Durante los últimos meses los bancos privados aumentaron sus operaciones. Con la ayuda de las nuevas normas del central pretenden achicar la banca pública y favorecer al sector privado.
Jueves 15 de septiembre de 2016
Foto: Banco Central
A nueve meses de haber asumido el nuevo gobierno, los bancos siguen siendo el sector que más dinero ha ganado. Durante el kirchnerismo los bancos generaron miles de millones. Cuando alguna inversión en letras o en bonos no producía la ganancia esperada (a pesar de que los beneficios ofrecidos siempre fueron buenos), los vertiginosos aumentos del dólar generaban siderales ganancias por diferencias de cotización.
Aun así, el crédito al sector privado, ocupa un espacio muy pequeño en torno al 13% del PBI, cuando en sistemas como el de Brasil ocupa un 70% y en Chile un 100%. Claro está que los montos prestables de los bancos no se destinan en su mayor parte al otorgamiento de créditos, sino a inversionesmás rentables, así durante el primer trimestre de este año los bancos destinaban el 70% de los montos prestables a la compra de los títulos que emite el banco central para absorber dinero y manejar la tasa de interés, las LEBAC, que en ese momento rendían un 38% de interés a treinta días.
Con la excusa de hacer crecer el acotado sistema financiero argentino, la administración de Macri y los nuevos presidentes de los bancos, avanzaron en una política de flexibilización de normas y del control que realiza el BCRA como banco rector del sistema financiero, fomentando el desarrollo de la banca privada por sobre los bancos públicos.
En abril, el presidente del Banco Nación (Carlos Melconian) y el presidente del Banco Provincia (Juan Curuchet), los dos bancos públicosmás grandes y antiguos del país, pasaron a integrar la vicepresidencia de la cámara de bancos privados de capital nacional (ADEBA). Esta cámara, integrada ahora por el Banco Nación y el Provincia, tiene como misión fomentar la expansión de la banca privada en el país.
Cuando los banqueros, en especial los privados, eran consultados sobre la razón por la cual el sistema financiero argentino ocupaba tan poca proporción del PBI, cargaban las culpas a la “fuerte regulación” del sector bancario. En auxilio a todos ellos, el BCRA flexibilizo normativas para garantizar una “mayor competencia” entre las entidades, dándoles mejores condiciones a los privados para ejercer su actividad.
Las nuevas normas, a medida de los privados
Durante el primer semestre, el BCRA implementó “cambios” para promover la migración de clientes entre entidades, se determinó que las cuentas sueldo pueden ser abiertas y cerradas por los empleados. Se estableció que, desde noviembre, se puedan abrir y cerrar cuentas por Homebanking sin acudir a la entidad, evitando así los controles del origen de los fondos, de la actividad comercial que realiza el cliente y flexibilizando la normativa sobre lavados de activos de origen ilícito, un paraíso para quienes tienen ciertos problemas de papeles.
Las tarjetas de crédito se podrán dar de baja y de alta desde medios electrónicos, limitando el control sobre la capacidad de repago y de las previsiones por mora; la terrible inflación generó un incremento en el uso de las tarjetas de crédito, en junio el saldo de las financiaciones a las familias aumento un 1,8% con respecto al mes anterior, en una comparación interanual el saldo de crédito a los hogares aumento un 34,6%, aumentando su relevancia en este sector los bancos privados nacionales (Informe sobre bancos, BCRA).
En el primer semestre, el BCRA, otorgo 97 autorizaciones para la apertura de nuevas filiales de bancos privados. En la comunicación “A” 5882, la institución modifico la normativa sobre creación, funcionamiento y expansión de las entidades financieras, simplificando los requisitos para solicitar la autorización de nuevas sucursales. Garantizando la expansión territorial de la banca privada.
La nueva normativa, que permite la migración de cuentas de los bancos públicos a los privados (Comunicación “A” 6042), directamente se opone al decreto 1187/2012 que establece que los empleados de la administración pública central nacional y organismos descentralizados deben cobrar por el Banco Nación.
