Alrededor de 6.500 estibadores de 36 ciudades han paralizado los puertos de todo el Estado, en defensa de los puestos de trabajo y la precariedad laboral.
Lunes 5 de junio de 2017
FOTO: Facebook CETM
En una rueda de prensa del lunes por la mañana de la confederación Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), anunciaban que “El seguimiento es absoluto, del 100% prácticamente de todos los estibadores del país, independientemente de cuál sea el sindicato que los represente”.
También dieron cuenta de que “Los servicios mínimos son abusivos, y los vamos a recurrir”. Estos fueron ordenados por Íñigo de la Serna del Ministerio de Fomento, exigiendo hasta el 100% en las operaciones que afecten a mercancías perecederas y peligrosas, pasajeros, situaciones de emergencia y productos esenciales para las islas, Ceuta y Melilla. Y además obligan a los estibadores a garantizar un rendimiento no inferior al 50% del promedio del año natural anterior en jornada comparable.
La huelga está motorizada por la ruptura de negociaciones entre los sindicatos y la patronal portuaria ANESCO. Lo que preocupa a los trabajadores es el modo en que se llevará a cabo la subrogación de las plantillas de parte de las nuevas empresas que podrían acceder al sector, después del decreto de liberalización aprobado con el apoyo del PP, Cs, CC, el PVN y la abstención del PdeCAT.
Tras la aprobación en sesión parlamentaria del real decreto ley el 18 de mayo, se pretende regular y liberalizar el sector de la estiba, tal y como exigía una sentencia europea de 2014. Una auténtica contrarreforma que pretende imponer la precariedad laboral en los puertos del Estado español.
Los estibadores exigen la subrogación de la actual plantilla, con garantías que aseguren todos los puestos de trabajo. Además exigen que las empresas estibadoras, que hasta la reforma estaban obligadas a pertenecer a las sociedades anónimas de gestión de estibadores portuarios (Sagep) y de este modo a contratar a los trabajadores facilitados por estas, se integren en los nuevos centros portuarios de empleo (CPE).
La patronal se niega a acordar estas demandas y plantean que su objetivo es aplicar la reforma de la liberalización del sector en su totalidad. Ante ello propone negociar las condiciones laborales puerto a puerto y que cada empresa organice la actividad de sus trabajadores. Además de una rebaja salarial del 10%, según lo acordado.
El conflicto está abierto, la patronal apoyada por el Gobierno se mantiene firme en su posición. Los trabajadores parecen esta vez no bajarse de sus demandas y mantener la huelga, en principio, dos semanas más. Tal como anunciaron, implementarán el mismo modelo de huelga de 48 horas para las semanas siguientes, en principio los días miércoles y jueves 14 y 15 de junio.
“No hay ninguna mesa de negociación abierta”, sentenció este lunes en rueda de prensa, Antolín Goya, Secretario de la CETM, “Nuestro objetivo es que se clarifique si los 6.500 trabajadores que hay en este país, tienen o no tienen empleo. El gobierno lo podía haber solucionado, no lo quiso hacer. Y ya le dijimos que colocar a las empresas en una posición de poder podía suponer un conflicto importante y no nos equivocábamos.”
Como decíamos en este artículo, la realidad es que al no haberse cumplido las amenazas de huelgas anunciadas, el gobierno ha ganado tiempo y Rajoy pudo reponerse de la primera derrota en sede parlamentaria, con el rechazo del primer real decreto, y conseguir los apoyos necesarios para su plan de ataque.
La liberalización del sector aprobada en el Congreso: los primeros movimientos de las grandes navieras
Las grandes navieras comenzaron sus movimientos. JP Morgan ha pactado la venta de una parte de Noatum Ports, la mayor concesionaria de terminales portuarias del Estado español, a una de las mayores navieras chinas, China Ocean Shipping Company (Cosco). De esta forma entraría de lleno en el mercado portuario, agravando aún más el conflicto de los estibadores.
Todo parece indicar que se trata de un nuevo pelotazo especulativo, que se esconde tras el decreto europeo que exige al gobierno español la liberalización del sector y que permitirá al banco radicado en Nueva York, rentabilizar parte de la millonaria inversión que realizó en 2010, cuando adquirió al grupo ACS su filial de gestión de mercancías por vía marítima por 720 millones de euros.
Una sutil combinación de negocios financieros cuyo único objetivo es desproveer a la clase trabajadora de todos sus derechos y dejarlos en manos de especuladores chupasangre, vengan de donde vengan. Sólo hay que ver cómo trabaja COSCO en otros puertos como el Pireo, donde se trabaja poco menos que de forma esclavista. La seguridad laboral está ausente, no se permiten quejas y los salarios se ven reducido a mínimos; lo que mantiene a los trabajadores en una lucha constante.
Ese y no otro es el verdadero objetivo de la liberalización del sector, con la complicidad de la UE, el gobierno español, las empresas concesionarias y los inversores buitre.
Antolín Goya sentenció que, “Para nosotros el culpable de esta situación es el gobierno que ha posibilitado que las empresas estén boicoteando y bloqueando la posibilidad de un acuerdo. La esencia del conflicto es que, mientras todos los estibadores ahora tienen un contrato indefinido con las empresas estibadoras, el gobierno y el Real Decreto Ley le han dado la posibilidad de decidir si somos o no empleados. Y si no lo fuésemos, que el coste de ese despido les sea gratuito. La posición de dominio de las empresas las lleva a no garantizar el 100% de los empleos”.
La realidad es que la reforma permite fácilmente a las empresas contratar a cualquier trabajador cualificado e imponer así condiciones de precariedad laboral y la división en distintas categorías de un sector que ha mantenido una fuerte cohesión gracias a su organización.
La huelga de un sector estratégico para la economía del Estado español
El artículo Estibadores, exportación y ganancias capitalistas se detalla cómo el pequeño y frágil crecimiento de la economía es ayudado tanto por las enormes ganancias del sector del turismo, como también por las exportaciones que han amortiguado las dificultades del sector industrial durante la crisis.
Por tanto, la liberalización del sistema portuario no es menor, ya que abarca a un sector estratégico de la economía del Estado español, que juega en la enorme competitividad internacional entre los distintos países del entorno.
La patronal y los grandes medios de comunicación alentados por el Gobierno acusan de “privilegiados” a este sector. Como denuncian los estibadores, “son los empresarios los que cobran mucho”.
Las ganancias empresariales han llegado a cifras récord durante 2016 y según informa la Coordinadora de Trabajadores del Mar, la carga y descarga de mercancías en las terminales españoles es un gran negocio de cientos de millones de euros al año. Las mercancías en tránsito alcanzaron las 122,1 millones de toneladas, un 3% más que en 2015, mientras los contenedores crecen un 5,5%.
La lucha de los estibadores se enfrenta a gigantes: al gobierno y a las grandes navieras. Pero además puede fortalecer a aquellos sectores de trabajadores y trabajadoras que sufren y luchan cotidianamente contra la precariedad laboral, ese modelo laboral capitalista español tan alimentado desde los años 80 y 90 por todos los gobiernos, tanto del PP como del PSOE.
Un modelo que, inesperadamente, quiere llegar a los trabajadores y las trabajadoras del puerto. De mantenerse las jornadas de huelgas de la estiba, el régimen del Estado español se encontrará con un verano de un “mar poco sereno”.