Presentamos a continuación una entrevista al sociólogo y ensayista Eduardo Grüner a propósito de la reciente declaración que plantea la unidad de toda la izquierda clasista y socialista en estas elecciones.

Siendo uno de los firmantes de la declaración que plantea la unidad en estas elecciones de toda la izquierda que lucha por una salida propia de lxs trabajadorxs, ¿por qué te parece importante esta propuesta? Y ¿qué te parece que puede aportar una unidad así en el marco de la crisis social y sanitaria, y el ajuste que está recayendo sobre las mayorías populares?

Me parece imprescindible, en la actual situación de crisis extrema que estamos sufriendo, la unidad de la izquierda en el plano electoral, como correlato de la convergencia en los escenarios cotidianos de la lucha de clases. Es imperioso que se haga escuchar una voz que le explique claramente a la sociedad, y en particular a la clase trabajadora, que las políticas burguesas, aunque no sean todas iguales, no van a ser capaces de sacarnos del drama económico, político y sanitario que nos atraviesa. Llevadas al límite, las clases dominantes siempre le van a hacer pagar el costo de la crisis a las dominadas, si es necesario con su salud y su vida misma. Esto solamente una izquierda unida y fuerte lo puede mostrar consecuentemente, con su acción en las luchas y con su palabra en las bancas.

Ahora bien, todos sabemos que en el seno de la izquierda hay diferencias de criterio y de lógicas para llevar adelante esas luchas y esas palabras. Si fuera necesario, no me parecería mal que las diferencias se dirimieran en unas grandes PASO de toda la izquierda, donde todos y cada uno de los partidos y agrupaciones (tanto los que conforman el FITU como los que están afuera de él) sometieran a la sociedad sus programas, sus candidatos/as, sus planes de acción, explicando claramente las diferencias y cuál creen que es la mejor estrategia para la transformación de las actuales condiciones. Por así decir, esas PASO deberían constituirse en una gran asamblea pública, sustrayéndose a la mera coyuntura electoral que se limitara a replicar las “internas” burguesas, y en todo caso aprovechando esa coyuntura para debatir las grandes cuestiones políticas que se plantean a no tan largo plazo, dado el carácter cuasi terminal de la crisis. En este sentido, la izquierda anti-capitalista tiene una enorme responsabilidad, que no puede seguir “pateando para adelante”.

¿Cuál opinás que puede ser el aporte los/las intelectuales de izquierda al respecto?

No sé si los/las “intelectuales”, en tanto tales, tienen un rol específico o diferenciado que jugar. El o la intelectual, especialmente si es de izquierda, tiene siempre un lugar ambiguo, puesto que sabe que es usufructuario de los privilegios que le otorga una sociedad que consagra la división del trabajo, y al mismo tiempo quiere derribar esa sociedad, y por lo tanto su propio papel en ella. Por otra parte, es cierto que su entrenamiento en la palabra escrita u oral, y el resguardo de su espíritu crítico, puede ser útil para ayudar a plantear esos problemas que decíamos, sin atarse a los recetarios fáciles o al mero consignismo (al menos, así debería ser).

En el actual contexto, me parece importante que expongan, en todos los lugares donde puedan, sus ideas respecto, por supuesto, de la potencial unidad de la izquierda, pero más allá de esto, de cómo ven las estrategias de transformación que la izquierda está proponiendo, haciendo todos los aportes y críticas que crean necesarias. Lo pueden hacer individual o colectivamente, con artículos o manifiestos, etcétera. Pero lo importante es que sus intervenciones sobre estos temas sean pensadas como formando parte de aquel gran movimiento “asambleario” de cara a la sociedad, para insistir con esa metáfora.

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