El proyecto de Ley impulsa las quemas y desfinancia el manejo del Fuego de la Ley de Bosques, mientras el fuego arrecia y la comunidad científica alerta sobre su proliferación en contexto de calentamiento global.
Martes 6 de febrero 18:49
El sexto informe del Panel Climático Científico de la ONU incluye la región de la franja de la cordillera de los Andes, que incluye todo Chile y la región argentina y parte de Perú y Bolivia en el norte, como región Sudamérica sud oeste. Para esta región, la síntesis del grupo de trabajo internacional señala:
En definitiva, bosques y glaciares están en el centro de la amenaza por la la crisis climática, y los incendios son una amenaza central. Para confirmarlo, si hiciera falta, basta ver los incendios que estamos viendo en la zona cordillerana de Chubut y Rio Negro, así como el que vimos arrollador en Valparaíso, lo confirma. Y bien, contra esta evidencia científica -y empírica directa- el proyecto de Ley Ómnibus ataca fuertemente a los bosques, promueve incendios y apunta al a destrucción de los glaciares.
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Promueve el Fuego
El artículo 510 modifica la Ley de Quema (26.562), autorizando tácitamente la aprobación y la desregulación de las quemas en todo el territorio nacional, con consecuencias socioambientales muy graves, incluidos megaincendios en contexto de crisis climática. ¿Quién se beneficia? Los negocios ganaderos, forestales e inmobiliarios.
Por otro lado, el artículo 517 modifica la Ley del Manejo del Fuego (26.815), eliminando la prohibición de hacer cambios en los usos de suelo por 30 años luego de los incendios en zonas que no sean bosques nativos reconocidos. O asea que en bosques o humedales no reconocidos, permite la quema de humedales, pastizales y praderas para convertirlos en negocios inmobiliarios y agroganaderos.
La desforestación y los cambios en los usos del suelo, la segunda y tercera causa del calentamiento global según el propio IPCC, se encontrarían así promovidos por estos cambios.
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Ataca los glaciares y periglaciares
Mediante los artículos 514 a 516, el proyecto de Ley Ómnibus ataca la Ley de Glaciares (26.339). En pocas palabras, la modificación desprotege glaciares y periglaciares –áreas de ecosistemas frágiles reguladores de recursos hídricos– habilitando su destrucción. ¿Quién se beneficia? Se benefician las actividades extractivistas, fundamentalmente a megamineras como Barrick Gold pero también la minería del litio y proyectos de fracking como Palermo Aiké, ubicados en zonas de ambientes glaciares y periglaciares en Santa Cruz.
De hecho, un colectivo de un colectivo de especialistas del Conicet y la UNCuyo, trabajadores del IANIGLA (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales) publicaron una carta recientemente en la que denuncian el proyecto de Ley "contiene modificaciones que van en contra de la protección y cuidado de las reservas estratégicas de agua en estado sólido en Argentina, y de las recomendaciones formuladas por la comunidad científica internacional a través del IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas) y el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático)."
Otros cambios negacionistas y ecocidas
Ampliación de la matriz fósil
Pero esto no es todo, ya que, por un lado, además de la desforestación y los cambios en los usos del suelo señalados arriba, el proyecto de Ley apunta también a promover la causa principal del calentamiento global: la emisión de gases de efecto invernadero a partir de la explotación y utilización de combustibles fósiles. ¿Quién se beneficia? Toda la maquinaria capitalista se beneficia de la obtención de un tipo de energía fósil que desde hace décadas se sabe que tiene estas consecuencias, pero centralmente las compañías petroleras como Shell, Chevrón, las argentinas Tecpetrol o la misma YPF, y gasíferas, que ya se están frotando las manos. Mientras, la energía y los combustibles son cada vez más inaccesibles a las mayorías trabajadoras.
Pero por otro lado, el proyecto de Ley apunta a crear un mercado de Gases de Efecto Invernadero. En síntesis, frente a la crisis climática producida por el capitalismo, deja en manos del propio “mercado” la reducción de emisiones, mientras impulsa fuertemente la expansión de la matriz fósil.
En definitiva el negacionismo climático del presidente Milei, que dice constantemente que "el cambio climático es un invento del socialismo" está abiertamente expresado en esta Ley, beneficiando a petroleras, gasíferas y otros extractivismos ecocidas. El negacionismo y el "capitalismo verde" muestran así ser dos caras de la misma moneda.
Semillas y más impulso al agronegocio
Si el modelo del agronegocio destruye los suelos y bosques nativos, impone el monocultivo y ataca la salud de las poblaciones y la biodiversidad mediante la utilización irracional de agrotóxicos y fertilizantes, el proyecto de Ley establece en su artículo 210 que el país Adhiera a la Convención Internacional sobre la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV91). ¿Qué quiere decir esto? Que elimina los derechos de las y los productores de hacer "uso propio" de las semillas y habilita su patentamiento, en contra de la soberanía alimentaria. En otras palabras, un impulso fabuloso al agronegocio en beneficio de grandes empresas como Bioceres y Syngenta.
Juan Duarte
Psicólogo y docente universitario en la UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Editó y prologó Genes, células y cerebros (Hilary y Steven Rose), La biología en cuestión (Richard Lewontin y Richard Levins), La ecología de Marx (John Bellamy Foster), El significado histórico de la crisis de la psicología y Lecciones de paidología (Lev Vigotski), La naturaleza contra el capital (Kohei Saito) y León Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917), de Harold Nelson (2017), en Ediciones (...)