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Red Internacional
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BOLIVIA Y CHILE. Evo Morales afianza una política de unidad nacional con la vieja derecha neoliberal

Viernes 7 de agosto de 2015

Entre 1879 y 1883 se desató un conflicto bélico entre Bolivia y Chile, donde se disputó la apropiación de un territorio boliviano con grandes cantidades de guano y salitre (utilizados para la fertilización de tierra). Esta guerra orquestada por el imperialismo inglés, reclamaba los bienes incautados por el gobierno boliviano a la Compañía de Salitres y buscaba obtener estos recursos naturales gratuitamente para su venta a Europa y Estados Unidos evadiendo el impuesto de 10 centavos que el gobierno había impuesto el 14 de febrero de 1878 por tonelada exportada de salitre por la Compañía.

La recuperación del mar se ha constituido en una bandera mediante la cual acuden los diferentes gobiernos de turno para crear consensos internos en momentos críticos, esta posición difiere del sentimiento popular de una auténtica recuperación soberana de acceso al mar. Esta estrategia, es también utilizada por el gobierno del MAS que los últimos meses ha intensificado la implementación de varias acciones legales y políticas sobre el tema marítimo que van desde la presentación de la demanda de Bolivia contra el Estado chileno en el Tribunal de la Corte Internacional (CIJ) de La Haya, la implementación de una estrategia comunicacional mundial a través de voceros del Estado, el acercamiento del presidente boliviano a movimientos populares chilenos y la implementación de un discurso unificador en el país con la vieja derecha.

Hace tres meses, los delegados bolivianos presentaron ante la CIJ sus alegatos en el marco de la demanda marítima. Los representantes bolivianos ante este tribunal resultan ser dos ex presidentes de la vieja derecha neoliberal, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé.

Al “equipo” de la campaña marítima, el ex presidente Mesa llamó a sus antecesores Jorge Tuto Quiroga y Jaime Paz Zamora para que se sumen en el intento de llevar adelante una estrategia comunicacional a nivel mundial. Otro añadido interesante tiene que ver con las gestiones de Evo Morales de atraer adeptos influyentes como ser el Papa Francisco logrando que éste en su reciente visita reclamara “diálogo franco y abierto” entre Bolivia y Chile para solucionar el conflicto de la demanda por una salida soberana al mar para el pueblo boliviano.

Como observamos, alrededor del tema marítimo se unen en Bolivia diferentes ex presidentes apoyando la causa, incluso aquellos cuyos gobiernos fueron tildados de “vende patrias” por el propio Evo Morales, que ahora pide la unión y la complementación en el “tema del mar". Aquellos que cuando fueron presidentes y vicepresidentes privatizaron las empresas que sostenían a Bolivia entregando los recursos naturales a empresas transnacionales hoy gritan reclamando “un acceso soberano al Pacífico”.

El discurso unificador en el país, fue utilizado por el gobierno en diversas situaciones, incluso cuando se trataba de conflictos internos. Como por ejemplo, cuando el Comité Cívico Potosino (COMCIPO) demandó al gobierno que cumpla sus promesas con esta ciudad, estos fueron acusados por diferentes personas del partido oficialista de ser promovidos por Chile.

La arremetida evomoralista con su elevado despliegue mediático y discursivo para la recuperación de una salida soberana al mar, una demanda muy sentida por el pueblo boliviano, busca justificar una estrecha alianza con la vieja derecha neoliberal. No es casualidad que en este escenario de unidad nacional entre el oficialismo, la vieja derecha neoliberal y representantes de la iglesia católica el gobierno aproveche para impulsar con más fuerza la propuesta de una reelección vitalicia para Evo Morales.

El pueblo boliviano anhela un acceso al mar con soberanía pero no de la mano de la burguesía sino a través de un acercamiento entre pueblos y esta estrategia no debería estar sometida a los intereses capitalistas por los cuales se inició el conflicto. Sólo los trabajadores, los indígenas, y las más amplias masas oprimidas de Chile, Bolivia y Perú unidos en un espíritu de lucha e intransigencia radical contra las burguesías, las clases dominantes y el imperialismo pueden abrir el camino hacia una genuina solución del problema marítimo boliviano.