Reino Unido. La Justicia británica examina el último recurso de Julian Assange ante la persecución de Estados Unidos

El martes 20 y el miércoles 21 de febrero, el Tribunal Superior de Londres examinó el último recurso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que impugna su extradición a Estados Unidos, aprobada por el Tribunal Superior en 2021 y firmada por el gobierno británico en 2022. Acusado de publicar más de 700.000 documentos confidenciales sobre las actividades militares y diplomáticas de Estados Unidos, Julian Assange se enfrenta a una pena de hasta 175 años de cárcel si es extraditado. Si se rechaza su recurso, podría ser entregado a Estados Unidos en solo 48 horas, según su esposa Stella Assange.

Perseguido por denunciar la brutalidad del imperialismo estadounidense

Desde 2010, Assange ha sido perseguido por el gobierno estadounidense por revelar documentos clasificados de defensa en el sitio web WikiLeaks. En aquel momento, se distribuyeron por todo el mundo más de 700.000 documentos clasificados sobre actividades militares, que arrojaron luz sobre la participación de Estados Unidos en las guerras imperialistas de Irak y Afganistán. Washington está ahora desesperada por conseguir la extradición de Assange y castigarle por sus revelaciones sobre el imperialismo estadounidense.

Tras años de persecución, la decisión de Londres tiene una importancia decisiva: "Si pierde, no hay posibilidad de apelación", declaró Stella Assange a la cadena de noticias británica BBC, añadiendo que esperaba que hubiera tiempo para llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si la decisión es desfavorable. Si es extraditado, "morirá", dijo la esposa de Julian Assange. Detenido desde hace cinco años en una prisión de alta seguridad de Londres, el australiano de 52 años no estuvo presente en la audiencia debido al deterioro de su salud.

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A finales de 2010, el gobierno británico detuvo a Assange en virtud de una orden de Interpol, aprovechando las acusaciones de agresión sexual que pesaban sobre él. En libertad bajo fianza, se refugió durante siete años en la embajada ecuatoriana en Londres, pero la llegada al poder de Lenin Moreno y su acercamiento político a la Casa Blanca, provocaron su detención por la policía londinense. Desde entonces, Estados Unidos ha trabajado sin descanso para conseguir su extradición con la complicidad del Gobierno británico.

En enero de 2021, los tribunales británicos fallaron a favor de Assange (en contra de su extradición), citando en particular el riesgo de suicidio en vista del deterioro de su salud mental. El relator especial de Naciones Unidas sobre la tortura, Nils Melzer, había advertido de que Assange "podría ser sometido a tortura u otras violaciones de los derechos humanos en Estados Unidos".

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El gobierno estadounidense recurrió esta decisión y meses después la orden de extradición fue confirmada por los tribunales en diciembre de 2021. Assange perdió una apelación en abril de 2022 y el gobierno británico firmó la orden de extradición en junio del mismo año. Un año después, el Tribunal Superior de Justicia de Londres rechazó el recurso presentado por Assange contra esta orden de Priti Patel, ministra del Interior. Los días 20 y 21 de febrero, el Alto Tribunal examinó la apelación de Assange contra ese rechazo, lo que representa su último recurso ante la justicia británica.

Se celebraron numerosas concentraciones en todo el mundo para denunciar la persecución a Assange, entre ellas en 16 ciudades de Francia convocada por 55 organizaciones, sindicatos y colectivos. En todo el mundo, los manifestantes se concentraron ante los consulados británico y estadounidense en ciudades como Barcelona, Bruselas y Sídney.

Tras la muerte del opositor Navalny, las potencias occidentales denuncian a Putin y siguen atacando a Assange

El examen del recurso de Assange en Londres se produce pocos días después de la muerte en prisión de Alexei Navalny, principal opositor al régimen autoritario de Putin. Fue un verdadero asesinato por parte del régimen de Putin, denunciado por muchos políticos occidentales con gran hipocresía y puesto de relieve una vez más por su persecución de Julian Assange.

"Los responsables del trato brutal a Navalny no deben hacerse ilusiones: les haremos rendir cuentas", ha dicho, por ejemplo, el secretario de Estado, David Cameron, que en 2016 pidió al fundador de WikiLeaks que pusiera fin a su "lamentable saga", en un momento en que la ONU pedía al Gobierno británico que pusiera fin a la detención arbitraria de Assange, cuando llevaba más de tres años viviendo en la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió con la autorización del presidente Rafael Correa en 2012, y de la que en ningún caso podía salir. Hoy, su gobierno insiste en extraditar a Assange a un país acusado de torturar a quienes se atreven a denunciar sus crímenes imperialistas y militares. Por su parte, Joe Biden, que también denunció la responsabilidad de Putin en la muerte de Navalny, ya había calificado a Assange de "terrorista" en 2010.

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"Julian Assange está siendo perseguido por actos políticos... [no] está siendo perseguido como una persona normal", ha declarado uno de sus abogados, Antoine Vey, en FranceInfo. "En caso de extradición, los expertos señalan un riesgo de suicidio y un deterioro bastante grave de su estado psicológico. Aunque menciona la posibilidad de llevar su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, también señala que el Reino Unido podría no esperar o respetar su decisión.

Pocos días después de la muerte de Navalny, el juicio de Assange pone aún más de manifiesto la flagrante hipocresía del imperialismo occidental en materia de derechos democráticos, que defienden cuando les permiten atacar a regímenes enemigos, mientras que los pisotean en cuando sus intereses están en juego. La defensa de Julian Assange es una defensa de los derechos fundamentales de prensa y de opinión, así como una denuncia a los crímenes de las potencias imperialistas. Ante el acoso al que está sometido desde hace más de 13 años, debemos denunciar esta represión, rechazar su extradición y exigir su liberación.