Obituario. Fausto Martín ¡Hasta el Socialismo, siempre!

Durante la tarde del miércoles, uno de los empleados de la funeraria se acercó respetuoso a preguntar si quién estaba siendo velado era alguien famoso, ya que nunca habían visto tanta gente en un servicio. Es que en su vida Fausto había sembrado un respeto y cariño enorme entre quienes lo conocieron.

Para acompañar a su madre Irene, y a su hermana Pilar y su hermano Félix, se acercaron compañeras y compañeros de las escuelas donde dio clases junto a estudiantes de esos mismos colegios.

También estaban presentes compañeros de cursada, docentes y autoridades de la Escuela de Historia y la Facultad de Filosofía y Humanidades. Muchos amigos del barrio e incluso compañeras del jardín de infantes. Allí nos encontramos militantes de la mayoría de las tendencias políticas combativas de Córdoba.

Fausto fue sobre todo un militante consciente, estudioso, internacionalista y profundamente orgulloso de la clase a la que pertenece. El militó en nuestro partido en el año 2007 y luego decidió tomar otros rumbos políticos, que llevaron a que buscara organizarse en otras agrupaciones, como el Movimiento Enrique Barros en la escuela de Historia y en el Cauce/La Brecha. En estos días se encontraba militando en la “Imprenta del Pueblo Roberto Matthews”.

Sin embargo, esas diferencias nunca impidieron que nos siguiéramos encontrando de manera fraternal (en el sentido estricto de la palabra) en cada lucha, estuvo convencido hasta el último de sus días de la necesidad que la clase trabajadora acaudille al conjunto del pueblo para barrer con el capitalismo.

Era delegado docente y había sido participe de la conformación de la lista Unidad desde las Escuelas que logró recuperar la sección capital del sindicato docente UEPC.

Entre las anécdotas de quienes lo conocimos, un compañero que ahora milita en otra regional del PTS recordaba cuando en el año 2003, Fausto de apenas 19 años se había incorporado a los comités contra la invasión yanqui a Irak. Fausto y este compañero pasaron unas horas en la comisaria por pintar las paredes del colegio Monserrat, que poco tiempo antes había sido declarado patrimonio de la Humanidad. El propio policía les dijo que él también estaba en contra de la guerra, pero pintar esa pared era demasiado.

En el último periodo, la situación económica y la falta de horas docentes, debido a una decisión arbitraria de las autoridades del ministerio de educación, hicieron que tuviera que buscar trabajos precarios para poder mantenerse y pagar sus deudas. Esa angustia fue un elemento que atentó contra su estado de salud general.

El Fausto fue un gran amigo de sus compañeros y compañeras, pero también se ganó el respeto de sus adversarios políticos muchos de los cuáles también se acercaron a dar su saludo. Tenía una gran convicción en la autoorganización de los luchadores, y un profundo desprecio hacia los burócratas y arribistas.

Aparte de ser un socialista convencido, fue un fanático del pirata cordobés, Belgrano, y el rock.

Pero también disfrutaba del arte en todos sus sentidos, siempre dispuesto para recomendar un libro o alguna película. Un gran apasionado por la Historia se prendía en todo debate o discusión que le encontrara cerca de él.

Los y las socialistas revolucionarios del PTS saludamos a su familia, amistades y todos aquellos en donde Fausto dejó su huella y acompañamos en este duro momento.