Las y los empleados de la histórica confitería platense volvieron a presentarse en la puerta del establecimiento. Hace 3 días fueron despedidos de manera irregular por mensaje de WhatsApp. Mañana a las 9 habrá una reunión que definiría su futuro.
Domingo 3 de mayo de 2020 15:03
Antes de las 9 a.m de este desolado domingo de cuarentena, ya había un grupo de gente cerca de la esquina de 7 y 49. Eran los y las trabajadores de “La París” que por segundo día consecutivo se presentan a cumplir con su horario de trabajo, o al menos a recibir algún tipo de respuesta de los empresarios gastronómicos.
Desde el jueves que fueron informados con un escueto y frío mensaje de whatsap, donde les comunicaron de manera inconsulta la resolución, las y los trabajadores están desconcertados, con la angustia no solo por saberse en la calle en medio de la pandemia, sino también por la manera en que los dieron por enterados.
En la puerta donde se plantan los empleados de la histórica confitería La Izquierda Diario entrevistó al delegado de los trabajadores, Omar Dipuy, y charló con varios de los y las que se hicieron presentes.
“Estamos todos esperando a que abra la confitería. Al enterarnos por whatsapp que estábamos despedidos nosotros decidimos seguir viniendo porque no recibimos ningún telegrama que nos informe debidamente lo que sucede. Mientras tanto no recibamos algo vamos a seguir viniendo” comentó el delegado, y agregó: “Esto empezó el jueves 30, después que terminamos de trabajar. Estábamos viniendo varios todos los días. Se veía que algo pasaba, pero hasta último momento no nos dijeron nada”.
33 familias, 47 años de antigüedad, depojados por un mensaje de texto
Mientras el delegado detallaba la situación otros trabajadores querían opinar. Uno de los más antiguos afirmó, "hace 47 años que trabajo en la confitería, desde los 16 años, era el año ’74 cuando empecé. Siempre cumplí horario, no falté casi nunca”. Asimismo, otros trabajadores denunciaron que con 37 años de antigüedad, 20 años o 5 los más jóvenes, la empresa no hizo distinción, los trató con indiferencia y apatía por igual.
Otro trabajador más joven comentó, “dijeron que nos informaban dentro de 48 horas, que por mensaje se iban a comunicar con nostros para informarnos de la situación y retirar las cosas del locker. Acá estamos, tres días después sin ninguna noticia”, agregó además que “la confitería cierra 3 veces al año, el día del trabajador, navidad y año nuevo. Justo terminamos de trabajar el 30 , salimos normalmente y a las dos horas nos llega un mensaje que estamos despedidos”, finalizó.
En el mismo sentido, el delegado denunció, “ellos acusan el tema de la pandemia y obviamente que el trabajo no era el mismo, pero durante los años anteriores se trabajaba a salón lleno. Se movía muy bien para mi, para ellos no sé, no sé que más querían. Tienen una cámara de frio que no la querían arreglar y así se acumularon otras cosas, era como que iban dejando estar el negocio, capaz porque iban previendo esto”.
Despidos y después
Son muchas las irregularidades de la emblemática empresa gastronómica y la incertidumbre de los y las trabajadores es más aún porque no sólo son los despidos, en que momento se dan, y la forma. “somos 33 familias. Muchos con hijos, que tienen que pagar el alquiler, familias que mantener. Hay jóvenes y después varios somos viejos, que vamos a hacer. Con 47 años de antigüedad , 28, 20, 8, 5. Que además de todo esto no nos pagaron el sueldo todavía, siendo principio de mes. Abril no nos pagaron y marzo lo cobramos en cómodas cuotas” detalló.
“Mañana tenemos una reunión con el dueño, un representante legal del Sindicato de Pasteleros y yo como delegado del lugar. A las 9 vamos a estar acá con todos los compañeros. Posiblemente cortemos la calle o vamos a ver que hacemos, pero no nos pueden dejar en la calle así porque sí", finalizó.
Las y los trabajadores de "La París" son parte de una la oleada silenciosa pero persistente de despidos, ya van más de 375.000 trabajadores afectados por despidos, suspensiones y rebajas salariales desde que comenzó la cuarentena, mas allá de los decretos, los gritos y las promesas siguen siendo los de abajo los que pagan las crisis. Los empresarios aprovechan para no perder tajada de su ganancia, sabiendo que el Gobierno corre a auxiliarlos cada vez que imponen negociar con las familias en la calle. No está dicha la última palabra, son varios los sectores que empiezan a resistir estos ataques.