Esta semana será entregado a Boric oficialmente la nueva propuesta de constitución, que será votada el 17 de diciembre. Las opciones para votar en contra o favor de la nueva propuesta han separado aguas entre los partidos, llegando incluso a tener parte de la extrema derecha en contra. Entre ésta aparente contradicción hay puntos que son un hecho: la actual propuesta constituye ataques directos a la clase trabajadora.
Martes 7 de noviembre de 2023
Puede que ante los ojos de millones el nuevo proceso constitucional se haya presentado como un nuevo fraude. Y es que la propuesta actual ha nacido de un proceso aún más antidemocrático que el anterior, con una comisión de “expertos” elegidos a dedo por la casta de políticos del régimen que vienen perfeccionando la herencia de la dictadura desde la llamada transición a la democracia.
Sin embargo, pareciera también que al menos hasta hace poco no existe una profundización mayor en las masas de lo que implica esta nueva propuesta. Algunas polémicas se han expandido en ciertos sectores, una de las más peligrosas es lo que la nueva propuesta podría implicar contra el derecho a huelga.
Como explica José Luis Ugarte, académico y doctor en Derecho del Trabajo, la actual propuesta “es aún más regresiva que la Constitución actual redactada en 1980, porque si bien no menciona el derecho a huelga como tal, la jurisprudencia, tanto de la Corte Suprema como de los Tribunales, e incluso el Tribunal Constitucional han reconocido que es un derecho implícito dentro del marco constitucional”.
Y es que efectivamente como también menciona Ugarte, esta nueva propuesta, al compararse con otras normas en el derecho constitucional, salta como una propuesta “calculada milimétricamente para perjudicar a los trabajadores en Chile”, incluso yendo “en sentido opuesto al derecho internacional”, oponiéndose incluso a que existan huelgas por motivos tan básicos y mínimos como la higiene y seguridad. Mínimos en el sentido de que es un piso básico para que continúe el normal funcionamiento del trabajo sin perjudicar la salud de las y los trabajadores, la prevalencia de enfermedades ligadas al trabajo y la vida misma de quienes trabajen.
La nueva propuesta en términos del derecho a huelga repite de la constitución actual la prohibición de las huelgas en el sector público que impuso la dictadura. Aquí es donde Ugarte pone el foco en principio para decir que va incluso en contra del derecho internacional, por vulnerar los convenios que Chile tiene.
De aprobarse este nuevo proyecto de constitución, estos ataques se consolidarían y sería un serio retroceso a los derechos de la clase trabajadora que no pueden ser permitidos. Es necesario que las grandes centrales sindicales, frente al envalentonamiento republicano, no sólo se declaren en contra, como ya lo han hecho desde el oficialismo, sino que hay que enfrentar realmente los ataques de la ultra derecha, organizando a la base de la clase trabajadora, no solo para movilizar contra esta propuesta, sino también enfrentar el actual código laboral y la constitución de la dictadura, qué sigue atomizando a los sindicatos y a la misma clase obrera por fuera de estos.