A espaldas de la mayoría de los estudiantes y docentes, las juntas de carreras sesionarán para elegir nuevos directores. ¿Qué harán los consejeros de la izquierda? Enterate acá.
Lunes 26 de marzo de 2018 12:45
Arranca la segunda semana de clases, con cientos de estudiantes que comienzan a cursar en la facultad por primera vez, y otros miles regresamos para un nuevo año. Como es costumbre, los prácticos empiezan esta semana –de asistencia obligatoria en todas las materias, a diferencia de los teóricos- y Puan vuelve a poblarse en su totalidad.
En este contexto, la gestión de la facultad quiere desarrollar las elecciones de los directores de las carreras en las juntas departamentales (que luego serán enviadas al Consejo Directivo para su designación final). Muy pocos son quienes están al tanto de esta votación: precisamente, por los canales oficiales de información no se ha hecho difusión de las mismas, tampoco se ha discutido en las primeras clases que han comenzado ni se han hecho públicos los proyectos de los candidatos.
La votación es indirecta y queda a cargo de los representantes de cada junta departamental: serán el día de hoy en Historia, Letras y Bibliotecología, mañana en Antropología y Artes y aún no tienen fecha el resto de las carreras, Geografía, Filosofía y Ciencias de la Educación.
En Historia, hay dos candidatos a directores: Mariano Rodríguez Otero (por el claustro de graduados), titular de las materias Historias de España e Historia Contemporánea, por un lado y la actual directora de la carrera alineada a la gestión de la Facultad, que propone ser reelegida: Silvia Finocchio, titular de Didáctica especial y prácticas de la enseñanza, de esa carrera. Mientras que para Letras, hay solo una propuesta de director que pertenece a la gestión oficialista de la carrera, Miguel Vittagliano, titular de Teoría Literaria III apunta a reemplazar a su colega, Miguel Vedda, a cargo de Literatura Alemana, quien ya lleva dos períodos a cargo del departamento. En el departamento de Bibliotecología, la situación hasta el momento es incierta, respecto de quién será el o la nuevo director de la carrera, ya que hasta el momento no son públicas las propuestas si es que las hay.
Por su parte, para la carrera de Artes, que sesionará mañana, el panorama es el mismo que en los últimos años, el actual director de la carrera también alineada con la gestión de la Facultad, Ricardo Manetti (profesor de Historia del Cine Latinoamericano y Argentino) apunta a ser reelegido por cuarta vez consecutiva y no hay otra propuesta de candidato. En Antropología la situación no es muy diferente, se presenta como candidata la graduada, Josefina Martinez, parte de la cátedra de Antropología Sistemática I (Tiscornia), mientras que los profesores que habían reelegido el año pasado en una elección completamente escandalosa, donde votaron en el pasillo rodeados de la movilización estudiantil, al actual director Mauricio Boivin, no presentan candidato y apoyan la propuesta de Martinez.
Las Juntas Departamentales, se destacan por su representación completamente desproporcional y antidemocrática. Sus integrantes son cuatro profesores (solo aquellos concursados), tres graduados (el resto de los docentes) y tres estudiantes, sumado al voto del director en caso de empate. Con solo ver los resultados de las últimas elecciones estudiantiles se puede corroborar la farsa del voto ponderado: por poner un ejemplo como el de Letras, la carrera más numerosa, 30 docentes eligieron cuatro representantes, 322 graduados eligieron tres y 2026 estudiantes, votaron otros tres.
El carácter antidemocrático de estos organismos, persiste debido a los intereses de los sectores que gobiernan la Facultad y la Universidad de Buenos Aires. Como venimos denunciando, frente a los recortes a nivel nacional en la educación por parte del macrismo (como el cierre de escuelas rurales o de cursos en numerosos colegios públicos en la provincia de Buenos Aires, o la constante falta de vacantes en jardines en Capital), a nivel universitario la gestión kirchnerista de Graciela Morgade y las otras camarillas opositoras de las carreras, lejos están de ponerse en pie de lucha frente al desfinanciamiento sino más bien se encuentran discutiendo cómo repartir la miseria presupuestaria. En los espacios de cogobierno al tener estos sectores quórum propio –decidiendo unilateralmente qué se trata y qué no-, los verdaderos problemas de las mayorías de estudiantes y docentes ni siquiera son puestos en discusión: los cargos ad honorem, la oferta horaria excluyente que aleja o dificulta para miles de trabajadores la posibilidad de estudiar, las becas restringidas o las pésimas condiciones edilicias que vemos todos los días son solo algunos, así como el debate de qué contenido tienen nuestros planes de estudio.
A cien años del proceso de la Reforma Universitaria, donde los estudiantes se levantaron exigiendo participación en un régimen eclesiástico y elitista, muchas de sus banderas persisten al día de hoy. El cuestionamiento a la universidad como institución a la que solo pueden acceder los hijos de la burguesía, de los sectores más enriquecidos y la ligazón del conocimiento adquirido con las necesidades del conjunto del pueblo trabajador son centrales.
La izquierda ante la elección
Nuestro programa para la real democratización de estos espacios feudales de co-gobierno es claro: mayoría estudiantil, claustro único docente, voz y voto para los no docentes, por eso nuestros consejeros de la Mayoría Estudiantil en la Junta de Historia y de la Minoría Estudiantil de la Junta de Filosofía que sesionará las próximas semanas, no participarán de esta farsa de elección. Nos movilizaremos junto con los estudiantes de la Asamblea de Historia al Departamento para reclamar por la democratización, pero no avalaremos esta puesta en escena, que para la gestión de la Facultad y de la carrera significa un trámite expréss para lavarse la cara y seguir dejando todo como está, sin cuestionar absolutamente nada.
Porque sabemos que solo con la mayor participación estudiantil, la movilización independiente y alianza con los docentes y no docentes, que son los sectores más precarizados de la universidad, lograremos obtener estas conquistas. Nada podemos esperar de las autoridades, que como el año pasado se llenan la boca hablando de “democratización, pluralidad e inclusión”, pero votaron una reforma de las juntas a espaldas de todos los estudiantes, docentes y no docentes donde nos venden la paridad de claustros como algo que vale la pena.
Por eso, desde En Clave Roja en la presidencia del centro de estudiantes fomentamos la participación, siendo el único de la UBA que llama a asambleas regularmente para discutir en torno a los grandes acontecimientos de la realidad cotidiana, como la semana pasada ante un nuevo aniversario del golpe genocida de 1976 o previamente por el Paro Internacional de Mujeres.
De igual manera, hemos presentado el año pasado un proyecto en el Consejo Directivo y en la Junta Departamental de Historia, como Mayoría Estudiantil, elaborado con todas las agrupaciones de carreras de la Facultad, por una democratización real de los espacios de cogobierno, para que las elecciones de directores dejen de hacerse bajo el voto ponderado y se pasen a ser directas: una persona, un voto (como en la carrera de Sociología en la Facultad de Sociales, logrado en 2002 gracias a la organización estudiantil y la alianza con los docentes, como Christian Castillo que fue elegido director de la carrera).
Así como, queremos impulsar con jornadas interclaustros de debate para que el conjunto de la comunidad académica de Filosofía y Letras, discuta y decida. En este sentido fue que el año pasado el CEFyL se pronunció en contra de las elecciones; y también realizó un plesbiscito hace algunos años atrás donde por amplia mayoría ganó la propuesta por la real democratización del co-gobierno universitario.