Mientras que el plan de Milei es atacar con despidos a las y los trabajadores de GPS y Aerolíneas Argentinas, nuestro plan, el de las y los estudiantes y trabajadores de la salud es debatir la importancia de la unidad y coordinación con este sector estratégico alrededor de su rol en la salud y cómo son las condiciones sanitarias en las que trabajan.
Con más de 60 despidos en GPS –empresa tercerizada de Aerolíneas Argentinas– y más de 8.000 retiros voluntarios dentro de Aerolíneas, el “plan de guerra” de Milei contra los trabajadores aeronáuticos por la privatización de la línea de bandera del país comienza a avanzar. Las y los trabajadores comenzaron a organizarse y le hacen frente al ataque, mientras Milei sigue lanzando diatribas contra Aerolíneas, todo con tal de justificar que su plan privatizador tiene una lógica de beneficiar a las grandes empresas y dejar en la calle a miles de familias. Por eso acá rescataremos el rol que tienen los y las trabajadoras aeronáuticas en la salud y las condiciones laborales que viven y cómo repercute en su vida, ligado al rol que hoy viene jugando la Posta de Salud y Cuidado en conjunto con los trabajadores.
Esenciales en la salud
Todos aún recordamos las imágenes de aviones llegando al país con las vacunas, esas mismas vacunas que ayudaron a bajar la mortalidad de la pandemia de Covid-19 en nuestro país. Junto a los y las trabajadoras de la Salud que pusieron el cuerpo dentro de los hospitales y en los centros vacunatorios, los y las trabajadoras de GPS-Aerolíneas Argentinas también fueron parte esencial en esos momentos, siendo quienes ayudaron a traer las vacunas y a los miles de argentinos que fueron repatriados: más de 80.000 [1], que pudieron volver gracias a las y los trabajadores del aeropuerto. Además, ayudaron al transporte de otros insumos médicos, biológicos y equipamiento médico desde el extranjero, mientras que la empresa no les brindaba los elementos de protección personal necesarios. Quienes trabajamos en Salud sabemos que esto es real: pasaba en GPS, en miles de otras fábricas y también en hospitales de todo el país.
Mientras algunos hacían negocios millonarios con las vacunas, los trabajadores de la Salud esperábamos con ansias las vacunas que los aeroportuarios nos traían. Era un momento en el que se necesitaba que una parte de la industria reconvirtiera su producción para hacer respiradores, camas de terapia, etc. Un ejemplo de esa reconversión durante la pandemia fue la empresa gráfica recuperada Madygraf que produjo sanitizante de alcohol y mascarillas, apoyados por el Centro de Estudiantes de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de San Martín, profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y docentes de la zona. Esta es la muestra de la posibilidad de poder manejar situaciones inesperadas por parte de la unidad entre trabajadores y estudiantes. Pero el manejo de las empresas por las patronales solo las hace pensar en la ganancia y no así en la vida de millones de personas (con el aval de los gobiernos que, más allá de sus distintas políticas sanitarias, no cuestionan su “derecho a los negocios”). Qué distinto sería si estas empresas las manejaran sus propios trabajadores: los aviones por ejemplo podrían haber jugado un rol aún superior en el traslado constante e inmediato de personal e insumos a las provincias más damnificadas.
Otro rol que cumplen las y los trabajadores de Aerolíneas es el traslado del personal de Salud y de los órganos que el INCUCAI trasplanta. Como sabemos, para el trasplante de órganos el tiempo es vital, por eso para transportar a todo el personal encargado del trasplante y de los órganos en distancias muy largas, el uso de aviones de Aerolíneas se hace importante, un rol que las empresas privadas desprecian porque no les da ganancias.
Además, ante emergencias o urgencias, también se trasladan otros insumos médicos y medicamentos que pueden salvar varias vidas.
Ante un gobierno como el de Milei, que piensa la Salud como un negocio (varios recordamos sus palabras hablando del “mercado de órganos”), y que no hace nada ante el aumento de casos de dengue, pensar el aporte de las y los trabajadores de Aerolíneas en el sistema de Salud, nos hace ver con mejor claridad la importancia que tiene esta empresa en la vida de la población en general.
