La huelga de los empleados del correo en El Havre cuenta con la adhesión de un 100% de los efectivos y lleva más de una semana en esa ciudad combativa del norte de Francia.
Viernes 23 de septiembre de 2016
Foto: RP
La razón de la indignación es una pausa para el almuerzo que desea imponer la dirección y que se traduciría en una baja de los salarios mensuales en 50 euros. Esta pausa proyectada, que corresponde a las primeras aplicaciones de la ley laboral y que se pretende extender a nivel nacional, se aplica a escala local y, por lo tanto, de manera aislada, para evitar una huelga nacional masiva de este sector combativo.
Compartimos la conversación sostenida en el piquete con dos representantes sindicales de la CGT, Sarah Baudry y Pierre Felleps
¿Me pueden explicar las razones de este movimiento?
“Básicamente, la dirección intenta establecer una pausa para el almuerzo, de manera que los carteros paren durante el mediodía, es decir de 12:00 a 12:45. Pero en realidad, con esta pausa perdemos 50 euros de bonos por la comida. La organización de esta pausa para el almuerzo es para todo el país. Ya ha habido luchas en el Norte, en Calvados y en Ardèche, pero las reorganizaciones no se aplican nunca simultáneamente, para evitar grandes conflictos. De hecho, ésta es una oficina de prueba. En Caen intentaron aplicarla, pero en varias oficinas al mismo tiempo y eso provocó un gran conflicto conjunto. Ahora intentan aplicarla de oficina en oficina para evitar que los trabajadores se unan y que eso les cause problemas. ¡Su estrategia es dividir para mejor reinar!”
“Es por eso que con la Intersindical (CGT, SUD, FO) decidimos dar un preaviso a toda la planta de Le Havre, a todas las oficinas, porque la directora anunció que todas las oficinas de Le Havre se verán afectadas en dos años. Además, los puestos de clasificación van a desaparecer, porque las máquinas de clasificación se llevarán a Rouen y ese trabajo se realizará únicamente en esa ciudad, por lo cual hay 6 personas que trabajan en la clasificación aquí cuyos puestos de trabajo están en peligro, y que deberán ser "reubicados" en otros puestos, sobre todo porque hay trabajadores incapacitados también, personas que están incapacitadas debido a la carga de trabajo que se vuelve más pesada. Los empleados de clasificación reciben propuestas ridículas de reubicación en Orne o en otros lugares.”
“Hay que entender que los empleados están sobrecargados, agotados, y cada vez más colegas son declarados incapacitados. Tenemos un compañero en Rouen que acaba de ser salvado de un despido por incapacidad. Estaba agotado porque a los 20 años uno aprende el trabajo de cartero y resiste, pero a los 50 o 55 años se vuelve muy difícil hacer este trabajo y como ahora la edad legal de jubilación es de 62 años.... Además, los recorridos se reorganizan cada dos años, eso no tiene fin, entonces a nivel psicológico y físico es difícil. Los carteros se sienten agotados, hay suicidios, gente que no puede más, porque los gerentes les meten presión.”
“Llegan empleados de Dieppe, Rouen y Evreux, llamados por la administración para reemplazarnos. Están agotados, quebrados, hoy en día se van con las ruedas pinchadas, desinfladas, sin casco, se ve que no están acostumbrados.”
“Es la ley laboral lo que se está aplicando, ¡es eso! ¡Gracias a ellos fue aprobada! El MEDEF (asociación patronal) cree que ganó, porque la ley laboral permite la fragmentación del tiempo de trabajo, tal como intentan aplicarla a nosotros.”
Durante la entrevista realizada por los corresponsales de Revolutiòn Permanente, los trabajadores describieron condiciones de trabajo difíciles, de sobrecarga de trabajo y de acoso que los lleva al agotamiento moral.
La oficina de correos es parte de una larga lista de organizaciones en las que las cifras y la competitividad se traducen en el menosprecio de los empleados. Las condiciones son tan difíciles que también en este sector se habla de suicidios vinculados a las condiciones laborales. Los trabajadores volvieron a levantarse en los últimos días en la lucha contra esta pausa para el almuerzo que les quieren imponer. Frente a este intento de aplicación aislada, trabajadores de diferentes sectores han venido a apoyar el piquete. El martes, en particular, se unieron los empleados de Sidel. La solidaridad es la consigna, así como la lucha contra la ley laboral. A pesar de más de una semana de huelga, la dirección se niega a cualquier discusión. Y, sin embargo, el movimiento crece día a día. ¡Hay que seguirlo!
Publicado el 20 de septiembre de 2016 en Revolutión Permanente.
Traducción: Marisela Trevin