Una oleada de más de 80 incendios forestales asola principalmente la provincia de Pontevedra, pero están presentes en todas las provincias gallegas y el norte de Portugal desde la madrugada del sábado.
Jacobo A. García @Jacobscarface
Domingo 15 de octubre de 2017 16:34
Al caer la noche el fuego ha entrado en la ciudad de vigo donde varias calles han sido desalojadas y hay distintos focos. Dos personas fallecieron atrapadas en una furgoneta en Nigrán.
Las primeras noticias del fuego acercándose a núcleos urbanos llegaron sobre las 19:00, cuando los municipios de Nigrán y Vigo se vieron afectados. La residencia universitaria, situada en el Campus del CUVI, a 10 km de la ciudad, tuvo que ser desalojada. Y las llamas llegaron cerca de la Facultad de Químicas, que por suerte no se vio afectada.
Alrededor de las 21:00 y hasta la fecha se notificaron numerosos incendios en la ciudad de Vigo. Se conoce que se produjo un foco en Navia, proveniente del frente de Valladares a las afueras de la ciudad, que se propagó por Avenida de Europa y calle Florida. Más recientemente se han visto fuegos en calle Barcelona e Hispanidad, muy cerca de Gran Vía en pleno centro de Vigo. Los pequeños fuegos registrados en Plaza España ya se han apagado con facilidad.
La situación se escapa al control de los servicios de extinción y numerosos voluntarios están ayudando a apagar el fuego por toda la ciudad.
Las cenizas caen en ciudades como Pontevedra o Vigo y muchos núcleos de población han sido afectados, como Baiona, Redondela, Ponteareas, etc. La reserva de la biosfera de los Ancares, en Lugo, también arde.
El 15 de octubre están ardiendo más de 4.500 hectáreas. En este momento trabajan contra los incendios unas 350 brigadas, 220 motobombas, cuarenta palas y una veintena de medios aéreos además de 160 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), apoyados por dieciocho motobombas y seis nodrizas, mientras esperan cien refuerzos. Además, también están movilizados efectivos de la Guardia Civil, Policía Autonómica, Policía Local y Protección Civil. Pero la gravedad de la situación ha llevado a que muchos voluntarios se sumen a la tarea de apagar estos fuegos.
Galicia otra vez en llamas
Nueve de los 80 incendios tienen nivel 2 de alerta, que supone una situación de riesgo real para la población. Se trata de los fuegos de Ponteareas, Cervantes, San Cristovo de Cea, As Neves, Gondomar, Salvaterra de Miño, Baños de Molgas, Baiona y Chandrexa de Queixa. En la provincia de Lugo hay fuegos en Friol y Cervantes, el municipio más afectado, con tres incendios forestales que van de las 20 a las 70 hectáreas, en plena reserva de la biosfera de Os Ancares.
El fuego de Ponteareas ha superado las 1.500 hectáreas, provocado por cuatro focos diferentes, para luego extenderse por Redondela, Soutomaior y Pazos de Borbén. En Pontevedra supera las 20 hectáreas un incendio forestal declarado en un bosque de Gondomar, en la parroquia de Morgadáns. Allí han ardido cuatro naves industriales.
La provincia menos afectada es A Coruña, donde el fuego de Boiro, en la parroquia de Cures, ya desactivó su situación 2 de alerta tras tener en peligro el núcleo de Lidón.
Se han declarado fuegos también en Baiona y alrededores como en Oia. Las cenizas y el olor se han podido apreciar en las ciudades de Vigo y Pontevedra y alrededores. Un incendio ha calcinado la fábrica de Hierros y Metales de Mos, en el polígono industrial de Puxeiros, en Mos, un municipio muy cercano a Vigo. La fábrica de Cervigal, en el mismo polígono también ha sido afectada. En el entorno de Vigo el fuego tiene un frente de 4 kilómetro que amenaza con quemar más instalaciones y llegar a las viviendas. Las cenizas y el humo se pueden ver desde cualquier localidad de la zona de Vigo y su ría. Fueron desalojadas varias viviendas y se cortaron las carreteras AG-57, A-52 e VG-20.
En Montederramo, Ourense, se declaró otro gran fuego que afectó a Vilar de Barrio. Fueron unas 600 hectáreas afectadas según Medio Rural. El fuego fue extinguido al mediodía. En las últimas horas quedaron controlados o estabilizados una decena de incendios de más de 20 hectáreas y fueron extinguidos otros 5.
