Conocido por sus negocios fraudulentos en el fútbol, vaciamiento del club y ser empresario en multimedios locales. Murió sin ser condenado en ninguna causa a pesar de un procesamiento abierto hace 2 años.
Jueves 28 de junio de 2018 21:20
A los 64 años, esta mañana falleció de un infarto y con cáncer, Eduardo López, ex presidente de Newell´s y empresario de medios de comunicación en Rosario. López apareció en la vida pública a partir de 1994 cuando asumió como presidente del club local que dejó en la ruina y completamente vaciado al terminar su gestión. Pero el fútbol no fue su único negocio, también tenía un bingo y fue dueño del reconocido diario El Ciudadano y la radio LT3. En el 2016, fue procesado por movimientos fraudulentos en Newell´s. Todos lo recuerdan por maniobras como mantenerse en su cargo durante 14 años sin elecciones en la institución. Hoy por hoy, el club del parque continúa con una crisis económica enorme que llega al no pago de los sueldos de sus trabajadores. Nada muy distinto a lo que llevó adelante López en el diario El Ciudadano.
Desde hace años ya no aparecía públicamente, luego de ser desplazado del club con una manifestación de los hinchas y socios, en el 2008. Pero por aquel entonces le quedaba aún el diario y el bingo, donde cientos de trabajadores padecieron las pérdidas de sus empleos al poco tiempo. Su vínculo con el Grupo Uno, con el poder judicial y los medios de comunicación fue una gran coartada durante años para continuar con sus negocios y la impunidad.
La sociedad anónima con nombre y apellido
El actual medio rosarino que hoy es llevado adelante y sale todos los días a la calle mediante la gestión de una cooperativa de sus trabajadores, no se fundió de un día para otro. Tuvo una historia de más de 20 años de crisis. ¿Qué había detrás? Si, López lo hizo. Una sociedad fantasma que se dio a llamar Nifadel S.A, una empresa offshore que fue creada para esconder al verdadero dueño, al que no se le pueda reclamar nada, es decir, al ex presidente de Newell’s, Eduardo José López, fue el inicio de la crisis. Para la justicia el responsable de Nifadel S.A, era Miguel Ángel Tardío, presidente de la misma y director del diario. En términos de legalidad E. López no existe. “Era un secreto a voces”, trabajadores, sindicalistas, y hasta su propio abogado defensor, en esta causa, coincidieron en que todo estaba planteado con una estructura económica, jurídica y contable pensada para que López se deshaga del Ciudadano, cuando lo prefiera, sin tener que rendir cuentas. Un empresario que eludió a la justicia y que logró vencer a la opinión pública.
El Ciudadano nació en 1998 de la mano de Orlando Vignatti y se comenzó a producir en las oficinas instaladas en Dorrego y San Luis. En ese primer momento, el diario sale a disputar con La Capital, pero un año más tarde, Vignatti se asoció con Daniel Vila y José Luis Manzano para conformar el Grupo Uno, propietarios también de La Capital, LT8 y LT3. En ese contexto, tenían pensado cerrar El Ciudadano y abrir una revista, pero para eso tenían que reducir el personal.
Entonces, a las mentes maquiavélicas se les ocurrió una mejor idea: dejar el diario a cargo de un nuevo socio, López. Hasta este momento la redacción siguió funcionando en el edificio original. Manolo Robles, periodista ex empleado del diario durante el conflicto expresó: “Miguel Ángel Tardío era un tipo que laburaba para López, el capataz del Bingo. En el directorio de Nifadel S.A figuraba gente que integraban la barra brava de Newell’s, personas insolventes.” Así se iniciaron los conflictos y la lucha de 150 familias por no perder la fuente de trabajo. Lo que era casi imposible ya que el capital accionar de la empresa Nifadel S.A, era de $12000 dólares y con eso no se pagaban ni cinco indemnizaciones. Ese es el comienzo de la historia que continuó otro Lopez... Cristobal, de la mano del grupo Indalo, quien cerró definitivamente el diario en Octubre del 2016.
Eduardo López falleció sin ser condenado en ninguna causa, con total impunidad. La barra brava liderada por Roberto Pimpi Camino tomó un poder casi ilimitado en el club que presidía e históricos como Marcelo Bielsa y Gerardo Martino fueron palabra prohibida en el tiempo de López. 64 años de negocios fraudulentos y precarización laboral. Hoy muchos de los que trabajaron para él, ni siquiera tienen reconocida la antigüedad para una jubilación. Los jueces y gobiernos amigos, siempre lo cuidaron.