La salud de quiénes “aportan” para la Salud
Pero las y los trabajadores aeronáuticos también están expuestos a enfermedades debido a las condiciones laborales que viven cotidianamente. A diario nos cuentan los dolores osteoarticulares que tienen producto de las largas horas que están parados. Lumbalgia, fascitis plantar o tendinitis son algunas de las principales dolencias que padecen. Como señala Gerd Albracht, experto en Seguridad y Salud en el Trabajo de la OIT:
Los trabajadores de la sala donde preparan el equipaje para ser embarcado pasan muchas horas de pie. Deben mover el equipaje desde los transportadores a las carretillas y contenedores para ser transportados al avión. Las condiciones en esta sala pueden ser muy tensas durante las horas pico cuando las tasas de flujo de equipaje alcanzan el máximo nivel.
También presentan problemas cutáneos debido a la exposición solar (queratitis crónica), problemas auditivos por la exposición a sonidos altos y constantes mayores a 120-140 decibeles (hipoacusias), cefaleas o alteraciones en el sueño debido también a la alta exposición a ruidos. O problemas en la salud mental, como ansiedad o depresión, que es mayor en quienes tienen horario laboral nocturno.
Sabemos que los aeropuertos son considerados como una de las mayores fuentes de contaminación del país, suponen un grave riesgo de salud para las personas que trabajan principalmente en sus instalaciones al aire libre, así como para los habitantes de sus proximidades. La combustión del gasoil para reactores y del combustible que utilizan los equipos de manipulación de equipajes emiten partículas ultrafinas (PUF), lo que puede generar un alto nivel de exposición a estas sustancias por parte de los empleados y empleadas. Varios aeropuertos han informado de la existencia de altos niveles de PUF, especialmente en el área de estacionamiento de las aeronaves. Cientos de miles de trabajadores y trabajadoras de la aviación que trabajan cerca de los aeroplanos se exponen gravemente a las muy dañinas PUF. Distintos estudios también ubican a los aeropuertos como una de las principales zonas que son focos infecciosos, donde diversos virus respiratorios predominan en su ambiente. Esto hace que abunden las enfermedades respiratorias en las y los trabajadores aeronáuticos.
Mientras escribíamos estas líneas, fuimos a las acciones que se realizaban en Aeroparque como parte de la Posta de Salud y Cuidado. Allí Willy, un trabajador de GPS, nos contaba:
Solo tenemos 4 inodoros para quienes están en despacho, sumado a los compañeros que pasan por el sector son más de 350 personas, pésimas condiciones higiénicas para trabajar. Mientras estamos en pista no sabemos ni lo que aspiramos de todo lo que largan los aviones, aparte es frecuente que caigan rayos; ya tuvimos compañeros damnificados por esto y es brutal.
Todas estas enfermedades son parte de pensar los trabajos en base a las ganancias de las empresas, ya que son las jornadas extenuantes las que traen consigo los problemas osteoarticulares. Qué distinto sería, en cambio, pensar esas condiciones de trabajo desde las necesidades de los trabajadores de conjunto. Por ejemplo el trabajo nocturno, que es el que más problemas psicológicos y de sueño produce. O reducir las horas de trabajo –sin baja de salarios–, que permitiría además crear nuevos puestos laborales y en base a eso dar respuesta a la problemática de la desocupación.
La organización también es salud
Las y los trabajadores saben que para defenderse de la desidia empresarial que los somete a pésimas condiciones laborales que producen estas enfermedades, la mejor solución es la unidad y la organización; por eso durante la pandemia comenzaron a organizar la Comisión de Higiene y Seguridad. Trabajadores de GPS-Aerolíneas Argentinas, junto a la comisión interna de GPS, trabajadores y trabajadoras de Serza Ezeiza, Serza Aeroparque, Redguard, Securitas Ezeiza, GPS Aeroparque, GPS Ezeiza y LATAM Aeroparque se reunían para denunciar las terribles condiciones en las que estaban trabajando, pero además con la Comisión buscaron un lugar donde puedan organizarse para cuidarse entre ellos, apelando a esa solidaridad entre quienes se saben del mismo lado para pensar medidas de protección y de salubridad que permitan la prevención tanto entre trabajadores como hacia sus familiares.
Junto a ellos, estudiantes de Medicina y Derecho fueron quienes también se solidarizaron y acompañaron la conformación de esta Comisión, poniendo sus conocimientos para quiénes en ese momento era la población más expuesta al virus.
Este ejemplo de una política de unidad desde abajo y de organización entre distintos sectores no terminó con la pandemia ni con los cambios de gobierno. Muestra su potencialidad para forjar lazos solidarios, formas de organización y discusiones que seguimos necesitando hoy.