Las causas de esta barbarie
La falta de lluvias y las altas temperaturas han favorecido esta situación. La falta de inversión en prevención de la Xunta de Galicia, y los recortes de personal lo han agravado todavía más. En 2016, relatábamos la lucha de los trabajadores forestales para conseguir más plazas públicas. En gobierno de Feijóo hizo una promesa y no la cumplió en 2017. La precariedad laboral, las innumerables concesiones privadas, la falta de organización entre los múltiples cuerpos de las distintas administraciones, etc, siguen siendo la norma. La Xunta de Galicia se niega a contratar gente todo el año para hacer laborales de limpieza y vigilancia y prevenir estas catástrofes.
¿Pero quién produce los fuegos? Los últimos días en Galicia hemos visto muchas imágenes de fuegos cerca de núcleos poblados, o cerca de parques naturales como el Xurés, en Ourense, que arrasó 800 hectáreas o en el espacio protegido de Os Ancares. Podemos sospechar claramente de los intereses corporativos de grandes empresas papeleras, constructoras o mineras, que año tras año, día tras día, siguen actuando impunes en el territorio gallego. El número de incendios, según datos oficiales a 12 de octubre fue de 235, frente a una media de 91,2 en los octubres de la última década. Esto sin contar los más de 80 incendios producidos en los últimos días. Es más del doble.
Además, la “Lei de Depredación”, favorece mucho más este tipo de prácticas, y no es casualidad que se produzca esta oleada de incendios a tan solo dos días de su más que probable aprobación en el Parlamento, dada la mayoría absoluta del PP.
Los grandes negocios capitalistas se están frotando las manos, porque saben que, a partir de la próxima semana tendrán muchas facilidades para construir, explotar mineral o extender las plantaciones de eucalipto en estos terrenos quemados. Sin embargo, las víctimas ven como sus casas, cultivos e incluso centros de trabajo, quedan destruidos.
Por otra parte, para la madrugada del lunes 16 está prevista el paso del huracán Ophelia en su camino a Irlanda, que parará los fuegos pero puede llegar a provocar corrimientos de tierras y un gran lavado de nutrientes en el suelo, aumentando la erosión y las graves consecuencias de los fuegos de hoy.
La teoría de los “incendiarios trastornados” que defiende el gobierno de Feijóo ya no se sostiene. Cada vez más gente es consciente de que el gobierno tiene responsabilidad en estos hechos. Porque recorta en prevención y extinción y hace leyes que favorecen la devastación ambiental y económica para el pueblo gallego, mientras enriquecen a las grandes compañías.
Es hora de que la clase trabajadora y la juventud responda
Ya basta de resignación y agachar la cabeza. La situación es insostenible. El paro y la pobreza siguen creciendo, junto con la emigración. Nuestros montes arden casi todos los días, nuestra tierra está siendo vendida a multinacionales mineras suizas y canadienses, y a la empresa de origen franquista ENCE-ELNOSA, que expande la plaga del eucalipto. La avispa asiática arrasa las poblaciones de abeja autóctona y los cultivos y el gobierno no hace nada. Se recorta en salud, en educación, en transporte… Los trabajadores sufren EREs y rebajas de condiciones laborales. Los pequeños propietarios ganaderos se ven arruinados vendiendo sus productos a precios de miseria.
Debemos recordar las grandes luchas de la clase trabajadora y el pueblo gallego. Las huelgas antifranquistas del 72, las huelgas del metal y la automoción durante décadas, el Nunca Máis contra el Prestige, la lucha de los vecinos de Corcoesto contra la mina de oro, la lucha contra la Lei de la Acuicultura Intensiva, las innumerables huelgas estudiantiles y conflictos obreros que se desarrollan por toda nuestra tierra. Y debemos recordarlas para aprender de ellas.
Un plan de lucha es más necesario que lucha. Contra la “Lei de Depredación”, contra las reformas laborales y educativas, contra los recortes en Sanidad y por todas las demandas sociales y democráticas de nuestro pueblo. Un plan que pasa por la convocatoria de huelga general por parte de los principales sindicatos, empezando por la CIG y el Sindicato Labrego Galego, el sindicalismo alternativo de CGT y CUT, así como CCOO y UGT. Así como por la creación de Comités de Defensa del Monte, donde campesinos y pequeños productores se autoorganicen para defender la tierra del terrorismo patronal y los incendios.