Las objeciones a su candidatura para ocupar el cargo de Procuradora General de la Nación y su pasado.
Celeste Vazquez @celvazquez1
Martes 17 de abril de 2018
Quedó abierto el período en que pueden ser presentadas las impugnaciones a la candidatura de Inés Weinberg de Roca para ocupar el cargo de Procuradora General de la Nación. Las impugnaciones deben ser presentadas al Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, a cargo de Germán Garavano, y pueden ser presentadas por ciudadanos en general, organizaciones no gubernamentales, colegios y asociaciones profesionales, entidades académicas y de derechos humanos, según lo dispuso el Boletín Oficial.
Las objeciones actuales
La ex diputada y dirigente del GEN, Margarita Stolbizer, presentó un escrito en el Ministerio de Justicia en el que cuestionó la designación y exigió explicaciones acerca de por qué la actual jueza además es miembro del Miembro del Consejo Asesor del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer, que depende del Ministerio de Producción de la Nación desde 2017, como consta en el Boletín Oficial donde se publicó su curriculum.
Stolbizer afirmó que ese cargo fue decidido "directamente por el Poder Ejecutivo" y señaló además que curiosamente desde ese mismo año (2017) Weinberg está inscripta en la AFIP como monotribustista. "Todo hace suponer que el cargo de asesora de Weinberg de Roca es ad honorem (...); desconocemos a quien facturó desde aquel período toda vez que como jueza tiene vedado el desarrollo del ejercicio del comercio como también el desempeño de empleos públicos o privados, salvo que se trate de comisión de estudios de carácter honorario", agregó.
Recordemos que un juez, jueza en este caso, tiene prohibido desarrollar otra actividad laboral y cualquier tipo de actividad comercial.
Este cuestionamiento se suma a que hace poco, el diario Perfil publicó un fragmento de una entrevista en inglés que Weinberg brindó a Voices of Rwanda, en octubre de 2008, cuando llevaba adelante su labor como magistrada del Tribunal Penal Internacional para Ruanda. En esa oportunidad, en relación al juzgamiento de los genocidios en el mundo dijo que “en Argentina también hubo justicia para un solo lado, y eso no está bien”. Cuando fue invitada a explayarse sobre ese punto para que pueda explicar exactamente a que se refería decidió no hacerlo.
Es aventurado desprender de estas afirmaciones un aval por parte de Weinberg a los militares genocidas de la última dictadura cívico militar, pero vale recordar que su esposo, Eduardo Roca, fue funcionario político durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, en 1966, y de la última dictadura cívico- militar de 1976.
Las objeciones pasadas
No es la primera vez que Weinberg en su carrera judicial se tiene que topar con objeciones. Ya había sucedido lo mismo en 2013, cuando el presidente Mauricio Macri impulsaba su candidatura al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de Buenos Aires, cargo que a pesar de las críticas logró conseguir.
En ese momento dos denuncias en su contra se conocieron. El ex procurador Ernesto Marcer la denunció por “incompatibilidad en sus funciones”, por cobrar en paralelo una remuneración por parte de las Naciones Unidas y otra como jueza de la ciudad, y además por “sospechas con la designación en el poder de amigos y parientes de la profesora".
Por otro lado, en ese mismo año, el entonces legislador porteño Rafael Gentili (Proyecto Sur) hizo público que “la Dra Weinberg cobró en tres años de trabajo en la ONU, más de 180.000 dólares, mientras siguió cobrando su sueldo de camarista en el fuero local”.
¿Quién es Weinberg y cuáles fueron sus fallos más polémicos?
Weinberg tiene 69 años, está casada con Eduardo Roca y juntos tienen a un hijo, Marcos, que en el 2009 ingresó al Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma y hoy se desempeña como asesor en el Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, gracias a su amistad con Martín Ocampo, titular de ese ministerio.
Según su declaración jurada tiene un patrimonio de $11,3 millones. Declaró: una casa grande en la que vive con su marido, dos departamentos para alquilar, dos autos, títulos públicos por $1,2 millones y ahorros por más de $6 millones.
Empezó su carrera judicial en 1992. Fue nombrada jueza nacional por el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), unos años más tarde pasó a ser Jueza en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires hasta que en el 2003 integró el Tribunal penal Internacional para Ruanda. Durante cinco años se dedicó al derecho internacional.
Como integrante del TSJ emitió dos fallos claves para la gestión macrista y a favor de aumentar el poder represivo del Estado. Los dos fallos el TSJ son del 2016, pero se pronuncian sobre causas abiertas en 2014, cuando Mauricio Macri era el jefe de gobierno porteño.
El primer caso es el fallo a favor de la utilización de las pistolas eléctricas Taser por parte, en ese entonces de la Policía Metropolitana. Dichas pistolas producen descargas eléctricas de alto voltaje que pueden provocar la muerte y son consideradas un instrumento de tortura por Naciones Unidas y Amnistía Internacional. En ese momento, como fundamento de su voto Weinberg dijo que no estaba demostrada “la ilegalidad del uso de las armas Taser” y las calificó como “arma de uso civil”.
El segundo caso es el fallo a favor de la potestad policial de pedir documentos en la vía pública sin ningún motivo. “Cuando la policía actúa como policía de seguridad o preventiva puede proceder a identificar a cualquier persona y no necesita para ello actuar sobre la base de ningún indicio o sospecha de la comisión de delitos o contravenciones”, sostuvo como parte de su fundamento de voto. Y agregó que "la policía tiene entre sus funciones la de prevenir delitos", y definió como "prevención del delito a toda actividad de observación y seguridad destinada a impedir la comisión de actos punibles".
La política de Macri es presentar a Weinberg como alejada de la “rosca” de los Tribunales Federales de Comodoro Py y de la Corte Suprema de Justicia, con quien se ha tensado la relación en los últimos tiempos. Pero hay que hilar más fino.
Parte de su pasado evidencia que ni la "transparencia" ni la "independencia" parecieran ser dos grandes virtudes de Weinberg. No es de extrañar, ya que forma parte de un Poder Judicial, compuesto de miembros llenos de privilegios: sueldos millonarios, exención de pagos de impuestos, cargos vitalicios y elegidos a dedos, que mantienen una estrecha y espuria relación con los gobiernos de turnos en pos de mantener y aumentar sus privilegios.