En estos momentos, esa unidad entre trabajadores y estudiantes continúa en las calles en la defensa contra los despidos para que ninguna familia quede en las calles, buscando ampliar la organización de las y los trabajadores en unidad con los usuarios y coordinando con otros sectores en lucha.
Desde las y los trabajadores de salud de La Marrón y estudiantes de En Clave Roja de Ciencias Médicas y Psicología lanzamos un espacio de organización desde abajo, la “Posta de Salud y Cuidado” en el contexto de la represión llevada adelante por parte del gobierno de Milei con Bullrich a la cabeza, para poder ayudar a quienes salen a manifestarse contra las medidas de ajuste de este gobierno, pero también para poder organizarse en sus lugares de trabajo y de estudio, ante la inactividad de sus sindicatos o centros de estudiantes.
Durante los días de debate en el Congreso de la LO y represión en que asambleas barriales, trabajadores de la cultura y organizaciones de izquierda estuvieron manifestándose, también los y las trabajadores aeronáuticos fueron parte de esa primera línea de rechazo contra este gobierno. Algunos de ellos tuvieron que pasar por la Posta para ser atendidos, pero fueron protagonistas, junto a tantos otros, de las primeras manifestaciones de resistencia en la lucha por tirar abajo una ley que ataca de lleno a la salud, a la educación, a las jubilaciones, a los salarios, etc.
Ante los actuales despidos, muchos de los trabajadores de Aerolíneas quedaron sin su obra social, por eso desde la Posta de Salud y Cuidado y con ayuda de los distintos trabajadores y estudiantes de la Salud que la conforman se movilizaron para poder brindar los recursos que necesitaban, como cuenta Pato, trabajador despedido insulinodependiente, que ante la pérdida de la obra social y siendo que su medicación era muy costosa y difícil de conseguir, fue la Posta quién pudo conseguirla. Pero desde la Posta no se quiere cubrir esos baches que dejan los despidos y que desde el sistema de Salud, en crisis, no se pueden abordar, si no que muestra una solidaridad entre quienes estamos en la misma vereda, y a la vez acompañamos en cada una de las acciones que llevan a cabo los y las trabajadores despedidos, porque entendemos que lo fundamental hoy, en el medio de una crisis económica, social y política muy profunda, es que las y los trabajadores y sus familias no se queden en la calle, sin acceso a la vivienda o a la Salud. Se debería exigir, por ejemplo, que las obras sociales continúen brindando el tratamiento a todos los despedidos con enfermedades crónicas.
Desde las y los trabajadores y estudiantes de la salud tomamos en nuestras manos su conflicto llevando su fondo de lucha a las universidades, hospitales y centros de salud, somos parte sus acciones, llevando la Posta de Salud y Cuidados a las calles para acompañarlos y a la vez peleamos por sus puestos de trabajo y mejores condiciones laborales para que quienes hacen funcionar los aviones no sufran las consecuencias del trabajo en sus propias vidas.
La unidad que se da en las calles entre estos sectores combativos tiene además el potencial, por un lado, de plantear ampliar la coordinación de quienes luchan, que muestre más fuerza, pero además, la necesidad de sobrepasar los límites de las direcciones sindicales burocráticas, que como el sindicato aeronáutico UPADEP –que nuclea a los trabajadores de GPS–, no llaman a ninguna acción mientras la patronal sigue avanzando en los despidos. La pasividad de UPADEP frente a los despidos con decenas de familias en la calle, se replica en Salud, donde ATE, UPCN, SUTECBA, AMM, Federación, por nombrar algunos sindicatos del rubro, no convocan acciones ni llaman a paro frente a la licuación del salario de los trabajadores y el ataque directo a la salud pública, en medio de una crisis sanitaria por la mayor epidemia de dengue en la historia de nuestro país.
Pero además, la coordinación puede hacernos pensar en la potencialidad de tener otras medidas para mejorar tanto la vida de los trabajadores como el sistema de Salud para toda la población, sin estar atada solo a las ganancias. Con esta unidad también se abre la posibilidad de la fuerza que tendrían medidas de lucha en conjunto, una huelga general metropolitana para detener los despidos, el ajuste en Salud, Educación, Cultura y demás áreas que vienen empobreciendo la vida cotidiana de millones, la baja de salarios y la carestía de vida, como primeros pasos para detener el plan ajustador de Milei y pensar en otra salida a la crisis.
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