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Red Internacional
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ESTRENO EN CINE. La intimidad: desarmando los rituales cotidianos

Entrevista a Andrés Perugini, director de La intimidad. Tras la muerte de su abuela, el registro de la limpieza de su casa, del reparto de sus muebles y objetos, dispara reflexiones ocultas en lo cotidiano.

Javier Gabino

Javier Gabino @JavierGabino

Miércoles 18 de abril de 2018 20:36

En octubre del 2017 se presentó La intimidad en el DocBsAs, documental que se estrena este Jueves 19 en el Cine Gaumont de Buenos Aires. En ese momento en La izquierda diario escribíamos:

En La intimidad la cámara observa y reflexiona junto a quienes registra. Se detiene en detalles, siente presencias, habita un lugar familiar, espía y también acompaña.

La mirada descubre entonces lo que sucede luego de la muerte de una mujer de 96 años. La abuela Irene, habitante de Germania, un pequeño pueblo de 1500 habitantes, tranquilo, en la provincia de Buenos Aires. Su familia se reúne para desarmar la casa y decidir qué hacer con las ropas, muebles, objetos y recuerdos de toda su vida.

Andrés Perugini filmó a su abuela durante varios años y considera el registro “un material sensible, cargado de intimidad”. Cuando ella murió y sus hijos se reunieron para desarmar la casa y ponerla en venta, pensó que sería interesante filmar —en su ausencia— el proceso de deshabitar el espacio, la relación que allí se establece entre los herederos y lo material, lo que queda.

El artículo completo puede leerse aquí: La intimidad y sus huellas
Ahora ofecemos una entrevista a Andrés Perugini, su realizador:

  • Vos hiciste la realización integral del documental. ¿La cercanía personal a la historia implicó un obstáculo o potenció la mirada? si es así ¿En qué fue un obstáculo y en que potenció la mirada?

Es una conjunción entre las dos, por momentos implicaba obstáculos que potenciaban la mirada.
Implicaba obstáculos por el lazo afectivo que había con los protagonistas que forman parte de mi familia cercana, pero eso fue lo que potenció la mirada, y se nota en la cámara a lo largo de toda la película, es una mutación que va haciendo la mirada, al comienzo con mi abuela la relación que teníamos era a través de la cámara, con movimientos bruscos, y fueras de foco, así era como ella se sentía, por momentos con una lucidez enorme y en otros se perdía, o no recordaba lo que estaba hablando. Esta cámara inquieta siento que genera calidez por que me visibiliza a mi, que estoy en el mismo espacio compartiendo con ella esos momentos; luego de su muerte, cuando sus hijas vacían la casa la cámara va tomando otra presencia, y tiene que ver con que las relaciones en el espacio son otras, la mirada va alejándose a medida que el lugar va quedando vacío, el registro va enfriándose y tiene que ver con que ya no hay mas historias que contar, los nuevos habitantes de la casa todavía no tienen historia en ese lugar.

  • La película trabaja con símbolos y metáforas ¿Cómo surgió esto? ¿era algo que veías durante el registro o surge a partir de descubrimientos en el montaje?

Durante el registro me interesaba mucho lo ritual, como mi abuela tomando mate por las mañanas, o haciendo el jardín entre la tierra y las flores con 95 años, hay ahí algo de rito que se ve replicado a lo largo de la película con otras situaciones. Lo mismo ocurre cuando las hijas ingresan en su mundo, una vez que Irene no esta, y rezan antes de abrir los roperos con tal religiosidad que jamás se nos ocurriría pensar que pueden llegar a quemar una biblia o estampitas de la virgen. Hay algo ahí que se vuelve interesante en esos contrastes, y que nos dispara un montón de preguntas. Algo mágico aparecía mientras vivía estas situaciones durante el registro, y esto afirmaba que iba a formar parte del montaje. Es así que cuando armamos la película temporalmente con Mario Bocchicchio nos pareció que surgieron un montón ideas interesantes en el choque de los planos, que pueden tener amplísimas lecturas.

  • ¿Crees que hay algo de universal en la historia que contás?

Es una historia universal, mucha gente vivió esta situación de perder un familiar, o amigo, y tener que hacerse cargo de lo que dejó, o del desarme de una casa, departamento. Es una historia universal que se cuenta desde un punto de vista muy personal, y eso me parece que es interesante; a comparación de tantas ficciones que hemos visto en Argentina sobre el reparto de bienes, o situaciones similares, que no dejan de ser vagas y estereotipadas. En la película hay personas de carne y hueso, que viven, sienten, tienen sus miserias y sus momentos de solidaridad, claridad.

  • ¿Tuviste o descubriste posteriormente referencias para realizar "La intimidad"?

De estudiante me afectó mucho el cine que esta ligado a lo cotidiano, y que de alguna manera interpela la realidad, y habla de personas como nosotros. Estoy hablando del cine de Ignacio Agüero, Jose Luis Guerrin, Ana Poliak, Gustavo Fontan, Fernando Birri. Y disfruto mucho de esa espiritualidad que tienen Andrei Tarkovsky y Robert Bresson.

  • Por último, existe hoy un debate y movilización en el cine, especialmente el documental. ¿Cuál es tu opinión sobre este tema?

Me parece muy malo lo que está pasando en el INCAA con el nuevo plan de fomento y la paralización de los comités de documental, habla de un tipo de censura económica que estamos viviendo los que hacemos cine. Los mas perjudicados somos los que hacemos este tipo de películas independientes, ricas por las diversas miradas que interpelan la realidad. Lamentablemente este problema no es solo para la producción, alcanza a la distribución del cine independiente. Por ejemplo, hay un montón de gente que me escribe por Facebook preguntándome por la película si se estrena en Zona Sur o Zona Oeste del gran Buenos Aires, también en Rosario y La Plata, muchísima gente que vió el tráiler y se ha motivado, o sea, que este tipo de películas tiene su público, y no solo los films comerciales apoyados por las grandes productoras. Pero si se quita el apoyo a la produccion, menos se apoya la difusión. Es el problema que enfrentamos hoy desde el cine independiente.


Javier Gabino

Nació en Santa Rosa, La Pampa, en 1972. Grupo de Cine Contraimagen. Codirector, guionista y montajista de La internacional del fin del mundo (2019), la serie Marx ha vuelto (2014), Memoria para reincidentes (2012) y diversos materiales audiovisuales sobre revoluciones y luchas obreras.

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