El gobierno nacional intenta avanzar con la reforma laboral, profundizando la fragmentación, sectorización y el vaciamiento de la salud pública, empezando por el Garrahan. Las trabajadoras y trabajadores del hospital exigen que ningún proyecto avance sin su participación.
Martes 9 de febrero de 2021 18:24
El gobierno nacional quiere avanzar en la creación de un Convenio Colectivo de Trabajo en el Garrahan a espalda de los trabajadores.
La elaboración de Convenios Colectivos por hospital o sector no hace más que avanzar en la fuerte decisión de seguir fragmentando el sistema de salud, más allá de los discursos mediáticos sobre la unificación del sistema de salud enunciados por Ginés González García, Gollán y Cristina Fernández.
Buscan crear un antecedente en el Garrahan, como hospital modelo a nivel nacional. Reafirman una vez más que en vez de avanzar en un plan para enfrentar una pandemia mundial, sus políticas públicas solo aumentan la degradación de las condiciones laborales empeorando la salud del conjunto de los trabajadores, con un saldo de más de 500 muertes evitables.
La ejecución de esta ofensiva solo puede ser sostenida con la complicidad de las direcciones sindicales afines a este gobierno como UPCN, SUTECBA y ATE Nacional, que se reúnen a espaldas de los 6.700 trabajadores, desconociendo los paritarios votados, elegidos en los sectores y sus espacios de representación del hospital que responden a la asamblea general, como la Junta Interna ATE, la Asociación de Profesionales y la Comisión de Trabajo Insalubre y /o Agotamiento Prematuro (CTIAP).
Por eso las trabajadoras y trabajadores exigimos que ningún proyecto avance sin nuestra participación. Ya empezamos a recibir adhesiones a nuestra campaña, como la del sindicato docente Ademys y la asamblea de residentes.
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La CTIAP en su informe de situación de marzo del 2020 evidencia que nuestro trabajo es insalubre por la sobrecarga física y psíquica que experimentamos los trabajadores. El pluriempleo, la sobrecarga y el desgaste prematuro se agudizaron en el contexto de pandemia mundial debido a condiciones de trabajo insuficientes.
En el Garrahan la relación de contagios es de un trabajador infectado por paciente atendido con covid-19: 680 a 705. Este récord es logrado por la falta de EPP y personal, el incumplimiento de licencias a grupos de riesgo y protocolos. Sólo se consiguieron con la lucha de los sectores y llevamos 7 paros en lo que va de pandemia contra el 7% de aumento salarial y por todas nuestras condiciones laborales.
La denuncia de esta situación solo tuvo como respuesta persecución en todo el país, como el escandaloso despido de nuestro compañero Juan José Paz, médico del Hospital Eva Perón de Tucumán, por quien exigimos la inmediata reinstalación.
Los trabajadores ya conocemos a los protagonistas de esta historia
El ministro de salud Ginés García, fue y sigue siendo amigo de los laboratoriosy enemigo de los trabajadores. Se encargó de desprestigiarnos y acusarnos de terroristas sanitarios y de abandono de personadurante nuestra lucha en defensa de la salud pública en el 2005. Por su parte, Oscar Trotta, funcionario del Frente de Todos y actualmente en la dirección,durante su gestión anterior como consejero del Garrahan (2013 - 2017) cerró la salita de 3 del jardín maternal del hospital, atacó el salario de los trabajadores, mantuvo el negociado de la tercerización, llevó adelante el despido persecutorio de Elizabeth Ríos, enfermera de 23 años de hospital. Y tampoco nos olvidamos que en la negligencia que llevó a la muerte de nuestra compañera Cecilia Ferreyra su dirección y la ART fueron responsables.
Un verdadero ajusterequerido por el presupuesto macrista que votaron todos los bloques de la Legislatura Porteña, incluyendo al kirchnerismo, y a excepción del Frente de Izquierda, permitiendo entre los años 2014 y 2016 un recorte de $800 millones al presupuesto del Garrahan.
Este vaciamiento no fue solo en el Garrahan sino que viene impactando en el conjunto de la Salud Pública. Tiene continuidad en el reciente recorte del 9,4% al presupuesto del sector para pagar la ilegal, ilegítima y fraudulenta deuda externa al FMI, los especuladores y rescatar a las grandes empresas con la ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción). Mientras crece la inflación el gobierno suspende la IFE, avanza la desocupación dejando a millones de familias sin obra social, sin acceso a vivienda, a la salud o la provisión de servicios mínimos como el agua potable, condiciones que agravan las consecuencias de la pandemia.
Todo esto colapsa el ya débil sistema de salud que las trabajadoras y trabajadores sostenemos solo nuestro esfuerzo y sin un plan del gobierno. Medidas de emergencia que incluyeran testeos, rastreos y aislamiento necesario, la unificación del sistema de salud nacional, centralizando los recursos disponibles, tanto públicos como privados, la expropiación de los grandes laboratorios, suspensión de las patentes. La puesta en conjunto del sistema de salud, incluyendo la producción, distribución de los insumos, medicación y vacunas, así como la investigación de su efectividad y protocolos bajo control de las trabajadoras y trabajadores del sector.
Un plan básico, muy contrario a la situación actual, en la que la vacunación nacional depende de la guerra comercial, la irracionalidad y especulación de los países imperialistas, sin garantía básica de tener las dosis en cantidad y tiempos necesarios para no llegar tarde al desarrollo de nuevas cepas del virus.
Desde la Agrupación Marrón Clasista venimos sosteniendo desde el comienzo de la pandemia la necesidad de este plan de emergencia en base al no pago de la deuda, nacionalización de la banca y un impuesto que verdaderamente afecte a las grandes fortunas.
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Unidad de todos los trabajadores para enfrentar el ajuste
Esta situación y la entrega de las centrales sindicales no pudo evitar luchas en el sector salud, como los autoconvocados en varias provincias, la lucha por el reconocimiento profesional de enfermería, de los residentes y distintos hospitales y centros de salud. Desde nuestra agrupación venimos insistiendo en la necesidad de unificar las luchas en una asamblea interhospitalaria para terminar con la división entre afiliados y no afiliados a cualquier gremio, entre tercerizados, contratados, pasantes, residentes, concurrentes y de planta. Dejar de pelear separados, es una tarea inmediata para dejar de cargar la crisis sanitaria sobre nuestros hombros. Pero el gran desafío es que toda esta fuerza no se diluya en demandas por sector.
Es necesario unificar la fuerza de los sectores que luchan contra los ataques de las patronales y el gobierno. Los trabajadores del subte en defensa de los trabajadores de riesgo, los docentes contra un inicio de clases sin recursos, los aeronáuticos contra los despidos y las familias en lucha por vivienda como Guernica, los telefónicos y estatales. Tenemos que exigir a las centrales sindicales un paro y plan de lucha nacional por el conjunto de nuestras reivindicaciones frente a la crisis. Golpear juntos para evitar que los costos de esta crisis los paguen nuestras familias.