El sistema frontal que avanza desde la región de Coquimbo hasta la zona sur ha dejado estragos en calles y viviendas tras las intensas lluvias. La problemática sobre la planificación urbana queda nuevamente en el centro del debate ante la ciudad de Curanilahue completamente inundada.
Jueves 13 de junio
"Qué pena más grande ver cómo tu casa y la de los vecinos se inunda y ya no hay nada más que hacer", es el comentario que se ha vuelto viral junto a las imágenes de la inundación de Curanilahue, una ciudad ubicada en la región del Bío Bío, donde vecinos rescatan sus enseres a medio cuerpo bajo el agua.
Durante este miércoles se desbordó totalmente el Río Curanilahue, lo que dejó postales que asombran e impactan. Son decenas las casas que se encuentran inundadas producto de este desborde. La Altura alcanza, a simple vista, el metro de altura.
En una entrevista al medio Resumen, una pobladora de la Toma de Curanilahue señala la gran contradicción que existe frente al uso del suelo y el derecho a la vivienda: "Nuestro problema más grave es que la industria forestal no quiere ceder terreno para viviendas. Estuvimos dialogando con las autoridades y las forestales durante 12 años, pero no llegamos a nada. Sin soluciones a la vista, la población comenzó a tomarse los terrenos".
En otra entrevista a un medio masivo de comunicación patronal, una vecina de Curanilahue señaló: "Estamos disfrutando la lluvia, es el ciclo natural de la vida. Si el problema no es la lluvia, el problema es tener que construir las casas al lado de los ríos, por el hacinamiento que tenemos en Curanilahue. Porque estamos rodeados de puras forestales y no hay espacio para construir en otro lado”.
Zona centro- sur bajo la lluvia
Este jueves las intensas lluvias llegaron a la región metropolitana, donde algunas calles principales comenzaron a colapsar. El tránsito por la Ruta 68 se encuentra totalmente cortado a la altura de Pudahuel, luego que se inundara el paso bajo nivel de Teniente Cruz. El anegamiento tiene relación con problemas en la evacuación de agua, ante la gran cantidad de lluvia caída en las últimas horas; y también con el desborde del canal Santa Corina.
El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante los Desastres (SENAPRED) informó que son más de 4.300 personas damnificadas, 485 aisladas y sobre 3.000 viviendas con algún grado de daño.
En Viña del mar 147 personas fueron evacuadas desde tres edificios ubicados en la calle Las Perlas, producto del colapso de un colector de agua lluvia en el sector. Mientras que la región del Bíobío ha sido la más afectada por este sistema frontal, dejando a más de 1.000 personas damnificadas en la ciudad de Curanilahue, Antuco, Coronel, Hualqui y Lebu. En la región del Maule una persona resultó fallecida tras impactar maquinaria con tendido eléctrico, provocando la caída de un poste de alumbrado público.
Durante la mañana de este jueves, Carolina Tohá, Ministra del Interior, confirmó que "en la evaluación que se ha hecho en estas horas se ha decidido que entre la región de Coquimbo y la región de Ñuble vamos a declarar Zona de Catástrofe, ya firmamos el decreto. Esto nos va a permitir facilitar aún más todo lo que son los procesos administrativos".
Por su parte, Gabriel Boric desde su gira a Europa señaló: "tenemos un Estado que funciona, un Estado serio, responsable en donde las instituciones están andando y en donde todos quienes requieran apoyo lo van a tener".
Pero lo cierto, es que un sector de la población afectada mira con recelo las afirmaciones de Boric. Se trata de familias afectadas por los incendios en la región del Bío Bío, quienes recibieron la instalación de viviendas de emergencia luego de los incendios ocurridos en el verano de 2023, en la comuna de Galvarino. Estas viviendas fueron entregadas a medio terminary fueron denunciadas con irregularidades que detectó la Contraloría General de la República (CGR), luego de una auditoría realizada a la adquisición e instalación de viviendas de emergencia, .
Plan de obras públicas financiado por el impuesto a los grandes empresarios
La solución que ofrece el gobierno es un calmante para un problema estructural. Se trata de la gran desigualdad expresada en la crisis habitacional en zonas periféricas y rurales. Es por ello, la necesidad de un plan de obras públicas para la vivienda y la reconstrucción de establecimientos públicos afectados financiado por el impuesto a las grandes fortunas organizado y gestionado por los sindicatos de trabajadores y comités de vivienda. Ante la especulación y convenios con empresas privadas y fundaciones, urge una empresa estatal de la construcción administrada por sus trabajadores y que priorice las necesidades humanas y ambientales, no por las ganancias millonarias de los empresarios.