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Red Internacional
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Alivio. Incendios en Corrientes: esperan que las lluvias apaguen lo que el Estado dejó encender

Con más de 800.000 hectáreas quemadas a lo largo de semanas, finalmente se anuncian lluvias intensas y hasta caída de granizo en la provincia. Entre las zonas con “alerta amarilla” están varias de las localidades más afectadas por los incendios. Hay alivio entre la población y brigadistas.

Viernes 25 de febrero de 2022 10:07

Foto Pepe Mateos | Télam

Foto Pepe Mateos | Télam

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta amarilla para este viernes por “tormentas fuertes con lluvias intensas, ráfagas y ocasional caída de granizo” para varias zonas de la provincia de Corrientes. Sin dudas una buena noticia para la población correntina que desde hace semanas asiste con dolor y angustia a voraces incendios de montes y bosques que, según datos oficiales, ya quemaron unas 800.000 hectáreas, causando un desastre ambiental sin precedentes.

La alerta meteorológica abarca a departamentos correntinos como Concepción, Ituzaingó, Mercedes, San Miguel, San Roque y Santo Tomé, según el parte del SMN. El organismo informó que esas zonas serán afectadas “por tormentas aisladas, algunas fuertes, acompañadas de ocasional caída de granizo, abundante caída de agua en cortos períodos, fuerte actividad eléctrica y ráfagas intensas, con valores de precipitación acumulada entre 40 y 60 mm, pudiendo ser superados localmente”.

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Desde el Comando de Operaciones de Emergencias montado en la provincia y conformado por funcionarios e instituciones nacionales y correntinas, afirmaron que este jueves las lluvias lograron reducir “en un 30 %” el avance del fuego. De allí que se hayan visto escenas de “celebración” entre brigadistas y pobladores por la llegada del agua desde el cielo. Según la agencia Télam, en Santo Tomé decenas de brigadistas protagonizaron un “emocionado desahogo” después combatir el fuego durante días.

Como si estuviéramos en el Siglo XIX y no en el XXI, parece que no hay mejor “plan de manejo del fuego” que aquel que provee la propia naturaleza con sus precipitaciones y tormentas (cuyo desarrollo a su vez se ve alterado por el calentamiento global y el efecto invernadero). Así, quienes más “rezaban” al cielo por la pronta llegada de las lluvias fueron el gobernador radical Gustavo Valdés y el ministro peronista de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan Cabandié, quienes durante días estuvieron en el centro de todas las críticas por sus disputas y pases de factura mientras el fuego avanzaba a razón de 30.000 hectáreas por día.

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Lo que el Estado no quiso

Está claro que en el origen de estos incendios se encuentran la sequía que afecta a Corrientes y otras provincias y la histórica bajante de los ríos de la cuenca del Plata, pero no es menos cierto que el desastre que vive la provincia del noroeste argentino tiene entre sus causas la responsabilidad de los diferentes gobiernos, tanto nacionales como provinciales, por lo que hicieron y por lo que no.

Una de las medidas de protección para evitar catástrofes ambientales como ésta es la postergada Ley de Humedales, que perdió estado parlamentario en enero debido a que el Frente de Todos no la incluyó en el temario de las sesiones extraordinarias del Congreso y que ya había sido rechazada por el Senado de Corrientes. Esa ley sería un avance para la conservación y uso racional de esas áreas, pero más allá de los discursos oportunistas viene siendo sistemáticamente cajoneada por el peronismo y la oposición de derecha en favor del lobby del agronegocio y las inmobiliarias.

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A su vez se viene registrando un sostenido desfinanciamiento del Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). En 2017 (gestión Macri) la partida asignada a tal sistema representaba el 0,01 % del presupuesto nacional. En 2021 (gestión Fernández) fue tan sólo del 0,003 %. Como dijo un miembro de la brigada nacional del manejo del fuego a La Izquierda Diario, “los vehículos más nuevos que tiene la Brigada nacional son modelo 2015. El equipamiento, mangueras, herramientas y motobomba, tienen más de 20 años de uso. Ahora están por entregar indumentaria, pero la compra anterior creo que es de más de 5 años”.

Como se viene denunciando en este diario, hay otro factor que influye en la expansión del fuego: las plantaciones de eucaliptos y pinos a gran escala que en gran parte de la provincia han ido reemplazando a los bosques nativos y cercando a los humedales. En ese sentido, el gobernador Valdés ha sido muy activo en impulsar el monocultivo de pino y eucalipto y durante 2021 hizo acuerdos con empresarios forestales de Bélgica y Austria para la construcción de uno de los aserraderos más grandes de Argentina.

Ahora el pueblo trabajador de Corrientes asiste con alivio a la llegada de las lluvias. Habrá que ver si el “alerta amarilla” no cambia de color y, tras los ataques del fuego, la llegada masiva de agua no genera nuevas complicaciones. Pero por el momento la noticia no deja de ser alentadora.

Valdés, Cabandié, Alberto Fernández y demás responsables de “no manejo” del fuego, seguirán rezando al cielo para que la naturaleza apague de una buena vez lo que ellos no quisieron apagar y ayudaron a encender.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario