Contra el ajuste. Jornada del 27: organizarla ya en común entre ocupados y desocupados en lucha

La última reunión de la Mesa del Plenario del Sindicalismo Combativo acordó convocar a todos los sectores que vayan a participar de la Marcha del 27, cuando se reúne el Consejo del Salario, para organizar una gran marcha en común. Una resolución positiva, planteada por los compañeros de Izquierda Socialista que apoyamos.

Sin embargo, ahora el PO se opone a convocar la reunión y, en cambio, publica una nota atacando al único "Encuentro de Trabajador@s en lucha" que se ha convocado en el AMBA. En Madygraf, donde estuvieron prácticamente todas las luchas de esta región, tanto de ocupados como organizaciones de cooperativistas y desocupados como el Teresa Vive o la Asamblea de Guernica por techo y trabajo y otras luchas por vivienda como Rafael Castillo, se votó hacer una actividad el 27 a las 8 de la mañana con el objetivo de darle visibilidad a muchas luchas que son ocultadas por los medios y pelean por separado, con una bandera por la unidad con entre ocupados y desocupados para luego confluir con una gran marcha unitaria en común con el sindicalismo combativo, los movimientos independientes de desocupados y las luchas.

Frente a esta propuesta, gritan "¡divisionismo!. Se hace en otro horario para sumar acciones. A los siete años se sabe distinguir entre la división y la suma. Entonces el grito del tero "divisionistas, divisionistas", no es más que para poner el huevo del real divisionismo que tiene el PO en la canasta que ya llevan usando hace años.

La marcha unitaria, si se hace sin la reunión de preparación y seguimos el razonamiento del PO, será definida por el bloque piquetero en una reunión de esas organizaciones donde necesitás una invitación más exclusiva que para entrar a la boda de un príncipe, donde los ocupados no tendrán ninguna participación.

Los trabajadores del Puerto, los de la Clínica San Andrés, los del Hospital Larcade y otros hospitales, los tercerizados de MCM y EMA, los despedidos ferroviarios que cortan la vías o los de Latam que pelean hace un año, las gestiones obreras como MadyGraf o Gotan, entre otras luchas, ¿dónde podrán discutir su participación en la marcha? Hasta ahora, en ningún lado.

¿Deberán acatar la instrucción emanada de alguna reunión cerrada del Bloque Piquetero, que dará las órdenes de dónde va cada uno? Allí tendrá parte de la batuta incluso Barrios de Pie, votante de la fórmula presidencial Lavagna-Urtubey, pero no los obreros como los de la 60 que a esta hora exactamente están cortando la Panamericana o los de EMA que realizan ahora en otro corte en Olivos. ¿Eso mismo opinan realmente todas las organizaciones?

Esto como es obvio, no lleva a la unidad, sino a su contrario, el divisionismo. Divisionismo entre desocupados y ocupados. Y así se viene manejando el Polo Obrero, que además tiene peso en las definiciones del Bloque: jamás discutiendo en sus acciones la participación real de los ocupados para ver cómo se confluye, como nos unimos.

Se podría acompañar la pelea que dan las y los docentes del AMBA, con los Suteba opositores, Ademys y otros sindicatos, por las condiciones de presencialidad que les quieren imponer. Así como el apoyo a las luchas de salud que se dan en hospitales públicos y privados. Se podría. Pero no se quiere. Hasta en las "asambleas piqueteras" realizadas se les niega la palabra a los ocupados, incluso a los de sus propias corrientes.

El Encuentro de MadyGraf votó una política distinta, pelear por la unidad de ocupados, desocupados, precarios e informales. Los 4.000 conectados y participantes, no solo por Zoom sino por Youtube y redes, lo hicieron con ese objetivo. Las propuestas como las de la Clínica San Andrés fueron incorporadas a las resoluciones, como las de las compañeras de Arrebef, que se anotaron sin cupo alguno por el Zoom, como los compañeros de Garbarino y la propia compañera del PO y otros.

Una deliberación democrática, abierta, en lucha por la unidad de ocupados y desocupados, que fue un importante paso adelante.

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El PO grita porque es enemigo de esa política de darle protagonismo a los nuevos sectores que salen a la lucha y empiezan a hacer una experiencia con las burocracias y el gobierno. Y también con la izquierda, que debería hacer todos los esfuerzos para que triunfen y tomen en sus manos una perspectiva clasista.

El PO grita porque es enemigo de esa política de unir sectores, y sigue con esa política nefasta de separarlo todo. Es tan ingenuo, idealista o infantil que cree que esa división que impulsan en la vanguardia se supera con "una caracterización política que oriente y denuncie la línea fondomonetarista del gobierno de los Fernández-Massa y de los gobernadores en el marco de la pandemia" que habría faltado en el Encuentro". ¡¡Esta bien!!, diría un cómico. Dividimos a los sectores de nuestra propia clase en la lucha real, en la organización real, pero los unimos en torno a una caracterización común.

El PO debería entender que si la clase obrera no logra, empezando por su vanguardia, una verdadera unidad, está condenada en esta crisis histórica a ser derrota por partes, porque como dicen hay un plan de conjunto.

Los desocupados, aislados del resto a la clase trabajadora, solo podrán aspirar a mantener ingresos insuficientes en las ayudas estatales. Los ocupados, a ver cómo pierden salario, condiciones y puestos de trabajo mientras algunos que están en grandes empresas, quizá logren mantenerlo, acrecentado la división. Al PO eso no le preocupa y no sabe o quiere saber por interés de aparato que esto es una adaptación a lo que el régimen espera de la izquierda.

Y grita "divisionistas" a los que queremos unir. No es necesario un curso de suma, resta, división y multiplicación para que cambien. Hace falta que no boicoteen con excusas burdas la reunión que el PSC se comprometió a impulsar para organizar en común, ocupados y desocupados, PSC, Bloque Piquetero, sectores en lucha de ocupados y todos los sectores independientes para que el 27 sea un paso en pelear "todos juntos", para pelear mejor y para avanzar en la unidad necesaria que necesita la clase obrera si no quiere vivir para siempre bajo el plan fondomonetarista y luego ser consecuentes con esa línea.