Los futbolistas del país centroamericano exigen mejores condiciones para poder jugar. Posición dura de la dirigencia que podría profundizar el conflicto.
Lunes 24 de septiembre de 2018 12:07
En el fútbol de Latinoamérica es sobradamente conocido lo que sucede en Brasil, México o Uruguay, por ejemplo. Pero poco se sabe del fútbol centroamericano. En los últimos días, es noticia el fútbol guatemalteco: el panorama en ese país es sombrío y los futbolistas han decidido ir a la huelga por problemas de discriminación, violencia, inseguridad, falta de pagos e incluso por represión de las autoridades de la liga. Los futbolistas expresan que están viviendo condiciones muy precarias que no son aptas para mantenerse activos en el torneo.
A través de un comunicado que se difundió por Twitter, se hizo saber a la opinión pública que los futbolistas de la Primera División de Guatemala no jugarían la jornada número 10 del Torneo Apertura 2018 de la Liga Nacional, debido a que pretenden que las autoridades intervengan para solucionar los serios problemas por los que están pasando.
Entre las causas que se aducen aparecen reportes sobre falta de pago a los futbolistas, actos racistas de los aficionados y de personas ajenas a los clubes en contra de los jugadores en distintos partidos y pésimas condiciones de seguridad como las que ocurrieron en un partido entre los clubes Nueva Concepción y Deportivo Reu, cuando hombres armados amenazaron a los jugadores. Respecto a los insultos racistas, entre los más graves se cuentan los sufridos por Marvin Tomás Ávila, a quien le gritaron “mono negro” en un partido contra el equipo de Malacateco. Es parte del reclamo también que se reduzca la extrema sanción al futbolista Fredy William Thompson, quien fue castigado con 6 meses de suspensión por expresar quejas contra la CONCACAF (Confederación del fútbol de Norteamérica, Caribe y Centroamérica) y la FEDEFUT (Federación guatemalteca de fútbol).
Antes de que se diera a conocer la postura de los futbolistas, la Liga Nacional emitió una circular dirigida a los clubes afiliados para recordarles las sanciones que podrían recibir si sus equipos no se presentan a jugar. A pesar de eso, la decisión de los jugadores fue tajante.
La huelga abarca a unos 250 jugadores y se espera para esta semana un diálogo del sindicato de futbolistas con las autoridades de La Liga Nacional de Guatemala; de no llegar a un acuerdo, la huelga se extenderá al menos por una semana más. Entre otras medidas que los jugadores tienen planificado realizar es la desistir del llamado a incorporarse a la Selección de Guatemala.
Las cosas están así. Se sigue a la espera de lo que pueda ocurrir con esta huelga: los jugadores tienen toda la razón en exigir mejores condiciones para poder jugar tranquilamente, pero no se sabe la forma en que los dirigentes responderán y si la medida vaya a traer repercusiones más adelante.
En los últimos años los jugadores han mantenido una lucha constante en contra de los abusos de los dirigentes pero nunca han dado el paso de paralizar el fútbol guatemalteco, por lo que ahora marcarían un precedente para que les respeten sus derechos como trabajadores.