La fórmula presidencial encabezada por Mauricio Macri sufrió una dura derrota ante el peronismo, el Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (FITU) por su parte logra una importante votación
Lunes 12 de agosto de 2019
En medio de una profunda crisis económica donde el gobierno ha endeudado al pueblo trabajador argentino con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con cifras en aumento de desempleo, inflación y fuertes aumentos de las tarifas de servicios básicos como el gas, el agua, la luz y el transporte, el gobierno de Macri sufrió una fuerte derrota en las elecciones primarias (PASO) ante la fórmula peronista de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kichner.
Con más de 15 puntos de ventaja, es una tendencia irreversible de aquí a las elecciones generales en octubre y se lee como un voto de castigo ante una política neoliberal acompañada de represión que fracasó estrepitosamente y generó un fuerte descontento ahora capitalizado por la fórmula Fernández-Fernández.
¿Una alternativa a la derecha?
La fórmula de los Fernández se presenta como una alternativa a la política derechista del empresario Macri, no obstante, su programa económico implica mantener la subordinación al FMI a partir de reconocer e intentar renegociar la enorme deuda externa contraída con este organismo la cuál es bien sabido que sirvió para financiar la fuga de capitales y la especulación financiera.
Por otro lado, Alberto no es un personaje de izquierda ni de “centro izquierda”, viene de haber colaborado en administraciones neoliberales anteriores y se opuso a las medidas progresistas del kichnerismo.
Además, el denominado “Frente de Todos” que encabezan los Fernández construyó una alianza con peronistas de derecha conservadores y con personajes como Sergio Massa neoliberal declarado, con tal de sumar fuerzas con la consigna “todos contra Macri”.
La izquierda revolucionaria se coloca en cuarto lugar
Por su parte, el FITU, coalición de los cuatro partidos trotskistas más importantes de Argentina (PTS, PO, IS y MST), junto a otros grupos más pequeños, con Nicolás del Caño a la cabeza, sorprendió al ganarle a otras fórmulas ultra derechistas liberales y conservadoras quedando en el cuarto lugar de la votación nacional.
Este resultado, con más de 730,000 votos, consolida el espacio de la izquierda en el marco de una fuerte polarización política y donde primó la política del mal menor, en la que millones decidieron sacar a Macri aun votando a un frente integrado con derechistas.
Que el cuarto sitio sea ocupado por la izquierda anticapitalista y socialista que se construye en los centros de trabajo, que avanza en sectores estratégicos de la clase obrera desplazando a la burocracia sindical y que plantea la necesidad de luchar con los métodos de la clase trabajadora como la huelga general por imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo, no es menor.
El programa del FITU, plantea una serie de consignas “transicionales” que cuestionan la dominación capitalista y el imperialismo, como la nacionalización de la banca, la expropiación sin indemnización de los recursos energéticos y el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Además de ser parte fundamental del enorme movimiento de mujeres en Argentina por el aborto legal y de las luchas de los jóvenes que defienden la educación pública y se organizan contra la criminalización de la juventud por la policía.
Sin duda, es una buena noticia para la clase trabajadora del continente la importante elección hecha por este frente donde los partidos que lo integran, con el PTS a la cabeza, luchan, conspiran y militan por organizar de forma independiente a la clase trabajadora para defender sus intereses y para acabar con la explotación capitalista.