfono a nombre de un empleado de World Games, que pertenece a El Tano, y el secretario de Oyarbide. De esta manera quedarían expuestas las presiones que terminaron con Macri aceptando la dimisión del Hombre de los Anillos, a pesar de que su socia en Cambiemos, Elisa Carrió, reclamaba a los gritos que fuese llevado a juicio político.
Luego, en octubre se filtró un llamado de Rafael Di Zeo, líder de una de las facciones de La 12, en el que relataba los reservadísimos encuentros que venía manteniendo con Angelici en busca del ordenamiento interno de la barra.
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A pesar de sus dotes como estratega político en las sombras, Angelici deja flancos abiertos en medio de la contienda que lo tiene en el centro de la puja.
Las filtraciones tienen la clásica marca de los servicios de inteligencia, algunos de los cuales quedaron fuera de órbita tras el recambio de elencos gubernamentales y ahora rinden cuentas (obviamente sin dejar de obtener beneficios) a diferentes facciones políticas.
Del otro lado de El Tano se encuentra Carrió, quien lo quiere fuera de la ecuación de poder y no escatima nada en pos de ese objetivo.
La pelea política está dejando heridos dentro del oficialismo. El silencio de Macri no hace más que dejar a la vista de quien quiera husmear el descontrol que rige en sus filas, varias de las cuales se encuentran en franca disputa entre sí.