A través de la Facultad de Ingeniería la empresa busca contratar de forma precaria a estudiantes a través de pasantías, mientras deja a 350 trabajadores en la calle.
Domingo 12 de marzo de 2017 00:00
A principios de esta semana General Motors anunció 350 suspensiones en su planta de Rosario, medida acordada entre la patronal y el SMATA. Desde ese momento, los trabajadores, con la solidaridad de organizaciones sociales y agrupaciones de izquierda, vienen organizándose en asambleas, movilizándose y exigiendo a los gobiernos municipal, provincial y nacional que tome cartas en el asunto para la reincorporación de todos los suspendidos.
En el medio del conflicto y como un verdadero acto de provocación, las autoridades de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR han lanzado, desde la página de la facultad, una convocatoria que recluta estudiantes avanzados de distintas carreras para trabajar en General Motors.
Esta campaña echa por tierra el fundamento de la empresa respecto a que las suspensiones se deben a una caída en la producción, y como vienen denunciando los propios trabajadores, esto forma parte de un plan de la patronal para flexibilizar las condiciones laborales y maximizar sus ganancias. Este sistema de pasantías, permite tomar estudiantes por cortos periodos de tiempo, con remuneraciones mínimas y sin derechos laborales, constituyendo una de las formas más usadas por las empresas para precarizar a la juventud.
La gestión del Partido Socialista en la facultad sostiene desde hace años este tipo de convenios con multinacionales, reflejando un modelo de facultad que responde a los intereses de las patronales. Al mismo tiempo que la UNR le garantiza a General Motors el acceso a mano de obra precarizada y a bajo precio, el Gobierno provincial del socialismo y el Gobirno nacional del PRO hacen oídos sordos a la situación de 350 familias que quedarán en la calle para que la compañía automotriz pueda seguir aumentando sus ganancias.
Nicolás Vazquez
Es estudiante de profesorado de Física en el Olga Cossettini en Rosario.