Este lunes asistíamos a las explicaciones estrambóticas de Laura Borràs y a la conferencia del presidente Aragonés. Pero ¿Qué tienen en común ambas declaraciones? Que en ninguna se habla del 1O, la represión y que los dos obedecen al Régimen del 78.
Jueves 17 de febrero de 2022
Una conferencia "independentista"
El lunes el president de la Generalitat, Pere Aragonès, hacía el enésimo llamamiento a hacer una reunión en torno a la Mesa de Diálogo en el gobierno central. Días antes ya había quedado claro que el diálogo quedaba suspendido unilateralmente por el gobierno central “sine die”. Y por si hubiera ninguna duda, Pedro Sánchez dijo que la autodeterminación es algo del siglo XX o XIX (¿y la autodeterminación de Escocia?). Bien es verdad que “dialogar” con una persona que impulsó el 155 sin reservas, al menos parece paradójico. O quizás es que efectivamente, ERC y JxCat solo quieren gestionar la autonomía catalana.
Aragonés también habló de la malograda “mayoría del 52%”. Mayoría que cada uno de los actores políticos interpretan de mil formas diferentes. Pero que solo actuó en común con la formación del nuevo gobierno. Gobierno que dejaba la autodeterminación catalana para las calendas griegas y que se dispone a la gestión autonómica al mejor estilo de Jordi Pujol, peleándose por el dinero de las grandes empresas catalanas. "La pela es la pela" y los millones de las “ayudas” europeas una oportunidad para las grandes compañías catalanas.
Pero lo que ha estado de traca, es la apelación de valentía que Aragonés hizo al presidente Pedro Sánchez para luchar contra la ultraderecha. Aragonés exigió el diálogo para resolver el conflicto político como una forma de parar en Vox. Aun así, para parar en Vox hacen falta políticas sociales y laborales a favor de los trabajadores y no la reforma laboral, los desahucios, los ERTE o la ley Iceta que precisamente atacan a las familias obreras. Pensemos que Pere Aragonès impulsó un proyecto para subcontratar trabajadores públicos en la anterior legislatura con la propia Ley Aragonés.
El Parlament catalán obra de formas misteriosas
Las explicaciones de la presidenta del Parlament catalán, sobre el caso de la destitución del diputado de la CUP Juvillà, son alucinantes. Según ella, los funcionarios de la institución han obrado solos y sin avisar para inhabilitar al diputado de Lleida. Esto quiere decir, de ser verdad, que la presidenta del Parlament no tiene ni idea de lo que pasa dentro de la institución que preside. Estas explicaciones son imposibles de creer. Y mucho menos se pueden justificar por el miedo de los funcionarios.
Inhabilitar un diputado exige la firma de la presidenta. Esto demuestra que de desobediencia nada de nada. Esto, entre otras cosas, demuestra que un sector de JxCat como máximo tiene un discurso altisonante para tapar sus vergüenzas. Quieren esconder que ellos también hacen la misma política autonomista que ERC. Quieren diferenciarse con palabras para ver si así tienen la posibilidad de volver a presidir la Generalitat en las próximas elecciones.
El problema que tiene JxCat es que necesita “poder” como el pez al agua. Quieren volver a ser la facción hegemónica en Catalunya y, por lo tanto, necesitan diferenciarse de ERC. No lo pueden hacer en la gestión de gobierno, puesto que los antiguos convergentes quieren “tocar presupuestos”. Así pues, solo lo pueden hacer con “palabras altisonantes”. Y cuando los poderes gritan a la orden, ellos obedecen, pero protestando (solo es para disimular).
ERC y JxCat quieren volver al autonomismo de Pujol
Bien es verdad que tanto las fuerzas del grupo de Oriol Junqueras, como las del grupo de Carles Puigdemont, se encuentran en una dinámica de gestión de la autonomía catalana desde hace cuatro años. Dinámica que tratan de disimular con quejas al Régimen del 78 y con una Mesa de Diálogo sin diálogo. Ellos se encuentran preocupados por gestionar los millones del Fondo NextGeneration, pero con discurso que hable de una independencia lejana.
Cualquier persona descubrirá muchas coincidencias con lo que hacía Jordi Pujol con el discurso catalanista y las negociaciones de infraestructuras con el Estado. Ahora se quiere negociar los Juegos Olímpicos, la ampliación del Aeropuerto y el Rock Café, complementado con un discurso que hable de una independencia o referéndum indefinido. Es el "peix al cove" 2.0 o modernizado. Es que hay cambios dentro de la sociedad catalana.
La CUP tiene que romper con el gobierno
Desgraciadamente, la dirección de la CUP se presta a este juego. En primer lugar, ejerció de “celestina” entre JxCat y ERC para formar gobierno después del 14F. Firmó un acuerdo con ERC y después impulsó el acuerdo de JxCat y ERC como un “embate democrático” (??) dentro de la legislatura y apelando a una mayoría del 52% que no existe. Y finalmente, haciendo llamamientos a la unidad independentista con los partidos que están reprimiendo a la izquierda independentista y que apoyan al gobierno central cuando ataca en la clase trabajadora.
Dolors Sabater fue muy crítica con el gobierno de Pere Aragonès y su conferencia. Para la diputada “estamos en el mismo punto que hace un año”. Pero también hace hincapié en la negociación con el Estado y por eso el llamamiento a presionar al Estado español. ¿Qué presión? Si Sánchez ha vuelto a hablar de otro estatuto (¿qué pasó con el anterior?). Si la dirección de la CUP quisiera cambiar la situación política, tendría que acabar con el apoyo político con el gobierno empresarial y autonómico de ERC y JxCat.
Y como siguiente paso tendría que fortalecer un bloque con los sindicatos y trabajadores que critican la reforma laboral y la precariedad; con los interinos que se movilizaron contra el Icetazo; con las familias que defendieron la inmersión lingüística, con la juventud que sufre salarios de miseria y precariedad, con las mujeres trabajadoras infrapagades, etc. En síntesis, con las masas laboriosas que cada día sufren los ataques del gobierno central y la falta de políticas de la Generalitat.