Mientras se agolpaban los jubilados en los bancos para cobrar jubilaciones mínimas, el gobernador de Buenos Aires se reunió con los intendentes de Morón, Ituzaingó y Hurlingham a felicitarse y se llamó al silencio frente al maltrato a los jubilados en la provincia que gobierna.
Sábado 4 de abril de 2020 23:56
La imagen de los miles de jubilados en kilométricas filas frente a los bancos del conurbano despertó la bronca y la indignación social.
Mientras los grandes medios buscaban culpabilizar a los propios jubilados, Axel Kicillof recorría los distritos de Morón, Hurlingham e Ituzaingó con los intendentes, evitando hablar del tema. Muy distinto a la respuesta que les dió a los fondos buitres, a quienes no dudó en pagar 250 millones de pesos.
“Agradecemos a los intendentes por el trabajo conjunto que hacen en cada distrito (...) En todos los municipios hemos puesto todos los recursos a disposición para estar mejor preparados: fuerzas de seguridad, salud, educación y alimentación, si el Estado no está, no hay absolutamente nada”, declaró el gobernador, el día que el gobierno del que forma parte mereció el mayor repudio junto a los bancos, por semejante falta de sensibilidad por los adultos mayores.
Parece un chiste si no fuera por la terrible realidad que se está viviendo en la provincia de Buenos Aires. La crisis social comienza a golpear de lleno y salió a la luz con su peor rostro, con los miles de jubilados que no les quedó otra opción que poner en riesgo su salud para ir a buscar algo de dinero al banco para poder comer y comprar sus medicamentos y para peor cuando las temperaturas empiezan a bajar. Es evidente que no la están pasando bien en sus casas.
Pero semejante brutalidad no fue suficiente para que el gobernador dé cuenta de la situación, era más importante sacarse la foto junto a los intendentes y a Berni, el ministro de Seguridad.
Mientras una de las discusiones centrales es el impacto que tiene en la provincia de Buenos Aires la crisis sanitaria, económica y social, Kicillof opta por hacer de cuenta que no pasa nada.
En la zona oeste y los distritos que visitó, los jubilados hacian fila en los bancos, desde la noche anterior, imagen que volvió a repetirse la noche siguiente en populosos distritos como Merlo y La Matanza y que continuaron el día de ayer sábado. Relatos de los propios jubilados denunciando la irracionalidad de promover una cuarentena y que ahora tengan que salir a la calle, viajar, y hacer horas de cola. Salta a la luz la precariedad de sus vidas, al contar en los medios que viven de changas porque no llegan a fin de mes y hoy solo dependen de esa jubilación de miseria.
Los bancos y el gobierno nacional y provincial son responsables. Mientras los jubilados salieron a cobrar 20 mil pesos en el mejor de los casos, los bancos privados y públicos obtuvieron en 2019 ganancias por 314.205 millones de pesos ¿Por qué no se aplica ningún impuesto extraordinario a la banca?
Después de esas enormes ganancias, los bancos tendrían que garantizar que cada jubilado cobre en su casa, o cajeros móviles cerca de sus domicilios.
Estas son medidas mínimas, pero es necesario nacionalizar el sistema bancario y conformar una banca estatal única gestionado por los trabajadores si se quiere evitar que se sigan fugando los recursos del país como hacen los capitalistas en todas las crisis.
Su “realidad” y la nuestra
Pero esta semana, otra expresión del hambre que se vive en la provincia, se puso en evidencia con los más de 11 millones de personas que se anotaron para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia, de los cuales el 38% corresponden al AMBA. Estos datos muestran la cruda realidad que viven los sectores populares en los barrios, donde hasta el momento, llegan más fuerzas de seguridad para mantener el orden, que los recursos necesarios para las familias.
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Los docentes de estos distritos, vemos con nuestros propios ojos esta situación, mientras entregamos bolsones, organizando la solidaridad desde las escuelas, escuchamos a las familias de nuestros alumnos que se quedaron sin trabajo o viven en condiciones precarias, sin gas, luz, cloacas.
Ya que gobernador Kicillof estuvo recorriendo una escuela técnica de Hurlingham, ¿No vio la poca cantidad y calidad de los alimentos que hacen llegar a nuestros alumnos?.
Esto también se viene denunciando en Ituzaingo y Morón
Como venimos planteando desde la izquierda, con solo un impuesto del 3% a las fortunas de los grandes millonarios capitalistas, se podría dar un salario de emergencia de 30 mil pesos a 7 millones de los que se anotaron para recibir el Ingreso Familiar de Emergencia por dos meses. Los recursos están, la discusión es sobre quien va recaer los costos de la crisis.
Silencio hospital
Según datos informados esta semana, la aparición de casos autóctonos de COVID-19 indican un escenario de brote en 27 municipios donde hay 523 casos sospechosos, entre ellos se encuentran Morón, Ituzaingó, Hurlingham, Merlo y Tres de Febrero.
Pero veamos la situación de la salud pública en estos distritos, para entender la magnitud de la crisis.
En Ituzaingó, donde gobierna hace 20 años Alberto Descalzo, se arrastra una importante crisis sanitaria. Existe un “elefante blanco”, el hospital que visitó hace 10 días el gobierno para anunciar que se terminarían las obras, pero este edificio que empezó a construirse hace casi 10 años, recién en septiembre del 2019 habilitó la guardia.
En Morón, también es vox populi, la situación en la que trabajan en el hospital local. Pero hace pocos días, el intendente Lucas Ghi, públicamente salió a despegarse de una denuncia que hicieron trabajadores a través de un video, donde mostraban que no llegaban barbijos, guantes, ni medicamentos básicos.
Ghi, dijo que era falsa la falta de insumos y amenazó con abrirles causas penales a los trabajadores que hicieron la denuncia, argumentando que son “sectores maliciosos y quieren generar caos”.
El Hurlingham, prometieron la construcción de un hospital modular para fines de mayo, pero la realidad es que hoy, tiene una terapia de 6 camas, y una sola se encuentra “aislada” para tratamiento de COVID. La UPA (Unidad de Atención Primaria), solo cuenta con una guardia, algunas especialidades de atención primaria y sin internación.
Desde la izquierda, planteamos que las clínicas privadas deben pasar a la órbita pública, para contar con un sistema de salud unificado, con centralización estatal, para que el acceso sea verdaderamente universal. Con testeo obligatorio, empezando por todo el personal hospitalario.
Dicen que no hay recursos, pero ocultan que hace pocos días, el gobierno pagó en intereses de deuda 16.375 millones, 9 veces más que la partida contra la pandemia. No se puede destinar un peso más a pagar la deuda, tiene que haber un desconocimiento soberano de la deuda externa.
El silencio del gobernador Kicillof no es casual sino interesado, más preocupado por preservar su imagen que otra cosa. Por eso somos los trabajadores los realmente esenciales para tomar en nuestras manos la resolución de esta crisis a nuestro favor y de las grandes mayorías.
Mientras millones de personas se encuentran en condiciones de extrema pobreza y pierden sus puestos de trabajo, muchos pasando la cuarentena hacinados en barrios de emergencia, los ganadores de estos últimos años siguen amasando fortunas: bancos, empresarios, y el campo. Que esta vez la crisis no la paguemos los trabajadores.