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Red Internacional
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Juventud. Estudiantes secundarios del colegio Dr. Alberto Larroque acusados de “comunistas”

En el colegio Dr. Alberto Larroque, durante los preparativos del acto en conmemoración por el “9 de julio día de la independencia” en el turno tarde un estudiante fue acusado de comunista por una profesora.

Viernes 15 de julio de 2016

La profesora que organizaba dicha ceremonia y se ubicó como la vocera oficial impidió que desde la agrupación de estudiantes secundarios puedan leer un texto que habían preparado para el acto, ya que consideraba que el discurso preparado por estos era “demasiado político”, y afirmó que: “no se puede hacer política en el colegio”. Era el mismo texto que ya habían leído en el turno mañana sin ningún problema.

Al ver que en vez de tener una escarapelas como todos, el tenia un lápiz rojo, el tono se volvió aun mas despectivo y con una expresión arrogante acuso a este alumno “Ah, sos comunista”, a lo que el joven respondió con un rotundo “si”. En conversación con un estudiante, militante de la agrupación de estudiantes secundarios Lápices Rojos, nos decía “Nunca esperé ser insultado como xenófobo y mucho menos como comunista, ideología de la cual, estoy orgulloso. “

Además de tener que bancarse los tonos despectivos y persecutorios por su inclinación ideológica, esta profesora lo mando a rectoría para charlar con la vicerrectora del turno de modo que la mejor solución que encontraron, fue echar del turno tarde a este estudiante ya que no pertenecía a tal. Cualquier similitud con “quitar la manzana podrida” no es pura coincidencia. El estudiante nos cuenta “Luego de estos agravios fui expulsado del turno, con el motivo de no ser alumno regular del mismo. Quiero suponer que esto será un caso aislado y que los jóvenes podremos seguir luchando para cambiar el rumbo.”

Para coronar esta situación de persecución política se agrega el maltrato hacia Leandro, preceptor de la escuela y militante del Partido de los Trabajadores Socialista, en donde las profesoras que organizaban esta “ceremonia” lo increparon, al igual que al estudiante, por tener un lápiz rojo en vez de la escarapela
Le plantearon: “¿por que trabaja en un escuela pública sino respeta los símbolos patrios?” y lo invitaron a irse del país por tal motivo, a su vez este grupo de profesoras “dueñas de la razón” le dijeron a este preceptor “que él hacia política con sus alumnos y que los estudiantes no tenían pensamiento propio” por tal acusación el salió al cruce a responderles que: ”los estudiantes tienen pensamientos propios”, también planteo: “los actos de la escuela son un espacio diverso, tiene que existir la multiplicidad de pensamientos que convergen en un lugar donde conviven muchas personas”.

Esta situación deja a la luz que nos enfrentamos día a día con personas que se llaman “educadoras” que no están dispuestas a tolerar nuevas ideas y son las mismas que dicen: “los jóvenes son el futuro” y quieren inculcar sus pensamientos antiguos.

De esta forma los jóvenes se enfrentan al futuro, escuchando estas mentes lineales y represoras organizándose para hacer escuchar sus voces y golpear con el puño a la intolerancia y repudiar toda forma de reprimir los pensamientos, sentimientos e ideologías.

Reproducimos el comunicado de la agrupación secundaria Lápices Rojos

Debido a lo sucedido durante el turno tarde para el acto del 9 de julio, los integrantes de Lápices Rojos queríamos remarcar la importancia de poder expresar nuestras ideas y críticas, puntos de vista muchas veces diferentes a los que se muestran en los actos.

En el acto del 9 de julio nuestro objetivo era aportar una reflexión acerca de lo que la independencia significó y significa hoy en día, y la libertad que cada uno tiene para decidir no ponerse la escarapela celeste y blanca, que no nos representa realmente. Creemos necesario entender que los hechos históricos no son lineales ni simples, y que por este motivo los actos deberían ser un espacio para poder expresar diversas opiniones y dudas, creando un ambiente de debate que nos permita no solamente escuchar un discurso, sino también participar, intervenir y cuestionar, para poder entender mejor los procesos históricos, teniendo en cuenta la pluralidad y no solamente el discurso dominante.

También queríamos aclarar que uno de nuestros compañeros leyó lo que escribimos, frente a todo el turno mañana, y además de no haber habido ningún inconveniente, inclusive se recibieron felicitaciones de parte de la rectora y la supervisora, por el acto en conjunto.