El día de hoy, Personal de Apoyo y Asistencia a la Educación (PAAE) de UPIITA, como se denomina a las y los trabajadores sindicalizados y no docentes del IPN, se concentraron a las afueras de la dirección general del instituto para exigir a Arturo Reyes Sandoval, recibir un oficio con sus demandas, lo cual se negó a hacer el director del plantel, Ramón Herrera Ávila.
Martes 20 de septiembre de 2022
En el marco del paro activo votado por los estudiantes, en el cual no hay actividades académicas pero sí administrativas, la dirección del plantel ha hecho a los trabajadores asistir a las instalaciones para mantenerlos hacinados en el edificio de gobierno sin realizar su materia de trabajo.
Además, para el ingreso a UPIITA, la dirección le da a los estudiantes, que tienen controlada la entrada al plantel, un listado de los trabajadores a los que supuestamente llaman día a día para laborar, sin embargo, estas listas no coinciden con el total de trabajadores a quienes se les pide asistir al plantel. Los PAEs, denuncian que esto es un claro intento de las autoridades por confrontarlos con los estudiantes.
Efectivamente las autoridades se están aprovechando de la modalidad del paro para poner a los estudiantes a negarle la entrada a trabajadores que deben presentarse para cumplir una jornada laboral que además viola sus derechos laborales, pues no están asistiendo para realizar el trabajo por el que están contratados.
Como el resto de escuelas que han estallado en paro en las últimas semanas, alcanzando un total de 31, las y los estudiantes de UPIITA denuncian la mala gestión de las autoridades, el abandono de los laboratorios y las instalaciones en general, la falta de grupos y la saturación de los mismos, denuncias de acoso y violencia de género, así como la exigencia de no represalias contra los estudiantes que intervienen en el movimiento.
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No es ninguna casualidad que las autoridades ocupen maniobras para dividir a la base trabajadora del estudiantado organizado, pues si el movimiento estudiantil les resulta por sí solo un problema para poder continuar con su estructura antidemocrática y con los ataques al derecho a la educación; la potencial alianza entre estudiantes y trabajadores les es altamente peligrosa.
Los intereses de los PAEs y de los estudiantes no están contrapuestos, por el contrario el triunfo de las demandas del movimiento estudiantil en el IPN, puede poner en mejores condiciones a trabajadores y docentes para defender sus derechos laborales.
Del mismo modo, no hay manera de pensar en instalaciones dignas con el mantenimiento necesario, en una educación crítica, científica y de calidad, en acabar con el acoso y la violencia y de conjunto en una educación realmente pública y gratuita, sino es con trabajadores y docentes con derechos laborales y salarios dignos.
Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista, consideramos fundamental avanzar en la unidad entre los distintos sectores del instituto, con la firme convicción de que compartimos intereses, que las victorias de unos, nos fortalecen a todos y que compartimos al mismo enemigo: las autoridades que producto de la estructura antidemocrática del IPN pueden decidir a puerta cerrada ocupar el presupuesto en sus millonarios salarios mientras precarizan nuestra educación y el trabajo de quienes día a día dan vida al instituto.