Una síntesis de las delegaciones de cerca de 60 gremios que llegaron encolumnados a Atlanta.
Jueves 24 de noviembre de 2016 12:12
El acto del Frente de Izquierda mostró el avance del sindicalismo de izquierda y combativo. Las columnas del PTS entraron encabezadas por las agrupaciones clasistas que impulsa en decenas de gremios.
Adelante iban los obreros y obreras sin patrón, con las gestiones obreras de Zanon, MadyGraf, WorldColor, La Casona y La Lechería, entre otras.
Enseguida se ubicaba la columna de la Alimentación, encabezada por delegados y referentes de las multinacionales PepsiCo y Mondelez (Pacheco y Victoria), junto a activistas de otras fábricas.
Una importante delegación de obreros del Neumático, efectivos y tercerizados, marchaban con la bandera de la Granate.
De la industria también estaban los referentes de las grandes jaboneras (Alicorp, Guma y Procter&Gamble), de las gráficas, las grandes metalúrgicas y siderúrgicas (Siderca, Acindar, Aceros Zapla), de Coca Cola y la oposición al Smata (Lear, Volkswagen, etc). Iban hermanados con obreras textiles de Neuquén y obreros de los ingenios tucumanos y jujeños.
Más atrás venían las agrupaciones clasistas que militan en los grandes servicios. Efectivos y tercerizados que impulsan la agrupación Bordó en el Subte, marcharon junto a la bandera de los “Choferes por las 6 horas de trabajo – David Ramallo” de varias líneas de colectivos.
Más atrás venían los ferroviarios de la Naranja del FFCC Roca, Mitre, Ferrobaires, Urquiza.
Hay que reconocer que la delegación aeronáutica parecía la más “potente”. Trabajadores de una decena de empresas de Aerolíneas y Aeroparque, efectivos y tercerizados, iban enfundados en las pecheras y gorras de la combativa agrupación Bordó.
De los servicios también llegaban las columnas de la Violeta de Telefónicos, los petroleros de las refinerías de Shell Dock Sud, YPF Maipú y Ensenada, y las integrantes del Sindicato de Trabajadoras Domésticas de Neuquén.
Las columnas de la Marrón Clasista y la Corriente Docente 9 de abril eran muy numerosas, con decenas de delegadas e integrantes de las juntas internas de ATE y las directivas de los sindicatos docentes recuperados.
En sus columnas regionales marchaban decenas de delegaciones de trabajadores y trabajadoras. Era toda una confirmación del persistente desarrollo de la corriente militante obrera más fuerte de la izquierda argentina, con agrupaciones y activistas en más de 60 gremios, junto a miles de compañeros y compañeras. Pero además, como diría más tarde Claudio Dellecarbonara que “no son sólo activistas sindicales sino que se han convertido en militantes políticos de su clase.