El informe confirma que el aumento de la tasa de empleo no se acompañó de una mejora en los ingresos sino en un deterioro salarial y de las condiciones de trabajo que explican el empobrecimiento de la clase trabajadora. Más de la mitad de los trabajadores tiene empleos precarios.
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Martes 6 de diciembre de 2022 21:00
Trabajador rural del citrus en Tucumán. Foto: Pedro Scrouch.
Cerca de 7,4 millones de personas presentan problemas de empleo en 2022, de acuerdo al informe "Trabajo. empleo, inactividad forzada y exclusión social. Argentina Urbana 2010 2022" elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA). Si bien entre 2020, 2021 y 2022, aumentó en forma constante la participación en el mercado y la tasa de empleo, alcanzando los valores más elevados de las últimas dos décadas, el empleo generado es cada vez más precario y peor remunerado.
Lejos de los discursos de la derecha que apela a la "meritocracia" y la "cultura del trabajo", quienes más se esfuerzan son los más explotados. Pero también, muy lejos de "llenar la heladera" y las promesas de recuperar lo perdido con el macrismo que realizó el Frente de Todos. La clase trabajadora se enfrenta al profundo desafío de cuestionar el régimen del FMI, apoyado y sostenido por las dos fuerzas políticas mayoritarias, y que tiene como resultado un empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo.
"A pesar de la generación de puestos de trabajo, la tasa de desocupación se ubicó en el 8,7% de la población económicamente activa que, sumada al 23% de personas ocupadas en el sector micro-informal de la estructura productiva, nos indica que aproximadamente 7,4 millones de personas presentan problemas de empleo", sostiene el informe de la UCA.
Así, uno de cada tres trabajadores ocupados es pobre. "El ciclo de estancamiento iniciado en 2014 provocó un incremento de la pobreza de ocupados, que llegó a 18,1% tras el estancamiento y el alza inflacionaria iniciada en 2016. A partir de la crisis de 2018-2019, profundizada por la pandemia de COVID19, la pobreza de trabajadores se ha instalado en un nuevo nivel, que en 2022 llegó a 29,8%", concluyen.
Asimismo, "entre 2010 y 2022, el incremento de la pobreza de ocupados ha estado vinculada con el empobrecimiento de los trabajadores con empleos de baja calidad (precarios y subempleados inestables) y en el sector micro-informal, mientras los ocupados con empleos plenos han permanecido relativamente más protegidos".
El informe destaca que si hasta 2020 la pobreza de trabajadores se incrementaba de manera homogénea, entre 2020 y 2022 se ha venido explicando centralmente por una mayor pobreza entre trabajadores del sector micro-informal (tanto asalariados como no asalariados) y trabajadores del sector público (en especial, destinatarios de programas de empleo). "Este comportamiento obedecería a un aumento de la participación del segmento informal en el total del empleo".
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En la actualidad, 7 de cada 10 trabajadores pobres pertenecen al sector micro-informal. Estos trabajadores se desempeñan en actividades como la construcción, el pequeño comercio, los servicios personales y el servicio doméstico.
Por último, es interesante otro de los resultados publicados, referidos a la precarización de la vida consistente en una mayor carga de trabajo de las tareas domésticas, no remuneradas. Producto, sin dudas, del ajuste que obliga a las familias trabajadoras a recortar gastos. "En la etapa posterior a las restricciones por la cuarentena se observa un incremento del porcentaje de personas que realizan un trabajo doméstico intensivo no remunerado, alcanzando en 2022 al 64,6% de la población de 18 años y más", se destaca.
Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.