Con la comunicación A 6002 habilita la apertura de tesoros en días inhábiles (a cargo de personal del banco que debe obligatoriamente presentarse a trabajar en feriados nacionales) para la recarga de los cajeros automáticos, y estableció que aquellos dispensadores de dinero que estén radicados en locales de terceros podrán ser recargados por personal del comercio y utilizar el dinero de los propios locales; no solo promueve la violación de la legislación laboral, sino que elimina por completo los controles, a cargo de personal idóneo, de la calidad y autenticidad de los billetes que se ingresen en los cajeros.
Los resultados
A pesar de la caída de la actividad económica, que fue consecuencia de las medidas tomadas por Macri desde el 10 de diciembre, y de una moderada actividad, la estructura del sistema financiero continuófavorecida durante este año. Con la expansión de la banca privada, los menores costos operativos, y las altas rentabilidades de los LEBAC, durante el primer semestre la actividad creció.
La fuente de fondeo más relevante del primer semestre fue el incremento de los depósitos en pesos del sector privado (66.400 millones de pesos), gracias a que subieron las tasas que pagan los bancos, y que el dólar se mantuvo planchado. La tenencia de LEBAC se redujo durante los últimos meses; alertados los bancos sobre la baja de diez puntos de la tasa de interés, se deshicieron de los mismos en mercados secundarios, habiendo recuperado los márgenes con la diferencia de cotización de las tenencias de moneda extranjera.
Los créditos en moneda extranjera al sector privado crecieron un 32,4% con respecto al año anterior, y es nuevamente la banca privada quien lidera este sector, gracias a que la entidad de control continuo ampliando los destinos de la capacidad de préstamos de los depósitos en moneda extranjera. Mientras que la financiación en pesos al sector privado aumento un 27,5%, pero son las entidades financieras no bancarias las que lideraron el segmento de créditos al consumo (financieras), seguidos obviamente por las entidades financieras privadas.
Si bien los niveles de rentabilidad de la banca pública y privada en Argentina, son altos, los banqueros protestaron ante algunas medidas del BCRA. Manifestando que los plazos impuestos y el tipo de operatoria propuesta, son de difícil aplicación en un corto plazo e incluso conlleva ciertas inversiones en nuevas tecnologías, que no estaban previstas; aun así, los bancos privados obtendrán los mayores beneficios con la nueva normativa
El crecimiento de este sector de la banca indica una mayor rentabilidad proyectada para el 2017, con menores costos operativos y con una disminución considerable de las restricciones que regulaban la distribución de los dividendos (Comunicación “A” 5985), dejando menos porcentaje para reservas y para reinversión en crédito al consumo, y favoreciendo las remesas de dividendos al exterior.
Todo este conjunto de medidas favorece específicamente a los privados, los ruegos de estos banqueros tuvieron poco contrapeso por parte de los directivos de la banca pública; quizás porque los nuevos presidentes de los bancos públicos, son también accionistas de la banca privada.
Hasta ahora, con el mencionado decreto 1187/2012, el banco Nación obtenía fondeo muy barato, siendo que la mayor fuente de fondeo de los bancos fueron los depósitos del sector privado, rubro en el que se encuentran las cuentas sueldo y los plazos fijos, no es difícil entender el porqué del avance de los privados.
El fondeo barato permite obtener un mayor spread entre las tasas activas y pasivas. Siendo que el interés que se paga por los depósitos en caja de ahorros es casi nulo, y las tasas de plazo fijo han bajado hasta ubicarse entre el 20% y el 24% a treinta días: los privados pueden permitirse más competitividad con las tasas de los préstamos que otorgan, que se encuentran entre 25 y 30 puntos porcentuales por encima de la de los públicos.
Estos fondos, de los que los bancos públicos podrían disponer a muy bajo costo, podrían ser dirigidos a financiar cuestiones que hasta ahora ninguno ha atendido. La vivienda familiar o el estímulo a las empresas recuperadas por sus trabajadores, siguen en espera; mientras que quienes se harán delbotín, serán los grandes bancos privados, con facilidades para llevarse las utilidades fuera del país y con menos exigencias en cuanto a qué invertir y qué tasas cobrar. En resumidas cuentas, una liberalización total de la banca.