Los alumnos del Albert Thomas accedieron a un documento que muestra el monto mensual que recibe la escuela. Entre otros problemas, un área del edificio se conoce como “Siberia” por el frío que hace.
Martes 26 de abril de 2016
El jueves el cuerpo de delegados de la escuela técnica N° 6 Albert Thomas de La Plata, se reunió para discutir las condiciones edilicias. En el Thomas existe peligro de derrumbe en la zona de talleres, llamada “Siberia” por el frío que se sufre en invierno ante la falta de vidrios en las ventanas. En la mayoría de los salones se caen los techos, en algunos casos hasta se llega a ver la luz de sol. Faltan bancos, sillas, mesas y algo indispensable que es la renovación de las máquinas de talleres, para que las y los estudiantes puedan salir egresados como verdaderos técnicos profesionales.
Frente a esto se abrió la discusión sobre cuánta plata llega a la escuela por parte del gobierno provincial de María Eugenia Vidal y se resolvió ir a interpelar a las autoridades para exigir explicaciones al respecto. Ya reunidos con Sergio Figueiredo, director del colegio, no le quedó otra que hacer público un documento que muestra cuánta plata llega a la escuela por mes: 2700 pesos.
Desidia y abandono
Así es como el gobierno de Vidal abastece a las escuelas públicas, con un “fondo escolar” de $2700 que para una escuela de más de 1.500 estudiantes no alcanza para nada. No es sólo el caso del Thomas, sino que todas las escuelas públicas de la provincia sufren estas condiciones.
Ya durante el kirchnerismo, con Scioli como gobernador, el Estado viene demostrando que no tiene interés en mejorar la calidad de la escuela pública. Ahora, el gobierno de Vidal no da señales de revertir esta situación, si no que por el contrario, la profundiza con su política de ajuste.
Queda a la vista cómo los que gobiernan no tienen como jerarquía la educación pública. La famosa “revolución educativa” de Macri y Vidal tiene como efecto dejar a miles y miles de estudiantes en escuelas prácticamente abandonadas sin ningún sustento presupuestario, donde casi se hace imposible estudiar y trabajar. La educación pública en la PROvincia de Buenos Aires tiene una enfermedad que se llama desidia.
Iván Lavat, delegado de su curso del A.Thomas y militante de la juventud del PTS, comentó a La Izquierda Diario que “los estudiantes ya hemos comenzado a organizarnos, estamos convocando a asambleas generales para empezar a discutir un plan de lucha que defienda la educación pública. Estamos cansados de tener que estudiar sin sillas y mesas, pasando frío y hambre porque el comedor es privado y los precios son altísimos. Ahora estamos peleando también para que se implemente el Boleto Educativo Gratuito. Queremos una educación que realmente sea gratuita y de calidad. Nosotros no tenemos cuentas en Panamá, somos pibes que queremos estudiar.”