La última encuestas Signos/El Mostrador, puso sobre la mesa el impacto que tiene un posible conflicto armado entre Israel e Irán, los efectos de los cruces diplomáticos con Venezuela además de entrar de reforzar las tendencias presidenciables a poco más de dos años de las presidenciables. Sobre esto último, nada nuevo bajo el sol.
Lunes 22 de abril
La reciente encuesta llevada a cabo por Signos/El Mostrador ha revelado una serie de preocupaciones en torno a la política contingente. Temáticas como la guerra vuelven a aparecer en el imaginario del país y genera una gran incertidumbre sobre el futuro. Al problema de la guerra en Europa y la ofensiva genocida de Israel sobre Palestina, ahora se suman las tensiones con Irán y las posibilidades que abre de un conflicto más allá de medio oriente.
En el complejo escenario del Medio Oriente, las tensiones entre Irán e Israel han llegado a un punto crítico, desencadenando una serie de ataques y contraataques que han mantenido en vilo a la región. La política de "tanteo" entre estas dos potencias ha generado una gran incertidumbre, con Estados Unidos y países de la UE como parte de una coalición que sostiene a Israel, ayudaron a interceptar drones durante un ataque iraní a Israel. Aunque los daños resultaron mínimos, la situación ha despertado temores sobre una posible escalada a nivel regional, así como preocupaciones sobre el impacto en los precios del combustible y el sufrimiento humano que podría resultar de un conflicto prolongado. La encuesta refleja que un 78.4% está algo preocupado o bastante preocupado sobre el desarrollo del conflicto.
Paralelamente, la relación entre Chile y Venezuela ha sido objeto de debate tanto por los dichos de Maduro y altos personeros del régimen venezolano sobre la existencia o no del tren de Aragua o si fueron los dichos de Piñera en Cucuta lo que generó la ola migratoria hacia el país.
En este contexto es que la ultraderecha viene armando un supuesto entramado entre el gobierno y el asesinato de Ronald Ojeda, la posibilidad de que los asesinos se encuentren en Venezuela y el rol del PC en el encubrimiento. Otra vez aparece la mano de la fiscalía señalando que el crimen puede revestir un fin político. Ante esto, la agitación de la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela recibe un alto apoyo (45.8%) aunque no supera al rechazo a esta decisión (50.3%)
Esta percepción ha avivado el debate sobre la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países, reflejando la preocupación de la ciudadanía por los asuntos de política exterior y la necesidad de una respuesta firme por parte del gobierno chileno.
En términos de confianza en las instituciones del Estado, los resultados de la encuesta muestran una evaluación crítica por parte de la población. Tanto el Gobierno como el Congreso y los Partidos Políticos han obtenido calificaciones bajísimas (2.9%, 2.1% y 2% respectivamente), así como los Tribunales y jueves (2.6%), lo que no es de extrañar luego de los casos de Hermosilla, Lexus y otros. Aun cuando las policías obtienen notas relativamente “buenas”, no pueden explicarse sin la enorme campaña por recuperar su “prestigio” por parte del gobierno y la derecha.
Presidenciables o los mismos de siempre
En el ámbito político interno, el enfoque está puesto en las próximas elecciones, que se anticipan como una contienda presidencial entre los bloques de la transición. Tanto en el oficialismo como en la oposición, se perfilan diversas figuras relacionadas con lo más “tradicional de la política”. En el oficialismo, Carolina Tohá emerge, desde el riñón de la ex Concertación, como una de las principales cartas (13.7%), aunque se espera un proceso de primarias debido al fraccionamiento político del bloque. Por otro lado, la derecha enfrenta tensiones internas, con figuras como Evelyn Matthei (30.2%) y José Antonio Kast (15.8%) liderando las preferencias dentro del espectro político conservador. A estas tres figuras le siguen personajes como Bachelet, Vallejo, Marcel, Parisi u Orrego, todas figuras representativas de la defensa del modelo. Lo único nuevo es la aparición de Axel Kaiser, un fiel representante del ala más neoliberal y reaccionaria de la política nacional.
Gobierno y expectativas
Según la encuesta el gobierno logra retener su base social cercana que aprueba su gestión (29.4%) y aunque el 61.3% desaprueba la gestión, los números se mantienen mas o menos igual desde el primer año del gobierno. Además, la incertidumbre sobre el futuro económico del país (38.4% la considera mala o muy mala) contrasta con el dato sobre la percepción económica propia (37.5% muy buena o buena), y entre estos dos datos está el altísimo 59.1% que considerar que el país está retrocediendo.
Sin lugar a dudas el problema de la inseguridad sigue generando un alto grado de incertidumbre en la mayor parte de la población, pero recordemos que cuando asumió este gobierno, venía de proponer un programa de cambios y reformas estructurales que pasaron al olvido.
La mayoría de dichas políticas hoy fueron sustituidas por las propuestas de la derecha como la militarización, la focalización del gasto y la regla fiscal que viene aplicando Marcel.
Mientras la derecha y los empresarios exigen endurecer la mano, Boric, el Frente Amplio y el PC, parecen cada vez más dispuestos a entregar todo sin dar ningún tipo de batalla.
El paro testimonial de la CUT (para romper el empate), no fue más que un intento de subirse a una mesa que está claramente hegemonizada por la derecha y que mientras no exista una real disposición a la lucha contra la agenda de los empresarios (nacionales y extranjeros), difícilmente se podrá avanzar en las demandas irresueltas de la propia revuelta.