La división al interior del MAS amenaza con crear ingobernabilidad y empuja al sector de "renovadores" de Arce a buscar alianzas con la derecha golpista. La Ley del Oro requirió una segunda votación para su aprobación "en grande". Votos que el oficialismo consiguió de diputados de CC y de Creemos. Las fracciones del MAS se disputan el monopolio de la negociación con la derecha.
Lunes 24 de abril de 2023
Foto: Archivo (La Razón)
El viernes 21 de abril en una sesión escandalosa en la cámara de diputados el sector renovador aprobó, en grande, la Ley del Oro. Con 54 votos a favor, de los 60 votos que tenía que conseguir el oficialismo, no logró consagrar mayoría de los 119 diputados presentes y tuvo que recurrir a tecnicismos alegando que no se contabilizan los votos blancos. Debido a que la sesión se convirtió en un acto reñido, entre gritos y empujones, el presidente de la cámara de diputados, Jerges Mercado, se vio obligado, a declarar un cuarto intermedio hasta el día siguiente. Para el sábado 22 de abril iniciada la sesión, luego de un debate de aproximadamente 5 horas, se volvieron a dar las votaciones en grande, ante la amenaza de la oposición de dejar sin quorum el debate en detalle de la ley. En esta segunda votación “en grande”, de un total de 122 votos, 45 fueron negativos, 73 a favor y 4 nulos desapareciendo las abstenciones.
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La división en el MAS está generando obstáculos en el parlamento para el oficialismo, que necesita viabilizar urgentes mecanismos para atender la crisis económica que empieza a manifestarse en el país. Para este fin los parlamentarios del ala renovadora del MAS vienen pactando con parlamentarios golpistas. La última votación de 73 a favor, en secreto, es muestra de ello.
Ante esta crisis en el partido de gobierno no pasó desapercibida, en el último mes, la reaparición pública de Álvaro García Linera, quien, a través de los medios hizo un llamando a la unidad del MAS-IPSP. Sin embargo, las dos alas criticaron ese llamado ya que ninguno de los dos sectores se sintió plenamente respaldado por sus declaraciones.
Una derecha fragmentada y bajo presión judicial
Con la fragmentación del MAS, la derecha política hace intentos por levantar cabeza con el neoliberal Carlos Mesa y su partido CC (comunidad ciudadana). Los otros sectores de la oposición, intentan aprovecharse de los sectores movilizados, como en el magisterio, levantando banderas reaccionarias como el rechazo a la Educación Sexual Integral.
Estos sectores de la oposición están aislados por los procesos judiciales a los líderes cívicos que promovieron los 36 días de paro reaccionario en Santa Cruz y fueron los artífices del golpe de estado en 2019. Los intentos de la oposición por soldar sus demandas, en defensa de dirigentes reaccionarios, con demandas de sectores populares que están siendo afectados por la presión judicial del gobierno hasta ahora son infructuosos.
El gobierno está recurriendo al poder judicial para aislar a sectores de la derecha golpista, con el fin de preservar la poca legitimidad que goza con los sectores populares y de trabajadores que resistieron al golpe de estado y que vienen exigiendo justicia por las masacres. Al mismo tiempo negocia con sectores de CC para aprobar las leyes en el parlamento, ya que en las dos votaciones para la Ley del Oro acordaron realizar el voto secreto. Recuerdan de esta manera los viejos procedimientos de transfugio político que partidos neoliberales como el MNR, MIR, ADN, NFR entre otros hacían en el pasado.
El rumbo de conciliación del MAS con los viejos partidos neoliberales, buscando fortalecer al régimen burgués fue iniciado por el entonces presidente Evo Morales y su vicepresidente Álvaro García Linera en los acuerdos con PODEMOS de Tuto Quiroga y empresarios el año 2006 en la ley de convocatoria de la Asamblea Constituyente. Luego y debido al rechazo de la derecha a más de 100 artículos del texto constitucional, un nuevo acuerdo entre la derecha cívica de la media luna y el MAS de Evo Morales surgió, dando lugar a la eliminación de los polémicos artículos, a espaldas de todo el pueblo, y viabilizando el nuevo texto constitucional aprobado el 2009. Hoy la derecha empresarial y cívico agroindustrial vuelve más fortalecida agravando esta división en el MAS cuyas diversas fracciones se ven alentadas a redoblar una política de negociación y acuerdos con las clases dominantes y la derecha.
De hecho, luego del gabinete ampliado de Arce- Choquehuanca reunido con motivo de la crisis económica en ciernes, Evo Morales este domingo 23 de abril, planteó que debería realizarse una cumbre con los actores productivos, entre ellos la CEPB (Confederación de Empresarios Privados de Bolivia) y ASOBAN (Asociación de Bancos Privados de Bolivia), para consensuar las políticas económicas. Es decir, nuevamente y después de más de una década y media, Morales insiste en su política conciliadora que hoy sus ex ministros también llevan adelante. Las fracciones del MAS están cada vez más lejos de las necesidades y demandas obreras, campesinas y populares y cada vez más cerca de las clases dominantes y los sectores golpistas.
Es en este escenario de mayor crisis económica y política, que el MAS actúa cada vez más firmemente como el garante de los negocios burgueses, cumpliendo el papel que el MNR llevó adelante luego de los años 50.
En un momento en que la derecha racista y radical empieza nuevamente a amenazar las conquistas obreras y populares es que llamamos, de manera urgente, a los colectivos y organizaciones socialistas, a la juventud de los movimientos y organizaciones sociales, indígena-originarias y campesinas, a discutir de manera urgente las vías para poner en pie en el país un partido socialista y revolucionario, que sobre la base de la lucha por la autoorganización desde abajo de lxs trabajadorxs puedan empezar a sembrar la idea de que otra sociedad es posible. Una sociedad socialista, sin patrones y construida desde abajo. Es hora de poner manos a la obra.