Según lo indicó Boris Johnson este miércoles en el parlamento británico, a partir de fines del mes en curso, ya no será necesario aislarse ante el diagnóstico de infección del virus Sars Cov 2.
Miércoles 9 de febrero de 2022 13:04
Desde principios de este año el Reino Unido fue escenario de una nueva fuerte ola de contagios de Covid-19, con la variante Ómicron como prevalente.
En la sesión ante los diputados (Cámara de los Comunes) anunció que cuando vuelva a ese recinto, al finalizar el receso invernal el 21 de febrero, anunciará nuevas medidas que terminen de levantar las restricciones, pero ya anticipó que la intención de su gobierno es que a finales de este mes se termine con el aislamiento para quienes dan positivo de Covid-19.
Hay que recordar que desde principios de este 2022 la población del Reino Unido sufrió un record de contagios, superando los 200.000 diarios. Aunque actualmente han comenzado a descender contabilizando una media actual por día de 75.065 casos.
Desde que comenzó la pandemia en el 2020 Reino Unido lleva una cifra de 17.932.803 contagios y 158.677 fallecidos.
Esta decisión de Johnson (que viene atravesando una fuerte crisis por la llamada "partygate" cuando se hizo público que él y parte de su gabinete organizaban encuentros sociales, mientras la población tenía que acatar las fuertes restricciones de reuniones, traslados, etc.), comienza a ser parte de una política que ya están tomando algunos países europeos, como es el caso de Suecia que ya desde este mismo miércoles eliminó todas las restricciones, basándose en la baja letalidad de la variante Ómicron y el alto porcentaje de población vacunada que posee.
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Lo mismo sucede en Dinamarca, que fue el primer país de la Unión Europea en levantar todas las restricciones. Estos dos últimos países anunciaron que ya no consideran al Covid-19 como una enfermedad "crítica". Dicho sea de paso hoy anunciaron que la reina Margarita está infectada y permanecerá aislada unos días. Es que algunos pocos tienen "coronita".
Mientras tanto en otros países europeos, el virus sigue arrasando como es el caso de Francia por ejemplo.
El apuro por considerar ya a esta enfermedad como una endemia pareciera que tiene más que ver con apremios de política económica de esos Estados, más que a una constatable evidencia científica de que se terminó la pandemia. Sobre todo porque son países muy próximos entre sí, donde todavía en varios de ellos hay altos niveles de contagio y como vienen aclarando diversos especialistas, sobre todo infectólogos, el pasaje de una pandemia a endemia (cuando la enfermedad queda circunscripta a un área geográfica o grupo de población) dependerá de que no haya regiones del mundo en las que la vacunación todavía no es suficientemente alta.
Cuestión que todavía prevalece y de la que las naciones más ricas (y sus gobiernos), junto con los grandes laboratorios fabricantes fueron responsables desde la aparición de las vacunas. Cuando acapararon para sí grandes stocks mientras los países más pobres tenían que esperar (el caso más patente de esto fue el continente africano) y se negaban a liberar las patentes, defendiendo las grandes ganancias de esas empresas.
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Como Pfizer, por ejemplo, que anunció que gracias a su producción de vacunas en 2021 tuvo unos ingresos por U$S 81.290 millones y un beneficio neto de U$S 21.980 millones, donde la vacuna contra el Covid-19 representa el 45% de esa cifra. Para 2022 espera recaudar U$S 32.000 millones en ventas de su vacuna, además de U$S22.000 millones por el Paxlovid, su medicamento antiviral oral contra la Covid-19.