Diversas declaraciones existieron durante la campaña electoral presidencial de finales de 2021, por parte de Gabriel Boric y su futuro Gobierno, respecto al no impulso y ratificación del bullado TPP 11 (Acuerdo Transpacífico) en Chile. Con Sebastián Piñera tuvo que “congelarse” su tramitación debido a diversas oposiciones desde los diversos movimientos y personalidades ambientalistas. Nuevamente se pone su ratificación sobre la mesa, de la mano del actual Gobierno.
Miércoles 20 de julio de 2022
La condición fundamental que hoy el Gobierno se encuentra “negociando” para la ratificación del TPP 11 en Chile, tiene que ver con que Chile sea excluido de los tribunales internacionales de carácter económico, que generalmente realizan sus fallos judiciales en favor de las empresas. Es decir, apostar todo a una reforma cosmética para tratar de dejar tranquilo al movimiento medioambiental. De ser así, sería algo completamente cosmético debido, a que Chile ya es parte de muchos otros TLC (Tratados de Libre Comercio), heredados del gobierno de Ricardo Lagos y profundizados por Michelle Bachellet y Sebastián Piñera, que ya cuentan con esta “regla”, pero no ha significado menor devastación del medio ambiente, ni tampoco mayor “regulación” hacia las empresas privadas, todo lo contrario.
Otro punto a considerar, es que ya se había llegado a un acuerdo con la cámara del Senado, posterior al proceso constituyente. Debido al revuelo y fuerte oposición por parte de la población al proyecto en general, pero también a la continuidad del saqueo y contaminación de los bienes naturales en Chile. La impugnación de los 30 años y la herencia de la Dictadura también se hizo presente en este aspecto, por lo que, para no causar tanto revuelo en medio del proceso constituyente y asentamiento del desvío de la rebelión, los poderes del régimen político decidieron ponerle una pausa. Que se retomó en este momento, de la mano del actual Gobierno.
Por otro lado está la moderación de la propuesta de la nueva Constitución, en cuanto a materia medioambiental de los bienes naturales, exceptuando el agua y su propiedad. No toca la lógica extractivista arraigada en Chile y responsable de los problemas e incluso catástrofes medioambientales. Un aspecto importante es la no nacionalización de estos bienes naturales deja en un vacío la protección de los recursos naturales, todo esto en medio de las negociaciones por el TPP 11.