En menos de un mes de ataques Israel ya causó casi 2000 muertos en territorio libanés.
Martes 22 de octubre 19:49
Trece personas, entre ellas un niño, murieron en un ataque israelí cerca de un hospital del sur de Beirut, según informa el Ministerio de Salud Pública libanés.
El ataque nocturno cerca del Hospital Universitario Rafik Hariri, el mayor centro de salud pública del Líbano, situado a pocos kilómetros del centro de la ciudad, hirió también a 57 personas, según informó el Ministerio el martes. Los equipos de rescate buscaban supervivientes bajo los escombros.
Israel había emitido advertencias de evacuación poco antes de atacar con fuerza los suburbios del sur de Beirut.
Sin embargo, no había ninguna advertencia para la zona que rodea el hospital Rafik Hariri, densamente poblada y que ha visto una afluencia de desplazados de zonas más al sur.
Pero la realidad es que los ataques comenzaron el sábado por la noche, hora local, y no cesaron desde entonces, sólo variaron en intensidad. La semana pasada se había decretado una pausa de 5 días en los ataques y desde este fin de semana Israel comenzó de nuevo
El ejercito sionista díce que sus ataques son a infraestructura de Hezbollah pero, al igual que sucedió y continua sucediendo en Gaza, esa es la excusa para destruir indiscriminadamente la infraestructura civil del Líbano.
Thirteen people, including a child, have been killed in an Israeli air attack near a hospital in southern Beirut, says Lebanon’s Ministry of Public Health.
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— Al Jazeera English (@AJEnglish) October 22, 2024
Casi un mes de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá ha causado la muerte de al menos 1.900 personas en país, según cifras del Ministerio de Sanidad libanés.
Más de un millón de personas han sido desplazadas y decenas de miles han cruzado la frontera con la vecina Siria, un estado casi destruido por una cruenta guerra civil, lo que muestra la desesperación de los refugiados.
Los ataques nocturnos contra los barrios de Ouzai y Jnah en Beirut provocaron un éxodo de residentes, lo que aumentó la presión sobre los refugios que se esfuerzan por alojar a los desplazados.