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Red Internacional
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Tucumán. Grafittis, entre el escándalo y la hipocresia

Viernes 26 de diciembre de 2014

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Hace unos días, realice unas pegatinas -graffitis- en algunas calles de la Capital, y despertó varias reacciones. El diario que más leen los tucumanos –La Gaceta- publico a los pocos días: “Perturbadores dibujos sorprenden a los transeúntes”.

El trabajo se llama “Felices los niños” y consiste en una imagen de una niña (o niño) ahorcada con cuatro globos de colores, algunos fueron acompañados de leyendas.

Hay una polémica ya clásica que siempre sale en estos casos sobre si es legítimo o no realizar pintadas, pegatinas, graffitis, etc. en espacios públicos o privados, y sobre si además esta acción puede ser considerada o no arte. De hecho el graffiti es considerado un delito en nuestro código contravencional (herencia de la dictadura) y no es raro que la policía te detenga, te quite los aerosoles, te quiera llevar a la comisaria, etc. también es cierto de que es una práctica muy extendida hace ya muchos años, de muy diversas formas.

De cualquier forma, no hizo tanto eco este debate (de hecho hay muchos graffitis en la provincia) lo que más escandalizo fue el contenido de la imagen: ¿Por qué la niñez, que esta tan hipócritamente sacralizada bajo este sistema, tiene que mostrar esto? -De ninguna manera, si queremos ver imágenes de niños, que sean de Walt Disney, de Paka Paka, o del comercial de Pampers mas estereotipado que encontremos, la niñez es la “edad más pura”, la supuesta etapa de inocencia que nos vende la imaginería capitalista. La tragedia de un niño muerto resulta algo aberrante. Ahorcado con globos de colores que vuelan pareciera ser una burla.

A quienes no parece generarles ningún tipo de conmoción la muerte de los niños son a los políticos burgueses y capitalistas. Por ejemplo en Tucumán abunda el trabajo infantil en condiciones semi esclavas en la cosecha de limón o frutilla, otro ejemplo fue cuando Beatriz Rojkes la esposa del gobernador –senadora nacional- hace unos meses compartió en su cuenta de facebook unas declaraciones sionistas de la diputada israelí Ayelet Shaked donde abogaba por la muerte de las madres de franja de Gaza, según ella porque daban a luz a “pequeñas serpientes”, esto sin olvidar tampoco que el estado banca a la iglesia católica, una de las instituciones que más pedófilos ampara, como al cura Grassi, fundador de la Fundación “Felices los niños” –que da nombre a mi trabajo- .

Otra de las cosas que más reacción produjo fue la frase “a esos hay que matarlos de chiquitos”, irónicamente frase que escucho repetir hasta el hartazgo cuando se habla de la gente de los barrios más humildes, porque para este sistema la vida de los niños pobres no tiene ningún valor, la moral de la vida se termina cuando hay que justificar el asesinato del supuesto ladrón.

Por supuesto se pueden tener otras lecturas y análisis (como se expresó en La Gaceta), entiendo que la imagen genere incomodidad, que parezca excesiva o cruel, y que moleste en demasía a algunas personas que se realice en la vía pública, algunas veces sucede esto porque no podemos expresar con menos virulencia lo que sentimos, las imágenes o escenas más desgarradoras que vi fueron de la misma realidad, que no pide permiso para hacer pesar sus injusticias.

A pesar de esto no quiero transmitir un mensaje pesimista, formo parte de una generación que quiere llevarse el mundo por delante, donde en una provincia muy atrasada peleamos contra los abusos, los genocidas, los despidos para que no haya más familias en la calle, junto a mis compañeros del PTS y de las secretarías de derechos humanos, cultura y género de la facultad de Artes, Psicología y Filosofía.

Por eso ensuciamos las paredes, con imágenes que no siempre van a ser apacibles, pero que van a intentar sacudir a las personas.