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Mar del Plata. Juicio por el femicidio de Lucía Pérez: ¿qué dijeron las y los peritos que actuaron en el caso?

Este jueves se llevó a cabo la tercera jornada del juicio por la violación seguida de muerte de la joven de Mar del Plata, ocurrida en octubre de 2016. Expusieron los peritos que actuaron en la investigación de las causas de su muerte. ¿Qué se comprobó y qué no? El abuso sexual como hecho determinante.

Viernes 10 de febrero de 2023 12:53

Matías Pérez Montero (hermano), Guillermo Pérez (padre) y Marta Montero (madre) | Foto El País

Matías Pérez Montero (hermano), Guillermo Pérez (padre) y Marta Montero (madre) | Foto El País

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Este jueves, en la tercera jornada del segundo juicio por el femicidio de Lucía Pérez, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mar del Plata prohibió el acceso de la prensa y del público en general en función de mantener la reserva de lo allí tratado. “Quieren reprimir la información”, había manifestado previamente Marta Montero, la mamá de Lucía. Vale decir que desde el martes, día en que arrancó el juicio, el Tribunal viene mostrando grandes reticencias a que sea realmente un proceso público, además de oral.

La Izquierda Diario accedió, a través de diversas fuentes, a parte de lo dicho por los testigos convocados para la fecha. En principio, la jornada se vio retrasada (como cada jornada) ya que las defensas técnicas de los imputados Matías Farías (29) y Juan Pablo Offidani (47), buscaron pretextos para obstruir y dilatar las exposiciones de testigos y expertos.

En esta opotunidad dieron testimonio las peritas Silvina Cabrera, Gabriela Tinto y su colega Sebastián de los Reyes, integrantes de la junta médica de la Suprema Corte de Justicia bonaerense. También declaró el doctor Adalberto Bonvicini, médico del Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio Público Fiscal.

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Más allá del extremadamente técnico relato de las médicas forenses, los cuatro peritos coincidieron en sus exposiciones respecto a que Lucía murió por una asfixia que fue resultado de un trastorno cardíaco secundario al consumo de cocaína, en conjunto con una reacción vagal, es decir una respuesta del sistema nervioso a un dolor extremo. Se trata del sufrimiento de Lucía durante el abuso sexual que padeció en la casa de Farías, lo cual provocó lesiones a nivel vaginal y anal.

Para la Fiscalía y la querella es clara la existencia de las lesiones de abuso y la concordancia de los conceptos vertidos por todos los profesionales sobre las mismas. Asimismo, según se desprende de los testimonios, se puede estimar que esas lesiones fueron producidas en un lapso de entre 15 y 30 minutos previos a la muerte y que, de hecho, se distinguieron lesiones que fueron producidas cuando se encontraba agonizando. Es decir, comenzado el proceso de la muerte, Lucía seguía siendo traumatizada.

Foto Lavaca
Foto Lavaca

Más allá de cuestiones que quedaron en un plano secundario (como el debate respecto a su hubo o no un lavado y acondicionamiento del cuerpo de Lucía antes de ser trasladado al Centro Sanitario del Barrio de Playa Serena), no hubo diferencias entre las conclusiones sobre la existencia de abuso sexual minutos antes y durante la muerte de Lucía y la causal violenta de su muerte.

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Cabe señalar que desde el comienzo del segundo juicio, las defensas de los imputados intentan entrar en conflicto con la querella. Durante la primer jornada la doctora María Laura Solari, defensora oficial de Farías, atacó a la médica forense Virginia Créimer, asesora técnica de la parte acusadora y representante de la familia de Lucía, argumentando que no iba a tolerar los gestos y posturas de la misma. El tribunal tomó nota del reclamo restándole importancia.

Por su parte el doctor César Sivo, abogado particular de Offidani, en la jornada del miércoles pretendió impedir que Créimer tomara vista de las fotos exhibidas a las partes del cuerpo de Lucía al momento de llegar, ya sin vida, a la sala de la Serena, a lo cual el tribunal se opuso. En la tercera jornada nuevamente se dilató el comienzo de la audiencia cuando la defensa atacó a la médica de la querella sugiriendo que algunos comentarios en redes sociales “ponían en peligro sus vidas”.

La realidad es que esta oposición y obstrucción permanentes no tienen más objeto que correr el foco de lo que verdaderamente debe discutirse, que es ni más ni menos en qué condiciones una niña de 16 años perdió la vida de manera violenta por el consumo de drogas provistas por adultos dedicados al narcotráfico con una clara intencionalidad de atacar niñas, reclutándolas en las puertas de los colegios.

Mientras continúa el proceso judicial a puertas cerradas, la familia de Lucía, junto a familiares de víctimas de femicidio de diversas regiones del país, organismos de derechos humanos, agrupaciones de mujeres, sociales y políticas reclaman justicia por Lucía y por todas. En las calles la pelea por justicia continúa al grito de “¡Ni Una Menos!”. Un grito que se reedita cada día con más fuerza.